Amame o Destruyeme

CAPITULO VIII

LUCIA

 

-…Es por ello que para mí es un honor anunciarles que esta bella mujer y yo nos casaremos el próximo mes-finaliza Alex aquel discurso tomándome por la cintura y sonriéndole a todos aquellos que se levantaron para celebrar la buena nueva.

Gente que si acaso he visto una vez en mi vida es mucho, pero para ellos es más importante la fuerza que contiene la unión de estos dos apellidos. Ahora, todos quieren hacer negocios con los Brown o con los Evans, finalmente lo que Matthew y Bárbara querían dio frutos.

Poder.

Aunque sea absurdo ya que tienen el suficiente para aplastar a cualquiera. Ellos querían más poder.

Y lo obtuvieron.

Veo la sonrisa complacida de todos los presentes. Fascinados con la unión.

Arpías.

Finjo una sonrisa mientras que Alex me da un pequeño beso en los labios y alzamos nuestras copas en un brindis.

-Quita esa cara ¿Quieres?-ordena Alex en tono aburrido-Nadie te está matando.

-El casarme contigo es morir lentamente querido-digo con una sonrisa y noto como una sonrisa de superioridad se forma en sus labios.

-El casarte conmigo es lo mejor que te pasara en tu miserable vida-dice-Mírate, no eres nadie, no tienes personalidad, eres aburrida y con un cuerpo simplemente común, jamás lograrías encontrar a alguien que se case contigo solo porque te amé. Tu padre lo sabe, Bárbara lo sabe, Todos en esta sala lo saben. Te han hecho el mayor favor de tu vida-finaliza sin dejar de sonreír. Empuño mis manos a mi costado con molestia y reúno fuerzas  para no estamparle un tacón en su estúpida cabeza hueca.

Imbécil.

-No frunzas el ceño querida, te saldrán arrugas. Ahora sonríe que vienen un par de personas a felicitarnos-dicho esto quita su mano de mi cintura y dirige su atención hacia las personas-que sabrá el espíritu chacarero quienes son-para recibir más felicitaciones.

Tomo una respiración profunda y saco la sonrisa más falsa y resplandeciente que tengo.

“Por los novios” “Que sean muy felices” “Que siga creciendo la nueva generación Brown y Evans” Escucho como todos celebran como si nos conocieran de toda la vida sin saber que estamos muy lejos de ser felices con esta unión.

 Todos se acercan a abrazarnos felices, las envidiosas me llaman “afortunada” las viejas pregunta “¿Para cuándo los hijos?” pareciera que se les olvidara que apenas tengo dieciocho putos años. Y no podían faltar los viejos admirados por las chequeras que crecen pidiendo una “reunión” para propuestas de negocios. Los cuales Alex despacha con naturalidad y elegancia, para algo tenía que servir el maldito. 

Llega un momento de la noche en la que me comienzo a abrumar así que me excuso y voy hacia el baño.

Llego a este y respiro un par de veces tratando de calmarme. Vamos Lucia, hasta ahora todo ha salido bien, tú puedes. Solo tienes que aguantar un par de horas más. Solo…

-Jamás creí que la próxima vez que te volvería a ver seria anunciando tu compromiso-comenta una voz a mis espaldas-Y mucho menos que ese compromiso no fuera con Jay.

Conozco esa voz. Me giro lentamente sin poder creerlo y cuando mi mirada se topa con la suya un nudo se forma en mi garganta.

-Jess-susurro apenas audible.

Ella sonríe.

-Hola Lucy-saluda con aquel apodo que ella me coloco cuando éramos niñas.

La detallo de arriba abajo al igual que ella lo hace conmigo y noto que ha cambiado bastante. Esta más alta, su cabello rojizo está mucho más largo, sus ojos avellana siguen siendo grandes pero menos expresivos, su cara perfilada y su cuerpo esbelto y formado. No queda nada de la niña con frenillos que iba a mi casa todos los días.

Ahora es toda una mujer.

Jessica Jenner. Mi mejor amiga.

Esta aquí.

Después de tantos años.

-¿Cómo…-me aclaro la garganta-has estado?-pregunto.

-Bien-responde simple y yo asiento. No podía esperar un súper abrazo después de que prácticamente me olvide de ella.

Nos quedamos en silencio un buen rato hasta que decido romperlo.

-Nos vemos por ahí entonces-digo y hago un ademan de salir pero Jess me detiene y me abraza. Un poco sorprendida respondo a aquel abrazo.

Que sin saberlo lo necesitaba.

-No se tus razones para haber desaparecido así, tienes mucho que explicarme pero quiero que sepas que a pesar de todo sigues siendo mi mejor amiga-dicho esto mis ojos se llenan de lágrimas.

-Hay mucho que debemos hablar pero no aquí-digo y ella asiente separándose. Noto que sus ojos también se han llenado de lágrimas. Sonrió, quizás no estoy tan sola como pensé.

-¿Has visto a Jay?-pregunta y  yo me sonrojo recordando aquel beso y todo lo que le dije después. Asiento con tristeza.

Si no me odiaba por haber desaparecido así, ahora sí creo que lo haga, lo he tratado fatal.




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