Amado Destino // Teller #4

4. SOMOS NOVIOS

SOMOS NOVIOS

 

Mientras más lo amaba más enojada terminaba con él por no sentir que me correspondía con la misma intensidad que yo lo hacía. Mis lágrimas comenzaron a salir sin el mínimo esfuerzo y me costaba respirar.

—Señorita, ¿se siente bien?

—Sí, solo conduce rápido a la dirección que le indique.

Respondí aquello sin necesidad de levantar la cara para ver al taxista, traté de controlarme y controlar mi dolor. Pero como podía hacer para dejar de sentir lo que sentía por ese idiota insensible, ni una sola vez fue capaz de decirme “Te amo”.

Mi teléfono comienza a sonar y en el identificar me indica que es “Sara”, opto por apagar el teléfono ya que terminaré desquitando mi coraje con la que se supone mi madre. Me siento molesta y avergonzada por las cosas que dijo la madre de Rodrigo, dicen que las verdades duelen y es cierto porque cada que recuerdo mi pasado, mi historia y de quien soy hija me siento sucia, me siento igual de basura que ellos.

—Señorita, llegamos.

Me seco las lágrimas violentamente y bajo del taxi pagándole la tarifa del traslado.

Camino hacia la hermosa casa blanca que está rodeado con muchas flores dándole ese toque familiar y cálido que solo Carolina Ruiz puede trasmitirme. Toque suavemente su puerta y minutos después sale mi querida Carolina, la abrazo y ella me corresponde de la misma manera sin preguntarme.

—Pasa mi niña.

Después de haberme tranquilizado gracia al te de tila que me preparo.

—Ahora me contarás lo que sucede, pensé que estarías feliz ahora que tu romance con Rodrigo se hizo público.  

Me recuesto sobre el respaldar del asiento y suelto un suspiro profundo.

—Rodrigo no sabe ni lo que quiere, no fue capaz de decirme “Te amo” y ya no puedo seguir así Caro. Sabes que yo siempre entendí y comprendí sus temores, pero ya no puedo más seguir soportándolo, yo quiero con él todo y nada a medias.

—Lo se cariño.

—Disculpa que haya venido sin avisar, pero no tenía ganas de ver a mi familia y mucho menos responder lo que está pasando con Rodrigo. Para variar tuve un altercado con la madre de Rodrigo que me recordó mi pasado y quienes son mis padres, menospreciándome.

—Rodrigo, ¿te defendió?

—Eso es lo que me confunde, Caro. El me defendió y puso en su lugar a su madre, esos actos me hacen creer que mi sentimiento es correspondido, pero luego no es capaz de expresarlo con palabras y me frustra.

Caro toma mis manos entre las suyas.

—Conoces su historia y los temores que tiene por el hecho de haber perdido una pierna. Rodrigo es el tipo de hombre que le es difícil expresarse con palabras y más lo hace con sus actos, yo sé cuánto te ama y cuán importante eres para él. Las dos personas que más ama en su vida ahora eres tú y su hijo.

—Lo sé, pero yo necesito más necesito oírlo para sentir que es real. Tengo temor que él no me ame tanto como yo a él —respondo dejándome ir en lágrimas.

Caro me abraza mientras acaricia suavemente mi espalda.

—Ven, necesitas descansar un rato.

Diciendo aquello me dejo guiar por Caro a una de sus habitaciones, me da una pastilla que dice ella me ayudara a relajarme y dormir. Se lo agradezco antes de caer en los brazos de Morfeo y mi psicóloga amiga sale de la habitación diciendo que todo estará bien.

No tengo idea de cuánto tiempo dormí, pero me siento más tranquila y relajada. Observo por la ventana y el sol sigue presente lo cual quiere decir que no paso muchas horas.

Me remuevo de la cama y voy en busca de Caro, a quien la escucho como si estuviera hablando con alguien y decido que mejor me regreso a la habitación para no interrumpir. Enciendo mi teléfono y tengo millones de llamadas de mis padres, mis hermanos y secretaria. Seguro la empresa está hecha un lio y es lo que menos me importa. Decido llamar a papá para decirles que estoy bien y no es necesario que se preocupen, que iré a casa por la noche. 

Escucho suaves toques en la puerta y me adelanto en abrir creyendo que es Caro. —Caro, gra… —digo al darme cuenta que delante de mi tengo a Rodrigo.

—Hola —saluda y yo impulsivamente intento cerrar la puerta más no lo puedo hacer ya que Rodrigo reacciona rápido y coloca su mano impidiendo que yo la cierre.

¡Estás loco…! Grito al sentirme mal por molerle la mano con la puerta.

—Sí, pero por ti. Y este dolor no se compara con lo que te hice sentir estos años al no demostrarte que eres la mujer más importante en mi vida.

Abro la boca y la vuelvo a cerrar.

El ingresa y de paso toma mi mano arrastrándome a la habitación, cerrando la puerta a su paso. La calidez que me trasmite su solo contacto me dice que lo que escuche es real, mi Rodrigo acaba de decir que está loco por mí y expresarse más de lo que estaba acostumbrada a escuchar «estas bonita, eres linda, te ves hermosa, cariño, mi Hada, cuídate, excelente día», esas eran sus palabras de cariño, pero nunca se había explayado más de ello y al momento creí que eso era suficiente o me conformaba con ello mientras siguiéramos viéndonos.

No entiendo cómo diablos me enamore de él tan perdidamente que amarlo me estaba causando dolor, nunca le habíamos puesto nombre a la relación solo sabíamos que disfrutábamos estar juntos y compartir momentos.

—Por favor siéntate y escúchame.

Yo asiento y lo observo detenidamente, se ve ansioso —tan tierno —pienso. Estoy seguro que la mirada que tengo ahora es la de una boba enamorada que ya olvido porque estaba molesta, seguro pensaran que no tengo dignidad, pero es que así soy yo cuando amo.

Se lleva las manos a la cabeza y respira profundo.

—No estoy seguro de ser el hombre indicado para ti o si poseo las cualidades para ser merecedor de una mujer increíblemente perfecta como lo eres tú. Te amé desde siempre hasta cuando creí no tener la posibilidad de que una mujer como tu podría fijarse en mí, un hombre incompleto —baja la mirada observando su pierna. El solo hecho de pensar que alguien más pueda estar a tu lado me atormenta hasta el punto de volverme loco, tengo miedo de que alguien más pueda compartir momentos contigo porque yo quiero ser ese hombre que este para ti siempre en las buenas y malas, aquel que te despierte a besos cada día de tu vida. Te amo Cassandra Teller y perdona por ser el idiota que soy, prometo trabajar duramente para compensar mis faltas y demostrarte que soy el hombre indicado para ti.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.