Estaba en la pequeña clínica de la granja, con mucho suero, una herida profunda en el muslo izquierdo, adormilada, con demasiado dolor de cabeza y malestar, mi ropa estaba sucia, tenía alcohol barato por todo el cuerpo, el olor a cigarro y marihuana impregnados a mí y, por si fuera poco, Tom y Melany estaban conmigo, en mi estado o peor.
Se preguntarán...
¿Que mierdas pasó?
Pues bien, prepárense para leer a continuación, la peor anécdota de mi vida.
Quince horas antes
Estoy en la cocina ayudando a mamá a hacer la comida, hoy haremos lasaña vegetariana.
Estoy poniendo la lasaña en el horno cuando siento una presencia en mi espalda, no hace falta girarme para saber quién es.
—Hola Tom. —Tom vino a ayudar a papá abuelo a terminar la granja, lo reconocí por ese horrible perfume que huele más a alcohol que a perfume y porque está extremadamente cerca, tanto que su cuerpo choca con el mío, recuerden que estoy agachada poniendo la lasaña en el horno. Por lo que verán no es una posición agradable porque estoy con las piernas estiradas y el resto de mi cuerpo flexionado hacia delante y su cuerpo está pegado al mío por detrás.
—Hola linda, ¿Cuándo aceptarás salir conmigo... o por lo menos divertirnos un rato? —La voz de Tom está rasposa y muy gruesa, ¿Será que se levantó hace poco?, ignorando ese hecho, me levanto lo más rápido que puedo, me volteo para tenerlo cara a cara.
—¿Qué quieres? —Me cruzo de brazos, el tono de voz que utilizo es el más insignificante y desinteresado posible.
—Vaya, tranquila gatita, yo sólo vengo a buscar agua para tu abuelo y un poco para mí, no es necesario que te pongas así. —Se acerca a mí porque me había alejado. —Aún que te informo que me gusta domar no sólo animales, si no también gatitas... y rabiosas como tú.
Wow wow wow, stop bitch, ¿Qué mierda me dijo el imbécil de Tomás?
Me dijo gatita, lo cual es un apodo para mi opinión totalmente denigrante.
Me dijo que le gustaría domarme ¿Qué significa eso? Algo así como que quiere adiestrarme. ¡Como un puto animal!
Me dijo rabiosa en un contexto muy doble sentido.
Todo eso me enfureció de una manera increíble porque mi mamá desde pequeña me hizo valerme por mí misma, no dejar que nadie me haga en menos, me insulte, se haga el listo conmigo, etc.
Pero lo que me sorprendió fué el estruendoso ruido que provocó el contacto de mi mano en su mejilla derecha que sin duda alguna fué la cachetada más fuerte del país en años.
Su mejilla está roja como la sangre, se está sobando con su mano el lugar afectado después de que la sorpresa invadiera su cuerpo mientras me mira y no es difícil leer sus ojos en este momento.
Enojo, rabia, desconcierto y todos los peores sentimientos hacia mi persona.
No les miento, mi mano me duele, no, me arde, siento como si le hubiese pegado una cachetada a un bloque de cemento.
Joder, Tom tiene la cara dura.
Pero soy demasiado orgullosa para hacer algún gesto de dolor o sacudir mi mano para que se valla el ardor.
Sólo estoy plasmada en el piso de madera, sorprendida por mi acto, no me arrepiento, claro que no, pero tampoco estoy orgullosa, soy de las personas que creen que la violencia no es la solución para nada, pero también hay que admitir que se lo merecía, actuó como un imbécil y está claro que lo es.
—Esto, es para que veas que con una mujer no te metes y menos para denigrarla. —Me acerco con pasos amenazadores hasta él. —Y menos conmigo. —dicho eso me fuí hasta subir a mi habitación.
¿Qué?
Ya le di la cachetada, ¿Por qué no le diría unas cuantas verdades?
Después de cerrar la habitación con seguro agito ahora si mi mano para aliviar el dolor que todavía no se ha ido, al ponerme agua fría en mi baño por fin se fué el maldito ardor.
Aprovecho que estoy en el baño, hago mis necesidades, me cepillo el pelo, me lavo los dientes, las manos, la cara y me visto.
Porque sí, soy de esas personas que se no se quitan el pijama después de levantarse si no en la tarde o directamente no me lo quito hasta ducharme.
Pero hay visitas y revisándome en el espejo no creo que unos shorts de deporte cortos, muy cortos y una camisa de tirantes blanca transparente muy ajustada sea lo más apropiado.
Por eso Tom me veía las tetas cuando le hablaba en la cocina.
¡Porque se te transparentan los senos porque no tienes brasier estúpida!
Que vergüenza.
Corrí a mi pequeño armario a buscar ropa de mi estilo que no me haga exhibir de más.
Me puse unos shorts, zapatillas cómodas, un polerón rojo sin cremallera me até el pelo en una coleta alta y me puse mi mejor accesorio.
Mi sonrisa y una gran actitud.
Bajé ahora sí arreglada, veo que mi madre está en la cocina revisando la lasaña, porque estaba recogiendo los huevos de las gallinas y vendiendo un par de cosas.
Al escuchar rechinar las escaleras porque estoy bajando me mira con una intensidad penetrante, bajo lento las escaleras porque no sé la razón de su comportamiento.