Capítulo 19
Ryan
Me aguanté todo lo que pude, pero al quedarnos solos y tenerla tan cerca, perdí el control.
El beso no es como el primero, aquel fue tierno y dulce, este es hambriento. Como le dije, he querido besarla desde el preciso momento en que me separé de ella aquella noche en su habitación del hotel y eso se nota en la forma en que la tomo de la nuca y no le permito que se despegue de mí tan rápido. Dawn suspira en mi boca y aprovecho para introducir mi lengua en su boca sin pedir permiso, solo estoy tomando lo quiero, y lo que ella quiera darme. Mi mano, la que no la tiene tomada de la nuca, baja a su cintura y la arrastra hasta mi regazo. Poniendo sus piernas a cada lado de las mías, se acomoda en mi regazo, llevando sus manos a mi cabello y metiendo los dedos entre las hebras. Suelto su nuca y bajo el brazo hacia su cintura, apretándola contra mí.
Ojalá nadie venga a este lugar ahora, porque lo echaría a patadas y luego, cuando me haya recuperado, lo mataría.
—Ryan. —El suspiro de Dawn en mi boca me enciende aún más, enviando corrientes eléctricas por todo mi sistema nervioso y calentando mi piel—. Tenemos que parar.
Su declaración no es nada convincente, creo que lo dice para yo me detenga y así ella no deba hacerlo, pero no voy obedecerle. En lugar de ello, la beso más duro.
Eso está mejor.
—Tenía la certeza de que esto iba a suceder.
Dawn se levanta de mi regazo de un salto y toma una respiración profunda antes de encarar a Phil. Me levanto y paso una mano por mi cabello, aplacándolo.
Lo bueno de esta interrupción es que lo hace solo Phil, no hay nadie más con él. Lo malo es que me está mirando como si quisiera golpearme.
—Lo siento —se disculpa Dawn, dando un paso hacia él—. Lo siento, lo siento, lo siento. Te prometo que no se va a volver a repetir, pero no me dejes sin trabajo, por favor.
Frunzo el ceño ante su última declaración. Está loca si cree que voy a permitir que no se repita o que Phil la despida.
¡Sobre mi cadáver!
Phil, apretando los labios con diversión, sacude la cabeza.
—Primero me despiden a mí antes que a ti, querida —bromea y la cara de confusión de Dawn es un poema.
—¿No estás enojado?
—Oh, sí que lo está —respondo antes de que Phil lo haga—, pero no contigo, conmigo.
Dawn mira a Phil para confirmar que lo que digo es cierto y él asiente, entrando a la habitación de un todo.
—Es cierto y para confirmarlo —señala la puerta—, te pido que nos dejes solos para reñirlo.
Ruedo los ojos.
Idiota.
Dawn me da una última mirada antes de hacer lo que Phil le pide, cerrando la puerta detrás de ella.
Aquí vamos.
—Cualquier cosa que digas no va a hacerme cambiar de opinión con respecto a ella.
—No iba a perder mi tiempo. —Cierra el espacio entre ambos y se sienta en el sofá, indicándome que haga lo mismo. Lo hago—. Sin embargo, me gustaría que me digas con tiempo si debo prepararme para avisarle al mundo que esta chica es tu nueva novia.
Entrecierro los ojos. Este comportamiento de Phil es un tanto sospechoso.
—¿Dónde está la trampa?
Pone los ojos en blanco antes de apoyar la espalda en el respaldo del sofá y soltar un suspiro.
—Te he visto salir con muchas chicas, de forma seria y otras no tan serias, y ninguna te había hecho sonreír como ella lo hace. —Se encoge de hombros—. No es la chica que yo habría querido para ti, admito que me habría gustado que salieras con alguien de la industria, pero he tomado la decisión de dejar tu vida amorosa en tus manos. —Me dirige una mirada paternal que me aprieta el corazón—. Y ella no es mala persona, es trabajadora y te pone en tu sitio. ¿Qué más puedo pedir?
Bajo la cabeza, evitando que vea lo emotivo que me ponen sus palabras.
—Gracias —musito un segundo después, cuando me aseguro de que mi voz no va a temblar o a quebrarse.
—Una cosa sí te pido. —Alzo la cabeza, dejando de sonreír así como lo ha hecho él—. Pídele que solucione el asunto con su matrimonio, o que al menos te cuente lo que sucede o sucedió con ese hombre. No quiero ser tomado por sorpresa y se nos vendría una avalancha encima si la prensa descubre que estás saliendo con una mujer casada. —Asiento, sin saber qué más decir. Phil se levanta—. Voy a buscar a los chicos, te doy el resto del día libre. Trata de no hacer algo demasiado llamativo y no te dejes en evidencia con Dawn tan pronto en público.
♪♪♪
Aprovechando el regalo que nos ha dado Phil, llevo a Dawn a almorzar a un restaurante pintoresco y privado que conozco. El dueño es mi amigo y me da la oportunidad de comer allí sin la molestia de tener a los paparazzi fotografiándome, lo cual agradezco. No me molesta tomarme un par de fotos con los comensales y hablar con ellos por unos minutos mientras espero mi comida, mis fans nunca van a molestarme, pero la prensa es caso aparte. Sus fotos malintencionadas saldrían en minutos a rodar por todo internet, afirmando que estaba en una cita con una mujer desconocida, a la que investigarían hasta dar con su identidad.