Amame o Destruyeme

PROLOGO

LUCIA

 

Las Luces…

De pequeña mi padre solía llevarme al miradora a verlas, recuerdo que me encantaba observarlas y decirle lo maravillosas que me parecían. El solo sonreía, me cargaba en sus brazos “¿ves aquella que brilla más?” preguntaba señalando la luz que más brillaba “a ese nivel de brillo llegaras un día, solo nunca dejes morir tu niña interior, porque ahí está el secreto de todo mi pequeña Lucy”

Lástima que ese hombre al cual yo admiraba ya no existe…

-Entonces, ¿te vas?-la voz de Jay interrumpe mis pensamientos, limpio mis lágrimas antes de mirarlo.

-si-susurro con la voz quebradiza.

 El silencio entre nosotros cortaba como una daga y el sabor amargo de la despedida llenaba el espacio. Era tana asfixiante y sofocante que costaba respirar con cada segundo que pasaba. Esto dolía, dolía demasiado.

Jay toma mi mano y la une con la suya sin poder siquiera mirarme.

-no quiero que te vayas-susurra quebrándose su voz al final, provocando que salieran más lágrimas de mis ojos.

-no quiero irme-solloce. De verdad deseaba quedarme con mis amigos, en mi colegio y con Jay pero le estorbaba a la nueva esposa de papá y de alguna manera logro convencerlo de enviarme a un internado lo más lejos de aquí.

Jay se acercó y me rodeo con sus brazos en un abrazo que quizás sea el último por no sé cuánto tiempo. No puedo soportarlo más, lagrimas salen sin control y mis sollozos llenan el lugar.

-prométeme algo-susurro en mi oído tratando de no quebrarse-prométeme que nos hablaremos todos los días, que no me olvidaras, que aunque seas mi novia, serás también mi amiga siempre, que a pesar de la distancia estaremos el uno para el otro y nunca perderemos la comunicación-finaliza y mis sollozos aumentan provocando que Jay me abrace más fuerte.

-te lo prometo-susurre-eres y serás mi gran amor Jay

-y tú el mío Lu-dice antes de darme un beso en la frente para luego tomar mi cara entre sus manos y unir nuestros labios.

Un beso de despedida…Es lento, como si quisiéramos tatuarnos cada sensación que este nos da, totalmente agridulce. Jamás pensé que esto dolería tanto.

-Lucia ya es hora de irnos-la voz de mi padre interrumpe nuestro beso y me tenso al igual que Jay. Ya era hora. Mis ojos se llenan de más lágrimas y niego aferrándome a Jay.

No quiero irme

-Lucia-advierte mi padre en tono severo. Era mejor hacerle caso, el detestaba a Jay y el encontrarnos besándonos empeoraba las cosas. Me sorprende que no haya hecho un caos, siempre supe de todo lo que podía llegar a ser capaz mi padre con tal de cumplir su objetivo.

Pero jamás me imagine que fuera tan capaz de hacer todo lo que hizo después de esa noche…

Lo subestime y ese fue mi error.

Me separo lentamente del castaño hasta el punto de que solo quedan nuestras manos unidas. Lo observo durante unos segundos tratando de memorizar cada parte de su rostro. Jay Miller es bastante guapo. Con sus rulos que parecen siempre estar en diferentes direcciones, cara perfilada,  mentón marcado, una sonrisa deslumbrante con  hoyuelos a los lados de esta y para completar siempre tiene una mirada picara, relajada y divertida que llama la atención de cualquiera. Mi chico es hermoso y ahora me tengo que separar de él. Sus ojos están llenos de lágrimas pero sé que no las soltara porque quiere ser fuerte por mí. Le dedico una pequeña sonrisa triste y dirijo la mirada hacia nuestras manos unidas.

-te amo-susurro levantando la mirada hacia sus ojos. Jay me devuelve la sonrisa antes de susurrar de vuelta.

-Te amo

Lentamente suelto nuestras manos, Lagrimas salen sin control pero ya no hago nada para detenerlas. Mi corazón duele y mucho. Lo observo por última vez antes de girar e ir hacia dónde está mi padre con una promesa en el aire que me hubiese gustado cumplir.

 

 




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