Ámame

Epílogo

 


El Festival del Sol y la Luna...

 

 

 

Embriagado por la sonora risa de Jessie, Sawyer corría atravesando el bosque cubierto de una incipiente capa de nieve. Sin saber por qué de pronto ella se sentía tan emocionada, lo único que sucedió antes de que echara a correr con una escalofriante euforia, fue un simple mensaje de texto que él ni siquiera alcanzó a ver.

—¡Jessie! —Exclamó entre un jadeo—. ¿A dónde corremos?

La loba le miró sobre el hombro, su sonrisa radiante, calentó su sangre.

—¡Corre! ¡Vamos!

Reconoció la pendiente en la que subían, y pronto notó también a otros compañeros de clan que se dirigían al mismo rumbo, pero sin la desesperación que marcaba el paso de Jessie. Esto era interesante, debía tratarse de una buena noticia.

Las cosas pintaban mejor para el clan, aunque pudieron controlar el brote, seis meses después del estallido que por poco los desintegra, todavía no bajaban la guardia, pero ya no había nuevos infectados. Quizá hoy sería el día en que el toque de queda se retire.

El Centro Comunitario se hallaba rebosante de visitas curiosas, los lobos llegaban desde todas partes, al parecer la convocatoria era general. Reduciendo sus pasos a una simple caminata, Jessie le esperó a que le alcanzara, sonriente le tomó de la mano.

—¿Qué los tiene tan locos?

Ella le dio un corto beso.

—Ven. Es algo genial.

Jessie lo condujo sondeando entre el escaso espacio para caminar en el lugar, chocando con los lobos que esperaban algo mirando la pantalla anclada en la parte superior del techo sobre la barra central. Entonces el mensaje debía ser un importante comunicado de Derek.

Varios lobos le saludaron al pasar, felicitándole por su nuevo dije que llevaba con orgullo en su pecho. Ahora era un instructor, como su dulce loba blanca.

A lo lejos reconoció a Seth, el líder de rastreadores le hizo una inclinación suave antes de abrazar a su pareja humana, Reed. Junto a ellos, estaban Caleb y Eleine sentados sobre la barra, la mujer humana ya tenía fecha de parto y su compañero otra oportunidad de vivir.

—¡Jessie! —Logan apareció de entre la multitud, tomado de la mano de Emmy—. ¿Qué crees que suceda?

El líder de guardianes rodeó a su pareja felina, Emmy le sonrió a Sawyer, un saludo silencioso.

—No tengo idea —respondió Jessie.

—Oh, genial, ¿ya te asignaron un puesto? —Logan le preguntó a Sawyer, con sus ojos oscuros abiertos con sorpresa.

—Sí, de hecho, yo lo escogí.

El lobo castaño frunció un poco el ceño.

—Creí que lo que siempre querías ser era un guardián.

—¿Decepcionado, lobito? —Emmy se burló, pero al mismo tiempo llevó una mano al pecho de Logan.

Sugar, solo estoy algo abrumado. Este gato podría haber sido un gran guardián.

—O un gran instructor —comentó Jessie—. Será el mejor en todo lo que él decida ser.

Animado, Sawyer le dio un fuerte beso en la sien y le rodeó con los brazos.

—¡La pantalla se enciende! —Exclamó una loba a lo lejos.

Todas las miradas estuvieron puestas en el aparato, primero la pantalla se llenó de un color azul claro y luego volvió a un negro profundo, pronto brilló el emblema del clan en color blanco, una luna creciente atravesada por garras. Estuvo así por un largo momento.

—A Derek le gusta el suspenso.

—Shhhh...

La pantalla se aclaró, y pronto un rostro conocido se acomodó del otro lado. Derek Miller, los observó a todos con sus ojos color miel llenos de una calma que hace mucho no veía.

—Queridos Moon Fighters, hemos atravesado muchos altibajos en estos últimos años, puedo decir que lo peor ha pasado, sin embargo, no estamos a salvo aún. —Derek hizo una pausa, dio media sonrisa—. Pero eso no es el asunto por el que los he convocado a una reunión, quiero retomar una de las celebraciones tradicionales del clan. Por este medio, anuncio que el Festival del Sol y la Luna se realizará el siguiente fin de semana, en veinticuatro horas la caja de música estará disponible para todos. —Derek esbozó una sonrisa de dientes afilados—. Lobos, hagan sus movidas.

Y la pantalla se apagó, hubo un par de segundos de silencio, que fueron seguidos por una serie de gritos, silbidos y aplausos que lo llenaron todo. Sawyer permaneció distante entre tanta alegría.

—¿Qué es eso? —Le preguntó a Jessie acercándose a su oído para que pudiera oírle—. ¿De qué trata ese festival?

Girando, Jessie le rodeó el cuello con los brazos, Sawyer llevó sus manos a su espalda baja.

—Es cuando el sol le regala una canción a la luna, y si a la luna le gusta el regalo, bailará con y solo con él.

Oh, parecía interesante.

—¿Es una especie de ritual de cortejo?

—Algo así. —Jessie sonrió—. Es la primera vez que Seth y Logan podrán participar.




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