III

—La época de exámenes se acerca, ¿has estado estudiando?

—Si ma'

—Deberías pedirle ayuda a Wes, el podría hacer que tus calificaciones suban.

—No quiero molestarlo.

—Él es buen chico estoy segura que no se negaría, deberías aprender de él.

—Sí, debería.

—¿Me estás ignorando?

—No.

—Te estoy hablando y no te has molestado en volterme a ver —a veces mamá puede ser un poco exagerada, hoy no quiero pelear con ella así que solo hago lo que me pide y volteo a verla, aunque por su expresión parece que eso tampoco le gustó, para defenderla un poco debo admitir que tampoco puse la mejor cara al hacerlo— Si tan solo fueras más como Wes serías más educada.

—Que triste que no soy Wes.

—Exacto.

Y he aquí otra razón más del porque Wes no es precisamente mi persona favorita —Mamá estoy haciendo la tarea, ¿te molestaría dejarme sola para poder concentrarme?

—Aún si te dejara sola jamás alcanzarías el rendimiento de Wes.

—Si, como sea —realmente me estaba cansando la palabrería de mi madre —¿Vas a salir de mi cuarto o debo poner otra cama para que te quedes?

—Pero que mal educada, yo no te crié así.

—Ajá —ya ni siquiera me digno a prestarle atención, sé que lo único que va a hacer es quejarse de mí una y otra vez.

Pero todo parecía pintar a mi favor durante los últimos días, Wes me confesó que por fin declararía sus sentimientos a la persona que le gusta lo cual es genial ya que Sophia lo detestara al instante. Aunque no me ha dicho el nombre de su interés amoroso yo ya lo sé y no podría estar más emocionada de ver su rostro herido y rechazado por primera vez en su vida, ¿Wes se merece ser rechazado como creo que Sophia lo hará? No lo sé, pero no puedo esperar a que suceda.

***

Después de clases corrí en dirección al corredor de los estudiante de tercer año esperando encontrar a Wes llorando por el inminente rechazo de Sophia, pero cuando llegué todos estaban caminando por los pasillos tranquilamente y a pesar de que busque por todos lados no pude encontrar a Wes, incluso me tope con Sophia quien solo me regaló una hipócrita sonrisa.

—¿Es tan cobarde que se arrepintió en el último segundo? —la rabia me estaba consumiendo, ¿tanto tiempo esperando por esto y el idiota me deja de esta manera?

Quería desahogarme de alguna forma y corrí hacia el salón de arte que se encontraba al final del tercer piso, casi nadie visitaba ese lugar y era perfecto para hacer una pequeña rabieta sin que nadie me criticara.

Antes de subir las escaleras al tercer piso y por ir corriendo sin figarme en lo que tenía enfrente termine chocando con Anna quien solo estaba pasando por ahí.

—¡Auch!, ¿¡No ves por dónde pasas o que carajos! ? —Anna me gritó con su típica voz castrosa.

—Perdona.

Anna por fin me miró y su expresión se notaba sorprendida y tal vez un poco arrepentida.

—Oye perdón no sabia que eras... —Anna se quedó callada antes de terminar su oración.

—Anvar.

—Anvar, cierto —Anna rio nerviosa, habían convivido durante casi medio año y aquella chica seguía sin poder aprenderse su nombre —Oye quería prentarte algo, ¿Haz visto a Wes? Lo he estado buscando y no aparece por ningún lado.

—No tengo idea.

—Ya veo, bueno eso era todo gracias y adiós.

Anna no espero a que respondiera cuando ya estaba caminando por el pasillo alejándose de mí. No me detuve a pensar mucho en ella y seguí mi camino hasta llegar a la puerta del salón de arte, aunque algo se veía raro, la puerta estaba medio abierta y creí escuchar algo dentro del salón. Acerque mi cabeza a la parte abierta del salón para poder ver lo que había adentro. Tan solo metí mi cabeza la saque con tanta velocidad que fue doloroso.

—¿Pero qué...

Volví a meter mi cabeza al salón para volverme a encontrar a Wes siendo sostenido de la cintura por Agus el mismísimo hermano de Anna. Los dos se veían tan acaramelados que solo pude sentir unas inminentes ganas de vomitar en ese instante, ¿pero quien lo diría el principe de todas resultó ser una princesa? Una estúpida, débil y patética princesa. Casi de forma inconsciente saque mi celular de mi bolsillo y puse la cámara de inmediato, solo un clic fue suficiente para ponerme a la cabeza en aquel estúpido juego que yo misma me puse a jugar, Jaque Mate.

—Así que estaba equivocada, el idiota no veía a Sophia porque estuviera enamorado de ella sino que la veía porque seguramente quería ser como ella —me dije a mi misma arriesgandome a ser descubierta pero feliz de mi reciente descubrimiento.

Salí del corredor hasta bajar al segundo piso, solo veía entre mis manos aquella foto, había captado el ángulo y momento perfecto, Agus tenía a Wes de la cintura y sus labios se rozaban de manera tentadora, ¿Qué más podía pedir? Solo tenía que publicar aquella foto de manera anónima y dejar que sus compañeros de clase hicieran el resto.

—¿Estas segura que debes hacer esto? 

—Por supuesto que sí, sino lo hago yo nadie más lo hará.

—Puedes detenerte y volver a cómo era antes. 

—¿Quién quisiera eso? Estoy bien como es ahora y como será en el futuro.

No me tomó ni dos minutos publicar la foto, no quise revisar la cantidad de comentarios o reacciones que hiba acomulando la foto solo dejaría que las cosas fluyeran como debían.

Cuando llegó la hora del almuerzo salí de mi salón directo a la cafetería, pero a medio camino me encontré con aquello que siempre anhele. Frente al mural de avisos una bola de gente rodeaba la foto impresa en tamaño carta que había sacado hace unas horas. En medio de la multitud alcanzaba a ver a Wes con la boca abierta y los ojos cristalinos, las chicas a su alrededor lo veían sorprendidas y algunas incluso disgustadas, los chicos empezaban a lanzarle profanidades y hacían burla de la foto con comentarios como "maldita marica", "homo asqueroso" y "princesa chupa pollas" , que he de admitir ese último fue mi favorito.