Ámame

Capítulo 9

 


O los monstruos de la noche...

 

 

 

Jessie expandió sus sentidos para tratar de captarlo todo, había un crudo silencio en esta extraña casa y luego de varios minutos, comenzó a pensar que algo malo había pasado. Sin embargo, el animal bajo su piel insistía en mantener la posición y esperar a que el peligro viniera hacia ellos, pero Sawyer..., él no era un lobo.

Algo llamó su atención, tanto como para abandonar la postura calmada y tensar su enorme cuerpo, parecía estar captando algo a través de su olfato, el leopardo encontró su mirada, estaba serio.

—Cianuro —murmuró, un escalofrío le recorrió el cuerpo.

«Oh mierda..., no..., no más muertes por favor»

—Debemos ir arriba.

—No, no sabemos quién está ahí.

—¿Hueles eso? —susurró con insistencia—. Huele a muerte.

Jessie apretó los dientes, la verdad era que su sentido del olfato estaba atrofiado desde que era niña y apenas estaba por encima del de un humano promedio, los olores corporales y subyacentes estaban por fuera de su alcance. Fue una de las razones por las que se hizo instructora, ella no podía rastrear, sin embargo, Seth le enseñó lo necesario para transmitir esas habilidades aún sin tener el sentido principal.

Ahora estaba en desventaja. Si alguien estaba allí arriba y usaba algún tipo de gas, Jessie no podría darse cuenta hasta que fuera demasiado tarde, en última instancia..., dependía de la nariz del gran gato.

—Murió.

Un estremecimiento hizo sus huesos temblar, miedo, no necesitaba sentirlo.

—Oh rayos, tenemos que salir de aquí.

—Tenemos que ayudar a esa mujer.

Jessie le enfrentó.

—Si murió no hay mucho que podamos hacer.

Ella ignoró su súplica y fue hacia la puerta, los nervios le dificultaban mover todas las trabas que bloqueaban el paso. Pronto una áspera y fuerte mano le sostuvo por la muñeca, Jessie giró gruñendo una advertencia que fue ignorada, el gris de sus ojos felinos fue como bruma envolviéndole desde adentro.

—Afuera hay cazadores.

—¿Le creíste? —susurró entre dientes—. Esa señora estaba chiflada, no hay cazadores híbridos a control remoto, no hay flores que sean veneno de día y drogas de noche. Caden nos condujo a una pista falsa.

Otro sonido los paralizó, un click mecánico y luego el chirrido del metal moviéndose, fueron sonidos cortos, breves, después el silencio retornó igual de escalofriante.

—Ven —Sawyer tiró de su muñeca, esta vez ella cedió.

Las escaleras crujiendo bajo sus pasos eran una verdadera tortura para alguien que necesitaba ser sigiloso, cuando estuvieron arriba se encontraron con un pasillo oscuro, a ambos lados habían puertas, pero solo la del lado izquierdo estaba a medio abrir.

Sawyer tomó la iniciativa de avanzar, extendiendo las garras y preparándose por si había alguien ahí adentro, insegura, Jessie le siguió desde atrás, manteniendo su oído bien afinado por si alguien quería aparecer desde un escondite. Nadie apareció, y en la habitación encontraron el cuerpo de la anciana tirado boca abajo al lado de la gran cama vieja, una pequeña ventana estaba entre abierta, la brisa que por ella entraba movía las cortinas desteñidas.

—Huele a cianuro —Sawyer volvió a arrugar la nariz y comenzó a inspeccionar el cuerpo. Jessie le pasó una toalla que colgaba del perchero en la esquina y con eso movieron el cuerpo boca arriba—. Un dardo.

La habían matado desde afuera. Asustado, Sawyer se puso de pie y cerró la ventana despacio, Jessie podía oír sus latidos acelerarse, ella también estaba inquieta pero no le temía a las personas que rondaban ahí afuera. Muchas de las cosas que Agnes dijo minutos atrás todavía le parecía algo incoherentes. Jessie miró el cuerpo inmóvil, volvió a lamentarse que estuvieran sin pistas de nuevo, esto era realmente decepcionante.

—Jessie, mira.

Sawyer caminó hacia el armario abierto, adentro en la parte inferior había una caja fuerte de acero con la puerta a medio abrir. Quitándose el suéter negro, el leopardo se envolvió la mano para abrir la caja y sacar lo que allí contenía.

—Es un libro de notas.

Jessie luchó por reconstruir la escena, luego algo sobre la alfombra le llamó la atención, un papel doblado yacía debajo de la cama, no tenía nada que ocultara sus huellas, así que le pidió el suéter. De cerca olía a manzanilla y eso de alguna manera que le aterraba le calmó por dentro, con torpeza desdobló el papel e intentó leer en la tenue oscuridad.

Ficha experimento 16.

Período gestacional: 2° trimestre.

Condiciones: normales.

Datos del gestante: sin alarmas.

Genes paternos: muestra TJA34 fertilización completa, recombinación de ADN sin fallos. 

Genes maternos: muestra CAA37 fertilización completa, recombinación de ADN sin fallos.




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