Ámame si te atreves : Amor Posesivo

Capítulo 2


 


 


 


 


NARRA ROSALÍA 
 


¿Será que este hombre me siguió?
Pero....... ¿por que? 
Siento su mirada taladrando mi cuerpo, tengo tanto miedo y pánico al verlo acercarse con impaciencia a mi, está por cruzar la calle, me volteo como suma brusquedad precionando en repetidas veces el timbre de esta mansión, rogando que me puedan abrir lo más pronto posible.

El hombre está a unos cuantos pasos de distancia y el pánico que siento en este preciso momento crece de manera descontrolada , me hace sentir que el tiempo pasa lentamente, mi piel se eriza por el evidente miedo, siento que el corazón se me va a salir en cualquier momento, de lo fuerte que me está latiendo, mis ojos amenazas con derramar algunas lágrimas, como si estuviera viviendo en aquel pasado que quiero olvidar, dentro de mí pido ayuda, ruego que alguien venga a rescatarme, mi voz se queda trabada en mi garganta, quiero gritar pero no puedo, estoy apuntó de desmoronarme.

como si alguien ubiera escuchado mis ruegos internos, el portón se abre lentamente, calmando el terror en mi, yo no espero nada me adentro de manera rápida, sin mirar siquiera a la persona que me abrió la puerta, con la respiración entrecortada tratando de controlar mi cuerpo que ya se encontraba temblando.

-se encuentra bien? Me pregunta un caballero de unos cincuenta años aproximadamente.

-si, sólo que me sentía algo abrumada por el tiempo y la oscura del lugar.

apenas conseguí tranquilizarme, ocultando mi terrorífica expresión. Me aclaró mi garganta y prosigo a mi presentación, no quiero arruinar mi nuevo comienzo con algo tan tonto como ese hombre, que de seguro quería robarme algo.

- Bueno, disculpe que haya entrado así, sin presentarme. soy Rosalía, la nueva enfermera. 
Es un gusto conocerlo señor? le extiendo mi mano, con algo de nerviosismo, dicen que la primera impresión es la que cuenta verdad?

- Gregorio y el placer es mio bella dama, yo soy el maroydomo de ésta casa.

Pero Sigame señorita por aquí, que el señor la espera. Solo asiento y lo sigo con mis cosas en la mano , el señor Gregorio se ofreció a ayudarme pero me nege, pues no quería abuzar de su amabilidad. Apenas entre a la enorme mansión, sentía cálido todo mi cuerpo, pues afuera el frío ya me estaba congelando, avanzando un poco más y mi mandíbula literalmente se cayó al piso, todo era hermoso en esta casa o mejor dicho castillo.

Nos dirigimos hacia unas escaleras por unos pasillos en dónde se podía apreciar en las paredes de éste, bellos cuadros de artes, pintados a manos simplemente hermoso, los adornos, jarrones y demás eran elegantes, todo en esta casa gritaba dinero y lujo por donde lo mires.

Esta casa es tan grande que ya de tanta veces de entrar por un lado y salir por el otro, que me sentí mareada o será por el hambre que tengo?.

Salgo de mis locos pensamientos al Paramos frente a una puerta de madera, el señor Gregorio toca un par de veces la puerta, hasta escuchar una voz algo grusa, decir "pase", pasamos ambos yo detrás del señor Gregorio, tratando de arreglar un poco mi ropa que ya se encontraba algo desaliniada, y algo mojada. los nervios por presentarme ante mi nuevo feje, me empiezan a jugar en contra.

Con mucho pesar me armo de valor, levanto mi rostro que permanecía con dirección al suelo. 
me encuentro con un señor que debería tener cincuenta años o un poco más, de muy buena presencia, ojos de mirada penetrante, de presencia seria. 
Se para y me extiende la mano, en señal de saludo.

- bienvenida, mi nombre es Douglas Frizenbalden...... señorita?

Me aclaró la garganta y también le extiendo mi mano, la cuál es super pequeña a comparación de la suya.

- Rosalía Smith, me apresuró a responder. 
- un gusto seño frizenbaldem.

Le sonreí de manera nerviosa, a lo cuál él lo respondió con una calidad sonrisa, me empecé a sentir un poco cómoda con mi nuevo feje.

- tome asiento, por favor Señorita Rosalía.

- bueno hableme un poco más de usted por favor señorita, para yo poder conocerla y así ofrecerle este trabajo, a ver si a usted le interesa o le conviene lo que le voy a ofrecer.

- bueno como ya lo sabe mi nombre es Rosalía Smith, tengo veintitrés años, estudie enfermería, tengo mucha paciencia con los pacientes, me gusta tratarlos como personas totalmente sanas, sin recalcar sus condiciones de salud.

Más que una enfermera trató de ser una buena amiga o una compañera, con la que puedan descargar todas su dolencia. algunos compañeros dicen que soy parlamchina, trato a mis pacientes con mucho cariño y dedicación, como puede ver mis recomendaciones.

Me aclaró una vez más la garganta para continuar, soy huérfana ya que mi madre murió, cuando era una bebé y mi padre falleció cuanto tenía dieciséis años, Así que no tengo a nadie que me distraiga de mis deberes.

- eso leo en su recomendación, pero por que aceptó este trabajo lejos de la civilización por así decirlo y sobre todo lejos de dónde usted viene.?

- bueno no le mentiré para serle sincera la paga es muy buena.

Le confieso algo apenada.

Jajajaja..... Ambos hombres ríen, pues Gregorio seguía aquí.

- como le dije no tengo a nadie que me detenga y al enterarme del lugar lejos de los ruidos de la ciudad, me atrajo el silencio y la tranquilidad que debería reynar en este lugar. Por otro lado me encanta cuidar a viejitos, pues nunca tuve un abuelo y esto es más cercano a uno.

Le hablo con toda sinceridad, por que de verdad es lo que siento, estoy totalmente sola.

- puedo percibir que es una persona muy sentimental, pero lamento desilucionarla, pues no hay ningún viejitos aquí, excepto Gregorio y yo.




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