Muchos hablan sobre "el milagro de la vida", sobre la bendición de poder gestar a una persona en tu vientre, porque sin importar qué; es un milagro y una alegría.
En este caso...
Tal vez no.
Un milagro, una bendición se está gestando en el cuerpo de una adolescente de diecisiete años recién cumplidos, una chica que tenía un futuro brillante por delante...
Pero se embarazó.
Soy testigo de cómo creció Mel, tuvo una infancia tranquila, llena de paz, creció y maduró en la granja, vi las etapas de su corta vida pasar una en una.
Desde que se aficionó con las spices girls hasta que dejó de cazar Pokémons, fuí testigo de su crecimiento como persona y ella del mío.
Sin duda alguna, esta situación es una de las más difíciles que me ha tocado presenciar. Mel se lo ha tomado de la manera más responsable, pero sobre todo madura posible, se va a ser cargo de su hijo/a y asumió las consecuencias de no ser responsable en cuanto a su cuerpo.
Este es otro dato importante; el padre. Mel sabe quién es, pero no me lo quiere decir, dice que fué una noche de descontrol y ya, que del resto se encarga ella.
Con mi madre convencimos a sus padres de dejarla viajar conmigo a Nueva York para estudiar, a ellos sorprendentemente les hizo mucha ilusión eso. Sinceramente a nosotras nos llenó de alegría saber que se iría por las buenas.
Tan sólo pensar que una chica de mi edad está embarazada se me ponen los pelos de punta, pero, por otro lado, saber que Mel cuidará a su hijo/a con mucho amor y responsabilidad me llena de seguridad, además me tendrá a mí, que por cierto... ¡SERÉ LA MADRINA!
Estoy muy contenta con la noticia que hace minutos atrás me dió Mel sobre que tendré un/a ahijado o ahijada, según ella, era la mejor vacante para este puesto.
Seguramente se deben preguntar que estoy haciendo ahora, bien, estoy empacando para irme a Nueva York, porque me voy mañana.
En estos días con Mel hemos visto casas para ella, de hecho, ayer encontramos un departamento en los alrededores de Central Park súper económico, lo único malo es que tendrá un roomie. Pero ella tendrá disponibilidad a todo lo que le corresponde del departamento, menos la habitación de su acompañante de casa.
Es un apartamento muy amplio, además su habitación es lo suficientemente cómoda para que pase su embarazo y crianza del bebé perfectamente.
Por otro lado, también en estos días se organizó la corrida de caballos del establo, donde ganó en la categoría más importante Tom, aún sigo decepcionada conmigo misma por no poder asistir al gran evento por la estupidez que cometí en la ciudad.
Lo que me lleva al otro punto que es mi herida en la pierna. Gracias a Dios está muy bien porque sanó muy rápido, ahora ya no me duele mucho, de hecho, puedo caminar con normalidad, el proceso de cicatrización fué bastante rápido y sin problemas, por lo que ya estoy bastante mejor.
Termino de empacar mi maleta echando mi diario de vida al último, revisando que todo esté en orden para cerrar las maletas.
Suspiro.
Irme de mi hogar será sin duda alguna, una de las cosas más difíciles que he hecho en mi vida, compitiendo cuando vi morir agonizando en mis brazos a mi abuela pocos años atrás o cuando vi a mi madre poner dinero bajo mi almohada, después la vi quitar el diente para tirarlo al basurero enterándome que el hada/ratón de los dientes no existe, posteriormente me enteré que todos esos seres eran un invento de mi madre.
No saben cuánto me dolió enterarme de esa farsa.
Volviendo al tema de irme; mi abuelo con mi madre lo son todo para mí, por eso estaré eternamente agradecida de todo lo que sacrificaron por mi felicidad y mi futuro, siempre los recordaré.
Me siento en mi cama dejando la maleta en una esquina del cuarto, estoy agotada, tuve que lavar, planchar y ordenar mucha ropa, llenando así tres maletas grandes, además tuve que ayudar a mi madre a poner su elíptica en mi habitación porque cuando me vaya la convertirá en su gimnasio personal.
Saco mi teléfono para revisar la hora.
23:53
Sólo faltan doce horas para estar montando el avión que cambiará mi futuro.
Me meto en mi cama para dormir al menos seis horas.
*
—¡Adyson apúrate, llegas tarde! —me grita mi madre, ¿Dije que dormiría seis horas? Pues tal vez haya dormido siete y media retrasando todo mi día.
—Ya voy mamá, espera un poco. —Son las ocho de la mañana y recién terminé de ducharme, se supone que tendría que salir a esta hora al aeropuerto porque queda a tres horas.
—Ady, no sobrevivirás ni un día en Nueva York sola —se burla Mel que está sentada en mi cama esperándome, ella si es puntual, no como yo.
—Cállate, sólo fué un error de cálculos —digo mientras me pongo las botas militares.
Me arreglo lo más rápido que puedo, me despido de mi madre, la granja, los vecinos y nos vamos al aeropuerto, mi abuelo conduce lo más rápido pero prudente que puede llegando a tiempo al aeropuerto.