Hijo había terminado de escuchar su programa de televisión. El capitulo de hoy, una historia de piratas y marineros. Corrió entonces donde Padre, que se encontraba en el jardín. Una vez allí, le dijo:
-Padre, quiero ser capitán cuando grande. Mientras daba pequeños tirones su pantalón.
-Padre le respondió, tienes que ser grande y después serás lo que tú quieras.
-Padre, pero yo quiero ser capitán ahora, ¿no puedo ser un pequeño capitán?
-¿Para qué quieres ser un pequeño capitán si puedes ser un grande, cuando ya lo sepas todo del mar?
Hijo no respondió esa pregunta, dijo entonces, - Padre, enséñame a hacer un barco, así cuando grande podré tener uno.
-Está bien, vamos. Padre e hijo se dirigieron por algunas cosas al cuarto de herramientas. Padre le enseñaría hacer un pequeño barco de papel.
Después de explicarle unos cuantos dobleces y dejar terminados los dos barquitos de papel, de nuevo, fueron a la parte trasera de la casa. Desde allí se podía entrar a océano después de saltar algunas rocas. Una vez en la orilla, Hijo se puso de rodillas, y soltó su barquito. No paró nunca de empujarlo con su dedo indice hasta que se desvaneció en el agua. Padre hizo lo mismo. Le dijo entonces:
-Gracias Padre, sé que fue difícil enseñarme. Padre no respondió, sin embargo, lo trajo hacia él y le dio un fuerte abrazo.
Padre no se había dado cuenta de lo que había hecho en ese momento. Habría desencadenado un pequeño efecto mariposa. Enseñó al mejor maestro ciego de papiroflexia, su primera figura.