«Mirando a su hijo con irritación, se dijo a sí mismo que podía con eso, es decir, tampoco es que sea tan malo que este sea inteligente, pero ya se estaba pasando de la raya.
— Por última vez —siseó—. Dasha es tu prima, trata de no molestar a tu tío Damon, para que puedas quedarte con ella el tiempo que quieras, estás siendo muy molesto ahora mismo.
— Yo la quiero —Jedward gateó hasta dónde se encontraba Volkan, y se paró con ayuda de este—. Ella es tan bonita. Así como mi mamá, ¿por qué no puedo ser su esposo?
— Porque es tu prima, deja de insistir —apretó la nariz de este—. Además, no le has preguntado a ella si está de acuerdo en que seas su pareja.
— Primero me dicen que es mi hermana, luego que es mi prima, ¿por qué me mienten tanto?
— Son cosas de adultos que pasan por una razón —Volkan negó con la cabeza, su hijo le estaba sacando muchas canas verdes—. Ella es una niña, tú también lo eres. No pueden siquiera pensar en eso del matrimonio.
— Entonces, ¿cuándo esté grande si me puedo casar con ella?
— No.
— No es justo, quiero a mi mamá.
— Tu mamá se anda preparando para una boda, no seas un niño impertinente, mocoso —lo cargó y luego caminó hasta la puerta—. Tenemos que ir a preparar algo, tu tío Frederick ha estado muy tranquilo estos días.
— El tío Frederick es el mejor de todos, él sí me ayudaría a casarme con Dasha»
Tenía muchos nervios encima y más porque presentía que las cosas no estaban del todo bien con él por la situación actual de su familia. Sus hijos debían regresar a la escuela, pero con su familia llegaron a la conclusión de que aún no irían porque sería poco ético llevarlos. Los contratos iban en decadencia, y por primera vez, el apellido de los Richter iba en picada por su culpa.
Liam aún no se había ido a la ciudad, su hermana llegó al país luego del pequeño escándalo que se formó y verla con sus hijos era como una bomba… esa niña que casi tenía la misma edad que su hija, Jasha y ella sin duda se matarían por querer tener el dinero de su familia.
— Por la mirada de estúpido, sé que estás pensando en Dasha —su hermana dejó caer las manos sobre el escritorio, y lo miró burlona—. Otra vez te pones algo idiota cuando se trata de ella… todos en la familia lo saben.
— Bueno, la verdad es que tengo la mente en otros líos y la empresa parece ser que va en picada —suspiró, cansado—. Los contratos se van rompiendo y…
— Tienes la empresa del tío Kiral y los complejos que…
— Solo fue un hotel —se pasó una mano por el cabello—. Dasha está allá dándole los últimos toques a las decoraciones.
— Han trabajado rápido, eres bueno en lo que haces, pero ahora estás comportándote como un niño y eso es molesto —Asya le dio unos golpes en las mejillas—. Kendri debe ser el molesto de la familia, pero resultó ser el niño dotado.
— Soy mayor que tú, respétame…
— Por cuatro años y fin del asunto —ella le pellizcó las mejillas—. No tienes por qué sentirte mal por el hecho de que ella haya tenido sexo con otros hombres —se cruzó de brazos—. Te habló con la verdad, quiere que inicien de nuevo…
— ¿Y tú perdonaste a Liam?
— Una infidelidad jamás se perdona y son casos distintos —Asya caminó hasta el ventanal—. Escapé a Turquía, me casé con un hombre que solo buscaba venganza, peor de todo, es que sucedió en una sola de interrogatorios mientras mi hija estaba en mis brazos —hizo una pausa—. Mi mejor amiga y su hermano me engañaron, fueron los peores años de mi vida. En menos de dos días, tuve que casarme con Liam, tocó un punto tan débil en mí, que actualmente me siento fuera de lugar.
— Tienes esa espina —completó por ella, girando la silla hacia ella—. Lo que pasaste en Estambul fue horrible, solo que no nos dimos cuenta de nada.
— Lo admito, tal vez me busqué eso, pero por más que trato de llevarme bien con Liam, mi mente solo imagina que un montón de cosas.
— Un poco de paciencia…
— Lo sé, regresar a este país no fue buena idea desde mi punto de vista —su hermana chasqueó la lengua—. Además, no estamos hablando de mi vida sexual, sino de que estás maquinando una manera no asesina para hablar con Dasha acerca de la cantidad de hombres con los cuales se acostó en Moscú.
— Me sorprendió que ella me dijera que el sexo con ella podía ser un poco aburrido —se pasó la lengua por los labios—. Creo que me lo dijo porque deseaba ver mi reacción.
— Sí, fue por eso y caíste.
Jedward se quedó un momento mirando a la nada. Recordaba que Dasha en el pasado tenía muchos problemas para respirar y que en algunas ocasiones ella trataba de no decirle que se estaba quedando sin aire cuando tenían sexo. Los dos eran inexpertos y hasta vergüenza le daba decir que solo había tenido sexo con dos mujeres en toda su vida.
— Mis hijos están corriendo por alguna parte de este edificio, pronto podré decir que soy libre…
— Si gustas, puedo dejarte con mi hija, Kaleb es tranquilo, pero se quedó en Berlín…
— No, gracias, ya tengo a una mocosa que en lo único que piensa es en dinero y la tuya tiene complejo de dictadora.
Su hermana le enseñó el dedo de en medio, y en ese momento se escucharon fuertes pasos por todo el pasillo del lugar.
Apretó el puente de su nariz, Jasha era tremenda, pero la hija de su hermana andaba por el pasillo dando órdenes que no debería. Para su buena suerte, Asya salió de la oficina para llevarse a los niños.
Él se quedó a la espera de que Dasha llegara para ver los avances con el hotel…
— Hola, papá —Jasha abrió la puerta sin tocar y le mostró una bolsa de medicamentos—. Mamá dijo que debes atenderme como la reina del universo que soy.
— Eres la reina del universo solo para lo que te conviene y no tiene que ser precisamente conmigo —le dio un pellizco en la nariz—. Ven, debemos ir al piso de arriba para que puedas comer algo.