Ámame

Capítulo 5

Aquí estoy, en la clínica de la granja mientras mi madre me regaña.

Lo que pasó después, fué que vino el chofer de la señora Roberts poco segundos después de que me desmayara a lo que los delincuentes huyeron, nos subió a su auto y nos trajo devuelta a la granja.

Ahora; tuve que soportar el regaño de mi madre que no fué para nada inesperado, es decir: fuí a una discoteca sin su permiso, bebí, llegué super tarde y en muy mal estado.

¿Qué iba a esperar?

¿Un "felicidades?

¿Un "¡Qué bien hija, desobedéceme y termina casi moribunda por no hacerme caso!"?

¡NO!

Hasta yo misma estoy decepcionada por lo que hice, ¿Qué se me pasó por la cabeza en ese momento?

Y lo peor es que por mi castigo no podré correr en las carreras de caballos que empiezan en unas cuantas horas.

Ahora hablemos de mi estado, bien; tengo una venda en mi pierna producto de la puñalada que me dieron, moretones por todo mi cuerpo producto al forcejeo de un asalto, no me he duchado y tengo olor a alcohol barato.

Lo bueno... ¿?

No hay nada bueno.

Realmente iba decir que tengo salud, pero a mi pierna no le gustaría ese comentario.

Mi otra opción era decir que mi actitud estaba intacta, pero no es cierto cuando me perderé las carreras por las que tanto he esperado, sumándole a eso el regaño de mi madre, que por cierto ¡Joder! Esa mierda da miedo.

Y por último y para empeorarlo, tengo hambre... y mucha.

*

Llego a casa, cogiendo (por la herida de la pierna, no por lo que pensaron, pecadores) y lo primero que hago es subir a mi habitación y escribir en mi diario todas mis locuras de los últimos días.

20 de febrero, 2018

Querido diario:

Hoy quiero contarte mis últimas experiencias, bueno, comencemos con que ¡Ya sé qué estudiar! Y lo mejor es que están de acuerdo con eso y no me obligarán a estudiar algo que no quiero.

Luego, ayer fuí a la ciudad para comprar cosas para la granja junto con Melany y el estúpido de Tom.

El punto es que fuimos al supermercado, compramos todo lo necesario, pero luego fuimos a un parque donde por primera vez me drogué, después nos fuimos a una discoteca donde un tipo se quiso sobrepasar conmigo, escapé junto con Tom y Mel, pero al llegar al paradero, unos delincuentes nos atacaron.

Gracias a Dios llegó el chofer a cargo de nosotros antes de que pasara algo muy grave, me cortaron la pierna y provocaron moretones, pero pudieron haber hecho cosas peores sin duda alguna.

Ahora estoy castiga y no podré correr en la carrera anual de caballos que realiza el abuelo lo que me tiene de muy mal humor.

Pero, por otro lado, en ocho días entro a la universidad y en seis me voy a Nueva York, estoy muy emocionada por lo que será mi vida allá, ¡Te informaré de todo!

Nos vemos, querido diario.

Termino de escribir en mi diario y automáticamente me pongo de buen humor, muchos dirán que es una acción infantil y poco madura, pero a mí me relaja, siento que me libero y me gusta hacerlo de esta manera, otros lo hacen con cosas mucho peores-drogas, muy mal comportamiento, fiestas en exceso, por ejemplo-.

Me acomodo en mi cama para descansar un poco, realmente pasaron muchas cosas en muy poco tiempo.

Siento que estoy a punto de dormirme cuando algo me sobresalta.

O, mejor dicho, alguien.

Entra en la ventana que dejé abierta, salta dentro y tira en el suelo su bolso, da un largo suspiro y pone sus brazos en jarra.

-Te ves horrible -espeta examinándome de pies a cabeza mientras estoy tendida en mi cama.

—Hola, estoy bien, gracias por preguntar, ¿Tú? —digo mientras me siento en mi cama entre despierta y dormida.

—Bien, Ady, tengo que hablar contigo. —Me preocupo por que esas palabras son serias y por el tono de su voz creo que no es algo muy bueno, me hago a un lado en mi cama y palmeo a mi lado el colchón para que se siente, trae su bolso, se sienta a mi lado y deja el bolso en su regazo.

—¿Qué pasa, Melany? —Hemos estado en esta posición por diez minutos mientras ella mira un punto fijo en la blanca pared y yo la miro a ella, está callada y preocupada, lo noto en sus facciones, ceño fruncido, ojos distantes y transparentes, igual cuando pensamos mucho y nuestra mente está en otra galaxia y, por último, por su nariz y boca suelta cada cierto tiempo un suspiro quitando todo el aire de sus pulmones.

—Tengo un retraso. —No se gira a verme, queda en esa posición donde parece hablar sin que sus palabras pasen primero por su cerebro.

Quedo de piedra mirándola sorprendida, no la juzgo, claro que no, es su cuerpo, pero ¿Qué va a hacer? Criar en la granja es muy difícil.

Además, es un simple retraso, no dijo "estoy embarazada" o lo afirmó completamente, es sólo una posibilidad.

—De tres meses. —Okey, esto es distinto, pero repito, es un simple retraso, puede ser irregular. - Y no soy irregular, nunca.

A la mierda, más que una probabilidad ahora es casi un hecho.

—¿Qué vas hacer? —Las palabras salen solas de mi boca, me maldigo en mi mente y me pego mil cachetadas mentales por ser una inoportuna.



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En el texto hay: humor, romance, amor

Editado: 01.12.2019

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