Ámame.

Capítulo 2: Dawn.

Capítulo 2

Dawn

 

Doy vuelta en la cama y siento un cuerpo cálido junto al mío. Acerco la cara al lugar donde está y aspiro su aroma. Sonrío. Su olor me encanta, llámenme loca, pero me gusta. Paso un brazo sobre la calidez y lo aprieto tan fuerte hasta que él gruñe.

—¡Mami! —protesta y yo río.

—¿Qué? —Lo aprieto más fuerte—. Te estoy demostrando mi amor.

—Tu amor duele. —Me empuja con sus manitas hasta que decido soltarlo.

—Vamos, arriba, tienes que ir a la escuela. —Me levanto y palmeo su trasero suavemente.

—¡No quiero ir a la escuela, mamá! —Ryder agarra la sábana y se cubre con ella.

—No voy a discutir contigo de nuevo por esto, Ry. —Tomo la sábana y tiro de ella hasta dejarlo al descubierto.

—¡Quiero quedarme contigo!

—Yo tengo que ir a trabajar. —Rodeo la cama y lo alzo como su fuese un bebé—. Vamos a la ducha.

Se queja todo el camino hacia el cuarto de baño, gracias al cielo que el apartamento es pequeño y no hay mucho trecho entre mi habitación y el baño.

—Y tienes que dormir en tu cama, Ryder, para eso la tienes.

—Me gusta más la tuya. —Hace un mohín.

Lo dejo en el suelo y abro la llave de la ducha, regulando la temperatura.

—¿No estás grande para dormir en mi cama aún? —lo pincho, no le gusta que le diga que está pequeño.

—Es que tú no entiendes, mamá. —Lleva sus manos a la cintura, una pose que utilizo mucho cuando lo riño—. No voy a tu cama porque tenga miedo, lo hago porque es más cómoda.

Para ser un niño de apenas cinco años es muy inteligente. Más de una vez me ha cerrado la boca con sus respuestas inteligentes.

—Métete de una vez en la ducha, voy a hacerte el desayuno. —Agito su cabello y él me hace mala cara—. Y te lavas bien, Ry, o tendrás que bañarte de nuevo.

Tuve a Ryder en el último año de la escuela, me enteré que estaba embarazada a dos meses de la graduación, de un chico universitario con el que salía en ese tiempo. Vivimos juntos los primeros dos años, pero él era un hombre un tanto complicado y con unos celos estratosféricos. Mientras él estudiaba y cuidaba de Ryder, yo trabajaba para mantener la casa. El apartamento donde vivíamos fue rentado por sus padres que, pese a las circunstancias, lo siguieron pagando con la condición de que Russel continuara estudiando. No eran las personas más cálidas y amables del planeta, pero apoyaron más que mis padres.

El día en que me gradué del bachillerato fue el mismo día en que se enteraron que estaba embarazada, no quise decirlo antes porque temía que me echaran de casa, y fue exactamente lo que pasó. Ese día Russel llegó con la noticia de que podíamos irnos a vivir juntos, tuvo que preguntarles antes a sus padres antes de decirme que sí. Estuve nerviosa durante toda la ceremonia, era en el almuerzo en casa que tenía planificado decirles. Cuando llegamos a casa esa tarde, Russel con nosotros, solté bomba nada más entrar, había pasado mucho tiempo guardando el secreto y no podía contenerlo más. Mis padres se pusieron como locos, me gritaron, le gritaron a Russel y luego me echaron de casa, diciendo que no podía volver nunca.

Son muy religiosos, una hija embarazada fue lo peor que les pudo pasar.

Dejo a Ry solo en la ducha, voy a la cocina y saco los ingredientes que necesito para hacer tostadas y huevos revueltos. Esta es mi rutina de todas las mañanas, luchar con Ryder para que se levante y discutir un poco más para que acepte de buena gana ir a la escuela.

Cuando Ryder está listo y le pongo un plato con el desayuno frente a la mesa, corro hacia la ducha para bañarme en no más de 5 minutos. Luego, me visto para el trabajo y desayuno rápidamente mientras lo apuro para que se coma todo lo que hay en su plato. Después, salimos de casa hacia la parada donde el bus de la escuela pasa por él, lo despido con un beso en la cabeza al tiempo que él me gruñe, reprochándome que le haya besado frente a sus amigos.

Espero el bus que me deja cerca de mi trabajo luego de que él se va. Tengo dos empleos, uno en una cafetería en el Fashion Distric, en el centro Los Ángeles, y otro en un bar cerca de casa. En la cafetería me pagan bien y podría mantenerme con ese sueldo si fuese una mujer sola. De hecho, me mantenía con ese trabajo hasta hace poco, cuando las cuentas empezaron a subir y dejó de alcanzarme. Ahora también necesito el trabajo en el bar para costear los gastos de Ryder completamente.

Su padre no ayuda, más que todo porque no quiero que lo haga y porque no tiene ni idea de dónde estamos. Mi relación con Russel se había vuelto una carga y él se convirtió en alguien que no conocía, provocando que tomara a Ryder y huyera a otro estado. Tengo sueños y Russel no quería que los cumpliera, así que no me quedó de otra que escapar de su yugo.

Mi turno en la cafetería es hasta las cinco de la tarde. Sin embargo, ese día todo ocurre de forma diferente. Un poco antes de mediodía, Amy, una cazatalentos que me ha estado ayudando a encontrar audiciones para entrar a un grupo de baile, me llama para darme la noticia del mes, quizá del año. Un artista famoso está haciendo audiciones para su grupo de bailarines y ella me ha conseguido un pase. Tengo que pedirle permiso a mi jefe con la promesa de hacer un turno extra en mi día libre y él me deja ir por los pelos.



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En el texto hay: musica, amor, dinero

Editado: 24.04.2022

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