Ámame

Capítulo 28: Dawn.

Capítulo 28

Dawn

 

Me sacudo la nariz en la toalla de papel que me pasa Leslie bajo la mira reprobadora de Kelsey. Está enojada porque dejé a Ryan sin permitirle hablar, dice que tenía que escucharlo, que desde su perspectiva no parecía que quería comprar mi amor y que estaba siendo muy radical. Leslie, por otro lado, se compadece de mí y me da palabras de aliento, asegurando que todo estará bien y que las cosas con Ryan se van a arreglar.

Ryder está viendo TV, ajeno a la revuelta que tengo de sentimientos en este momento. Mejor de esa forma, así no se pone del lado de Ryan, que sé que lo hará porque lo quiere mucho.

Ese pensamiento me estruja el corazón, provocando un dolor insoportable en mi pecho.

Si tanto duele que haya dejado a Ryan, ¿por qué no he ido a hablar con él?

¡Ah, sí! Soy una extremista que le dio terror que un hombre adinerado viera por ella.

Es complicado para mí permitirle a Ryan que me compre cosas, más cuando se trata de cosas costosas y grandes. La cuenta del hospital, un auto, un apartamento… Es mucho para mí. Con el sueldo que me paga soy capaz de conseguir todas esas cosas que se empeña en darme, no es necesario que gaste su dinero en mí y Ryder.

Kelsey dice que no es para tanto, que estoy siendo exagerada, pero para una persona que se mantiene desde que tiene 18 años y no ha necesitado nada de nadie, no es fácil dejar que otro te dé regalos, y es más la desconfianza cuando son regalos extravagantes.

Le habría aceptado a Ryan pendientes de diamante, un teléfono o un portátil de última generación, pero un apartamento ya es mucho.

Un par de pendientes de diamante pueden costar lo mismo que un apartamento, me dice mi consciencia, pero descarto el pensamiento. Un pendiente de diamante es más pequeño que un apartamento.

—Te enamoraste de ese hombre, Dawn, deja de ser una tonta y ve por él antes que una modelo de piernas largas te lo quite —me riñe Kelsey—. ¿Sabes cuántas mujeres amarían estar en tu lugar? Miles, sino millones, y tú ahí, llorando porque quería comprarte un apartamento. Ya quisiera yo tener tu suerte y conseguirme un actor que me regale cosas y me saque de la miseria.

—No seas tan dura con ella —media Leslie—. Tiene sus razones.

—Y sé sus razones, pero no termino de comprender por qué, simplemente, no le dice que no quiere un apartamento, pero que a él sí. —Me mira, torciendo el gesto—. Eres una tonta de pies a cabeza y nadie puede decir lo contrario.

 No puedo decir que no tiene razón, la cosas podrían arreglarse rápidamente y sin más problemas. Sin embargo, amo complicar las cosas, al parecer. Creo que si vuelvo y lo dejo hablar, me va a envolver de tal forma que voy a aceptar quedarme con cada cosa que me dé, y eso no lo puedo permitir.

Entonces, el problema no es de Ryan, es tuyo por tu falta de control en tus decisiones.

Mi consciencia ha estado un tanto borde conmigo en las últimas horas, significado de que estoy molesta conmigo misma por irme del estudio como lo hice.

—Gracias por dejar en evidencia lo estúpida que soy, Kels. —Sorbo por la nariz—. Es de gran ayuda tenerte aquí.

—Si tus amigas no te dicen lo que estás haciendo mal en la cara, no son tus verdaderas amigas. —Le lanza una mira a Leslie y ella resopla.

—Nunca dije que estuviese de acuerdo con su actitud, pero me pongo en sus zapatos. —Pasa un brazo por mis hombros y me atrae más cerca—. Lo que pasa es que tú eres insensible.

Kelsey resopla.

—Soy realista, eso no quiere decir que no tenga mi corazoncito.

—Corazoncito que está del lado de Ryan —replica Leslie.

—¿Y de qué lado iba a ponerme? —refuta Kelsey—. Esta tonta está cometiendo un error, ese hombre la quiere de verdad y solo está intentando ayudarla. —Se cruza de brazos, adoptando una expresión determinada—. Nada más ayer se fue la electricidad en esta porquería de lugar, por décima vez en lo que va de año. No es justo estar pagando la renta y los servicios cuando el dueño no hace acto de presencia para arreglar los problemas y el encargado se lava las manos, como si nada de lo que pasa aquí le concerniera. No puedes culpar a Ryan por querer que se muden a un mejor sitio, después de todo, es tu jefe. ¿Qué dirán de él si saben que su asistente personal vive esta pocilga? —No espera a que Leslie y yo respondamos, ella misma se da la respuesta—. Exacto, hablaría muy mal de él y el trato a sus empleados.

—Te has tomado en serio el trabajo de abogada en defensa del acusado, ¿no? —bromeo, Kels frunce el.

—No soy la defensa del acusado, aquí la acusada eres tú.

—¿Podemos cambiar de tema? —propone Leslie, mirando sobre su hombro a Ryder, que está en sala de estar, absorto en el programa de televisión que está viendo.

—Perfecto. —Kelsey junta las manos y las frota, sonriendo como si supiera algo que nosotras no—. ¿Por qué no hablamos de lo que vas a decirle a Ryan cuando vayas a pedirle disculpas por ser una tonta?

Pongo los ojos en blanco y Leslie gime de frustración.



#95 en Joven Adulto
#2312 en Novela romántica

En el texto hay: musica, amor, dinero

Editado: 24.04.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.