Ámame

Capítulo 23

 


O el instinto de venganza...

 

 

 

Jessie se encontró con un espejismo de ojos azules y cabello negro, al principio creyó que estaba muerta y Arif venía a recibirle con esa suave sonrisa, pero luego, bastó con un parpadeo para que esa ilusión se desvaneciera y el rostro amable de Caleb le brindara una sonrisa más grande.

—Buenos días Jessie —saludó.

Confundida, ella fue levantándose lentamente del sillón, Caleb quiso ayudarle pero ella se negó. Se sentía..., extrañamente bien, eran esos valiosos segundos del despertar en donde se estaba libre de preocupaciones, lo único que importaba era reconectar todo para empezar otro día más.

—¿Qué haces aquí? —Le preguntó, estaba segura de haber visto solo a Reed el día anterior.

—Vine a ver a mi hermano, llegué hace media hora.

—Ah... —Jessie se sentó, de seguro debía verse terrible—. ¿Dónde está Reed?

—Salió hace unos minutos, me pidió que te cuidara.

Eso le sonó absurdo, ¿un cuidador para ella? Estaba en casa, no había... Entonces la conexión se completó, y todo lo que había vivido regresó para impactarle de lleno en el pecho, Jessie gimió bajo alertando a Caleb.

—¿Sucede algo? ¿Qué tienes? —Caleb le tomó por los hombros, pero ella era incapaz de mirarle a los ojos cuando la única imagen que tenía en mente era la de Sawyer—. Jessie... —Le movió—. ¡Háblame!

—Sawyer... —Balbuceó.

—¿Qué? ¿Quién es él?

—Él... Es...

«Mío»

Jessie ignoró eso.

—No importa, tengo que encontrarlo, ellos lo tienen, ellos...

—Jessie —Caleb le sostuvo el rostro, obligándole a mirarle de frente, a esos ojos azules, su rostro se difuminó con cada parpadeo, iba de Caleb a Arif, estaba enloqueciendo—. Cálmate.

—Tengo que encontrar a Sawyer.

En eso la puerta arrojó más luz a la sala, y una brisa tibia le acarició el rostro, Caleb se alejó, dejando espacio a las tres personas que ingresaron a la sala. Seth, Reed y Derek. Justo la persona con la que necesitaba hablar desesperadamente. Su Alfa se sentó junto a ella, y le inspeccionó con sus ojos ambarinos en busca de heridas. Jessie sintió su fuerza disminuir frente a él, no solo por el rango que ostentaba, sino porque..., lo veía como lo más parecido a una figura paterna que podría haber tenido, y ella estaba débil emocionalmente.

—E-estoy bien —afirmó en un hilo de voz.

Pero Derek negó. Ella ya no podía continuar resistiéndose a la verdad, todavía estaba al borde de un shock emocional. Maldijo internamente al condenado gato que se metió dentro de su sistema, tan profundo como para alterarle de esa forma.

Reed dejó un sobre de papel madera en la mesa de cristal y se llevó a ambos hermanos afuera. Apenas cerraron la puerta, Derek le abrazó, Jessie descansó sobre su pecho sintiendo sus ojos picar por las lágrimas, Derek le rodeó más fuerte, y le besó con ternura en la cabeza.

Se quedaron así unos minutos, en donde todo lo que pudieron sentir fue amargura. Y cuando al fin intentó abrir los ojos, ella recordó la razón detrás de todo, volviendo así al triste punto de partida. La conclusión no era fácil, ardía...

—Tenías razón... —Admitió, su corazón se hizo añicos al rememorar a su lobo perdido—. Arif se suicidó —tembló.

Rompió en llanto, humedeciendo la camisa azul del lobo que le sostenía entre sus brazos, y que también luchaba por no quebrarse junto a ella. Entonces Jessie, en medio de la pena que le devoraba con lentitud, recordó algo que era importante que supiera, debía aplazar el duelo una vez más.

—Arif estaba enfermo.

El pecho de Derek tembló, y Jessie sintió su miedo crecer hasta convertirse en una bola de angustia y temor difícil de contener.

—¿Cómo sabes eso?

Jessie respiró profundo una y otea vez para calmarse, aclaró su voz.

—Logramos ubicar a Camille Anders. —De solo pensar en ese nombre, la loba gruñó de rabia—. Ella está viva, tiene unas instalaciones de ingeniería genética en el interior de una montaña.

—¿Ingeniería genética? Pero eso...

—Sí, también pensé lo mismo..., el punto es que... —Se detuvo, limpió su rostro de llanto, ¿iba a revelarle el mayor secreto de Arif? ¿Era necesario que todos supieran su origen? Jessie dudó, luego se quedó viendo el dije de metal que colgaba del cuello de su Alfa—. Fue allí porque alguien le dijo que tenían una cura para la enfermedad, Camille le dijo que sí, pero la rechazó, Arif quería para todo el clan, ella le dijo que se la daría con la condición de acordar una reunión contigo.




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