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<< Abre esa maldita puerta >> esa fue mi reacción el ver que nos habíamos quedado encerrados y fue peor cuando vi que el estaba en mi misma situación.

–Todo esto es por tu culpa– ladra hacia mi dirección.

–Querrás decir que esto pasó por la tuya– hago énfasis en la última palabra– si no hubiera estado en el medio de una conversación absurda contigo me hubiera dado cuenta– espeto con furia.

Y cuando venimos a ver estamos en el medio del juego de ver quien lo acepta primero pero esto nunca pasa y nos paralizamos al ver que ninguno trae el móvil.

(.....)

Ya ha pasado más de una hora y ni pista de nadie, hemos gritado, le hemos dado patadas a la puerta y nada resuelve, no nos quedó más que aceptar que estábamos sin salida.

El sol se empieza a se esconder y la temperatura empieza a bajar, me fijo en el castaño que tiene sus ojos perdidos en el cielo, su rostro no expresa más que seriedad y molestia pero más allá no hay más que eso, y eso es una de las cosas que más despiertan mi curiosidad hacia él, siempre anda solo y cuando no con Area además de la forma en la que mira a los hermanos Norton, y no es necesariamente odio, es como si fuera.. ¿culpa?

–¿Qué me miras?– su voz me saca al instante de mis confusos pensamientos–No me digas que te enamoraste de mí – me dice con un tono burlón mientras enarca una ceja– aunque no sería nada raro.

–Ya quisieras– le digo restándole importancia– tu novia debe estar preocupada por ti– se que no son exactamente novios pero es una forma de quitarme la duda.

ERIC

¿Novia? esta de seguro me quiere sacar información, me preguntaba si era igual a las demás, y sí, parece que lo es.

Silencio.

Es lo que se escucha por nuestras partes además del oseo que ya ha llegado a las calles.

La temperatura ya está bajando y la ojiazul no hace más que jugar con sus manos en un intento absurdo de entretenerse ya el cansancio me está alcanzando al punto de que siento que me va a subir la temperatura y lo verifico cuando ella habla:

–¿Eric?– llama mi atención–Estas pálido– no termina la oración y ya está tocándome la frente invadiendo mi espacio personal.

–No tienes que hacer todo eso para tocarme– me mira con cara de incredulidad.

–Si por mí fuera dejara que te evaporaras o mejor te estuviera diciendo que te tiraras de esta cuarta planta pero no puedo por el simple hecho de que soy testigo– lo dice tan rápido que apenas la puedo entender– y me acusaras diciendo que yo te dejé morir– esto es lo último que le oigo decir a la irritable castaña antes de perder mi conciencia.

Ashly

No se como hago para arrastrar al simio inconsciente hasta el pequeño cuarto en el cual solo se puede sentir un grado más en comparación con el exterior.

El está temblando y totalmente pálido no me queda más que quitarme el abrigo y quitándomelo pienso: en verdad yo estoy haciendo esto por este antipático – ya he encontrado otro adjetivo más– es que cuando se trata de él me vienen miles a la cabeza. Le coloco el abrigo de tal forma que lo cubra bien, yo me toco la frente y me doy cuenta que estoy algo caliente.

(....)

–¡Ashly!

–Ashly...

Me despiertan dándome pequeños golpes en la cara. Abro los ojos y todo me da vueltas, veo la cara de Melis en tres dimensiones, lucho con las ganas de cerrar los ojos pero ellas me ganan.

(...)

Abro los ojos y lo siguiente que veo es que estoy en un hospital y veo que al lado está un Eric inconsciente.

–Ashly– se hace notar la preocupación en la voz de Melis– Me tenías preocupada ¿que ha pasado?

–Lo siento no quería preocuparte todo pasó tan rápido y nos quedamos encerrados, en verdad lo siento– le digo con franqueza.

–No tienes que disculparte, no es tu culpa es solo que te busqué por todas partes– dice soltando un suspiro.

–¿Como está él? - digo señalando al moribundo de al lado.

–El va a estar bien pero no hemos podido localizar a su familia, estan de viaje.

–Culebra– dice Eric en un bajito murmuro que apenas se escucha.

–Eric– lo llamo a ver si reacciona.

–¿Donde estoy?– dice confundido mirando a su alrededor.

–Te hemos traído al hospital porque estabas inconsciente y con mucha fiebre -informa Melis–No hemos podido localizar a ninguno de tus familiares - le da un papel y un boli para que lo escriba.

–No, ellos andan de viaje - le devuelve el papel -, dime cual es la cuenta del hospital para pagarla.

–Es que el hospital no te puede dar el alta hasta que un familiar tuyo venga a recogertr porque eres menor de edad – parece que este es el hospital donde Melis trabaja debido a la seguridad con que lo dice– ¿ no puede llamar a tus familiares para que vengan lo antes posible?– Eric niega ante lo dicho.

–Ahora sí, díganme como a ustedes les cogió tan tarde al punto que el guardia les cerró la puerta– exige Melis, Eric y yo nos miramos se pudiera decir que hasta con complicidad.

–Estoy esperando – espeta seria.

–Bueno...– Eric mira para todos lados tratando de encontrar las palabras indicadas.

–Acaso... ¿ustedes están saliendo? - dice furciendo el ceño mirándonos a ambos luciendo realmente preocupada y nosotros echamos una carcajada al unísono.

–Se nos hizo tarde ensayando para el club– veo que ante lo dicho se relajan los tensos músculos de Melis y la pierdo de vista.

( ...)

Han llegado los hermanos Norton a verme disculpándose porque no habían podido venir y era palpable la preocupación que estos sentían no solo por mí, sino por el de la camilla de al lado pero todo esto se fue por la borda cuando llegó Area quien solo me saludó con un ascentimiento de cabeza por mera cortesía preocupadísima por Eric, ahora la tensión se puede cortar con tijeras.

Eric

A veces me siento tan mal, me siento como si fuera un monstruo y este es uno de esos momentos, Eduard y Area se lanzan miradas fulminantes y pensar que yo tengo la culpa de su ruptura me hace sentir tan mal... yo se que ellos se quieren y me pone peor el hecho de que Ailin me esté mirando con esa cara de preocupación que conozco tan bien pero esta no es capaz de dirigirme la palabra y lo entiendo lo que yo hice no tiene ni el más mínimo perdón de nadie.