Ámame

Capítulo 26: Dawn.

Capítulo 26

Dawn

 

Me siento… liberada, como si un peso hubiese caído de mis hombros. Ese es el efecto de haber hablado con Ryan, de haberle contado lo que ha sido de mi vida hasta ahora. Me gusta este nivel de confianza que hay ente nosotros, nunca me había sentido tan cercana a alguien en toda mi vida. Antes tenía a mi hermana y a mis amigas, pero no alcancé con ninguna de ellas este nivel de intimidad. ¿Y con Russel? Jamás fue así, al contrario, le escondía cosas y tenía miedo de que supiera lo que me aquejaba porque siempre terminábamos en una pelea. Incluso cuando las cosas iban “bien” entre nosotros, no era capaz de hablarle de mis miedos y de lo que me habían hecho mis padres. Russel sabía de mi fobia, pero nunca preguntó a qué se debía, y si él no quería saber, yo no tenía por qué decirlo. Creo que las que más se acercan al nivel de Ryan son Kelsey y Leslie.

Pero Ryan es diferente a todos, se ha ganado un lugar en mi corazón y mi vida, entrando incluso cuando yo no lo quería. Es el tipo de personas que permanecen en los buenos y malos momentos, los que luchan por quedarse contigo pese a tus intentos de alejarlo.

Estoy tan feliz de tenerlo y que Ryder lo quiera tanto.

Creo, de hecho, estar empezando a enamorarme. Algo casi imposible, enamorarse de alguien en tan poco tiempo. No hace más de un mes que nos conocemos y ha eclipsado mis pensamientos y sentimientos. Sin embargo, soy de las que cree que el amor no se mide con el tiempo, sino con los hechos y Ryan ha hecho mucho por mí y por mi hijo.

Por ello, y porque ya sabe el resto del problema, le hablo de la conversación que tuve hace menos de una hora con mi hermana. Me escucha atento, neutral, esperando a que acabe para poder hablar.

Una vez termino, dice:

—No voy a permitir que ese hombre haga algo en contra tuyo o de Ryder —asegura—. Tiene que pasar por encima de mí antes de llegar a ustedes.

Como si ya no he llorado lo suficiente esta noche, sus palabras abren la presa de nuevo y las lágrimas se desbordan de mis ojos, corriendo por mis mejillas.

—Eres más de lo que merezco —musito en medio del llanto. Ryan, en un movimiento ágil, me toma de la cintura y me lleva a su regazo, apretando sus brazos a mí alrededor.

—Soy yo el que no te merece, Dawn —susurra, su aliento provocando cosquillas en mi oído—. Tú y el pequeño Ryder han llegado a mi vida para darle luz y sentido a todo, y no me va a alcanzar la existencia para agradecértelo.

—No es necesario que lo hagas, nos hemos ayudado mutuamente.

—No he hecho tanto por ti como profesas. —Sonríe de medio lado, pareciendo tímido.

—Claro que sí —contradigo—. Me diste un trabajo, también la oportunidad de cumplir mi sueño siendo parte de tu equipo de baile y has alegrado la vida de Ryder pasando tiempo con él. Ese tipo de cosas, aunque las vez como pequeñas, son algo grande. —Aprieto los labios, bajando la vista—. Y no creo que te haya agradecido por lo que hiciste por nosotros en el hospital ese día.

Frunce el ceño.

—¿Pagar su factura?

Asiento.

—Tenías razón, no tenía cómo pagarla —admito—. Iba a tomar mis ahorros para pagarlo y mi cuenta iba a quedar en cero.

—Eso no es nada.

—Sí que es algo, no te permito que desestimes las cosas buenas que has hecho.

—Es solo dinero, Dawn, nada más.

Resoplo, sonriendo a la vez que niego.

—Para ti puede que sea solo dinero, pero para una persona que llegaba justa a final de mes, aun teniendo dos empleos, no es solo dinero. —Me acomodo en su regazo y paso los brazos alrededor de su cuello—. No había podido pagar un seguro médico, Ryan, y la salud de mi hijo es importante para mí. Estaba molesta porque pagaste las cuentas del hospital sin decirme, pero ahora que lo pienso con la cabeza fría, me doy cuenta que me hiciste un favor y no fui agradecida. —Le doy un beso casto y le sonrío—. Gracias, Ryan.

Me devuelve la sonrisa, las esquinas de sus ojos arrugándose en el proceso.

—No fue nada. Lo haría de nuevo si hiciese falta.

Me inclino hacia él de nuevo y vuelvo a besarlo, esta vez lento y no me aparto. Me toma de la nuca y me leva más cerca, abriendo su boca para profundizar el beso. Su lengua traza mis labios y abro mi boca para dejarlo entrar.

Todo con él se siente correcto, no hay nada que haga que crea que está mal o que no quiera hacerlo.

Por eso, por el mundo de sentimientos que tengo hacia él, lo dejo llevarme a su habitación.

 

♪♪♪

 

—¡Vamos, chicos! —grito desde la cocina.

Hice el desayuno para los tres, pero el par de hombres con los que estoy conviviendo se tardan demasiado en estar listos.

—¡Voy! —responde Ryder a mi grito, corriendo por el pasillo.

Pongo un plato en la isla de la cocina justo cuando Ryan aparece por el pasillo. Ayuda a Ryder a sentarse y luego toma el lugar a su lado.



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En el texto hay: musica, amor, dinero

Editado: 24.04.2022

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