Ámame.

Capítulo 11: Ryan.

Capítulo 11

Ryan

 

Estoy listo, bañado y perfumado, cuando Phil entra a mi habitación a la mañana siguiente. Se me queda viendo, impresionado, puesto que son las 7 am y ya estoy levantado. Y sin hacer berrinches.

—¿Vas a algún lugar? —inquiere, con el ceño fruncido y parpadeando.

—De hecho, sí, voy a un lugar.

Baja la Tablet que tiene en las manos y cambia el peso de un pie a otro.

—¿Puedo saber a dónde?

Niego, riendo.

—No puedes.

—Si vas a hacer una estupidez como la de ayer, ten la decencia de avisarme, al menos —señala, cambiando su gesto a indignación.

—¿Salí en algún portal de noticias?

Le doy la espalda, buscando mi reloj favorito en el desorden que es la superficie superior de la cómoda.

—En todos y cada uno de los más conocidos.

Suena frustrado, como si no pudiera hacer nada con ese hecho. Bueno, literalmente, es así; no puede hacer con que las noticias de mi aventura con Dawn, Leslie (la niñera) y Ryder estén por ahí, evidenciadas en fotos.

—Eso es bueno, ¿no? —Tomo el reloj y me lo pongo, abrochando la correa mientras me giro hacia Phil, sonriendo como si hubiese si no hubiese hecho nada malo—. Publicidad es publicidad.

—No le tengo fe a eso de que “toda publicidad es buena”. —Hace comillas con una sola mano, en la otra tiene la Tablet—. La publicidad mala, es mala y punto.

—Pero lo de ayer no fue mala publicidad, es solo… —busco una palabra para definir lo que hice ayer, pero encuentro nada—, ¿publicidad?

Phil suspira, llevándose la mano a la cara.

—¿Qué pretendes con esa chica, Ryan? —inquiere, mirándome nuevamente a los ojos—. Y no me digas que nada, porque es evidente que estás tramando algo.

—No estoy tramando nada —bufo, dándole la espalda de nuevo, fingiendo buscar alguna cosa en la cómoda. Veo mis gafas de sol de montura en pasta negra y las tomo.

—No soy estúpido, te conozco mejor que nadie.

Lamentablemente, es así. ¿No es triste que la persona que más me conozca sea mi representante? Estoy seguro de que debería ser un amigo mío el que lo hiciera. Aunque tampoco es que tenga muchos amigos.

—¿Cuál es la marca del auto designado para mi asistente que está en el estacionamiento? —Cambio de tema. No estoy dispuesto a confesar mis intenciones.

—No lo sé, no lo recuerdo. No es como si se use mucho. —Phil se queda callado y no respondo porque sé que está por preguntar algo más—. ¿Por qué? ¿Tu nueva asistente lo necesita?

Ahí está, no es el único que me conoce bien, yo también lo conozco a él.

—Sí, pero no le vamos a dar ese.

Lo encaro, tomando una expresión seria para que no me someta a un tercer grado.

—¿Cuál, entonces, le vamos a dar? —Suspira cansado. Lo he llevado al límite, y eso que son solo las 7 de mañana.

Rompí un récord, hay que celebrarlo.

—¿Los de seguridad siguen sin usar la Range Rover?

La boca de Phil cae abierta.

—¿Le vas a dar la Range Rover?

—Si nadie la está usando, sí, se la voy a dar —digo firme.

Phil, notando la seriedad con la que hablo, se encoge de hombros.

—Bien, dásela, no hay nadie usándola y es mejor que ella la tenga a que se pudra en el estacionamiento.

—Gracias, eres un sol.

Le sonrío a Phil con falso agradecimiento y él rueda los ojos, dándose la vuelta y saliendo de mi habitación.

—Le diré a los chicos que la preparen para cuando llegue tu nueva y brillante asistente.

—¡Que sea en cinco minutos y no cuando ella llegue! —alzo la voz para que me escuche. Escucho sus pasos retroceder.

—¿Qué vas a hacer?

—Llevársela yo mismo a Dawn —contesto, caminando hacia el cuarto de baño para verme en el espejo.

¡Vaya que me esmeré hoy! Parezco un modelo de portada de GQ. Y sí, me puse un traje ‒sin corbata porque no las soporto‒ para ir a buscar a Dawn y llevar a Ryder a la escuela. Puede que Dawn no me haya dado el permiso, pero no creo que vaya a decir que no.

—Y luego dice que no está tramando nada —masculla Phil cuando regreso a la habitación—. No hagas nada imprudente, Ryan, por favor. Y si decides que tienes la imperiosa necesidad de hacerlo, avísame para estar preparado.

—Promesa. —Levanto la mano la mano derecha, enfatizando mis palabras.

—Bien —susurra, poco convencido.

Se va a buscar a los chicos de seguridad para que pongan la Range Rover a tono, y son unos crack en ello, porque Phil regresa unos minutos después, avisando que está todo listo, que Landon va a llevarme y me hará de seguridad. Es una las formas de Phil de vigilarme, y no lo culpo, salgo mucho sin seguridad por ahí y, a causa de ello, termino haciendo lo que me viene en gana.



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En el texto hay: musica, amor, dinero

Editado: 24.04.2022

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