Una escalera. Una ventana al final de ella. Solo un salida, dos posibilidades, bajar o subir. Difícil decisión, sobretodo cuando se está en una situación de vida o muerte.
!Mierda! pensaron los dos, se encontraban en una situación de estas, en medio de una escalera. Bajar o subir, pero ¿qué hacer? Bajar... causaría un millar de posibilidades, subir, muchas más. Sin embargo, solo podían ver un triste desenlace en las dos direcciones. ¿Podría alguien escoger la forma en como morir, un segundo antes de que ocurra? Los dos miraron hacia arriba, e inmediatamente hacia atrás, se volvieron entre ellos, ya que era lo único que podían hacer, mirar el uno al otro, no podían hablar.
Hay que decidir solo de esta forma; pero como decirle al otro la decisión que tomará cada uno para salir. No había tiempo que perder, se acercaban rápidamente. Los dos miraron hacia arriba, y se miraron entre ellos por última vez. Aunque ellos ya sabían cual era la mejor decisión, ya estaba tomada desde mucho antes que se encontraran en estos aprietos.
Siempre nos enseñan que hay que subir, todo lo que esta alto es mejor. Bajar es malo, subir es bueno, simple. Incluso, si baja en precio de lo que queremos, aunque sea más fácil de conseguir, nos haría trabajar menos por ello, y se volvería malo para nosotros.
Tal vez, pensaron algo similar a ésto, pero eso no es lo importante. La decisión ya estaba tomada. Los dos no se movieron. Ninguno bajó o subió. Tal vez... esa siempre sea la mejor decisión, ya que al fin de cuentas, salieron ilesos.