Julia aparcó el auto a la entrada de la casa de los Richman y miró la fachada de ésta sintiendo un apretón en el estómago. Era de mañana aún, por lo que imaginó que los niños estarían en la escuela, y Duncan muy seguramente estaría en su trabajo.
Allegra, por otro lado, estaba en casa, según lo que le había dicho por teléfono, y la estaba esperando.
Ingresó a la casa luego de saludarla, pero debía notársele mucho la conmoción, pues Allegra la llevó directamente a la sala.
—¿No estás bien? —comentó Allegra con solo verla, se notaba que había llorado y estaba en plena crisis nerviosa.
Al llegar a la sala, Julia vio allí a Duncan, y eso la detuvo.
—Yo voy de salida —dijo Duncan con una sonrisa, y era verdad, tenía un maletín en la mano y estaba vestido con traje de oficina.
—No, no… De hecho… creo que es mejor si me escuchas… —Duncan la miró poniéndose serio. Cuando Allegra le contó que Julia venía en camino, y que tal vez fuera una charla sentida de chicas, no prestó mucha atención, pues ellas dos se habían hecho amigas con el pasar de los días. Pero si lo estaba involucrando a él, era algo diferente.
—¿Estás segura?
—Totalmente.
—De acuerdo —dijo, dejando el maletín a un lado. Julia agradeció que no mostrara disgusto, ni mirara su reloj. Era un hombre muy ocupado, después de todo.
—Se trata de Nicholas —empezó Julia, y luego de sentarse, y de que Allegra pidiera un té tranquilizante para ella, les contó todo.
Allegra disimuló menos que Duncan, pero era evidente que los dos estaban sorprendidos, más y más, con cada palabra que salía de su boca.
Empezó contándoles algo de su familia, sabiendo que cuando soltara la bomba ya no tendrían mente para nada más. Contó como Bill cuidó de ella y cómo ahora ella cuidaba de él, y de su plan para que Nick lo conociera y así ya quedaran menos miembros de su familia por conocer.
Y todo lo que había ocurrido esa noche, palabra por palabra, gesto por gesto. Las reacciones, el dolor, todo.
Julia notó que Allegra miraba a su marido como si le preocupara que también él reaccionara de manera explosiva, y puso su delicada mano sobre el fuerte hombro como si tratara de contenerlo, pero él estaba muy calmado.
Julia recordó que también Nicholas intentó estar calmado esa noche, pero al final no había podido, sobre todo, cuando Bill, en vez de arrepentirse y pedir perdón, se burló de sus hijos.
—Entonces… —dijo Duncan con voz pausada y grave—. Timothy Richman es ahora Bill Stanton —dijo, y Julia asintió. Ya había llorado demasiado, estaba agotada, sentía que si cerraba los ojos dormiría por el resto del día. —Y es tu padrastro.
—Sí.
—Y desde entonces… Nicholas no quiere verte —Julia asintió con mucho dolor en su corazón.
—Yo… lo entiendo. Entiendo que no pueda procesar todo a la vez. He intentado tener paciencia, pero siento que se aleja más y más…
—¿Tú estás bien? —Julia lo miró confundida—. Ha debido ser terrible para ti. Si Nicholas se está comportando como dices, estás teniendo problemas no sólo con tu novio, sino que… tal vez tu padrastro, que en su tiempo fue tu héroe… en cierta manera, ha muerto para ti—. Contra todo pronóstico, y a pesar de haber pensado que sus glándulas lagrimales ya habían agotado toda su materia prima, Julia volvió a llorar.
Hasta ahora, nadie se había puesto en sus zapatos. Hasta ahora, ni ella misma se había concentrado en sus pérdidas, totalmente enfocada en las de Nicholas.
Allegra se movió del lado de su marido y corrió al de ella. Esta muestra de afecto la hizo llorar más.
—Tampoco puedo perdonar a Bill —lloró Julia—. Lo que hizo… ¡es tan horrible! ¡Lo peor es que no se arrepiente! ¡No se arrepiente! Le pregunté, y sólo se justificó, dice barbaridades, habla tan horrible. No es para nada el Bill que conozco, ¡es como si se hubiese transformado de repente!
—No. No se transformó, sólo se le cayó la máscara.
—¿Qué? ¿Dices que… todo este tiempo… fue una mentira?
—Lo lamento, Julia, pero no puedo ofrecerte consuelo al respecto—. Allegra abrazó a Julia atrayéndola hacia su hombro y pidiéndole a su marido con la mirada que no la agobiara más. Duncan dejó salir el aire asintiendo.
—Hablaré con Nicholas —dijo poniéndose en pie—. No te preocupes, no dejaré que haga nada estúpido.
—Está empeñado en vengarse —siguió Julia levantando de nuevo el rostro, totalmente anegado en lágrimas—. Encontró que en un tiempo Bill vendió drogas y usará eso para hundirlo—. Duncan otra vez pareció sorprendido.
—¿Vendió drogas? —Julia asintió.
—Antes de conocer a mi madre y entrar en mi casa… sí. Fue un traficante—. Duncan miró a Allegra totalmente horrorizado, y ésta sólo apretó los labios.
—¿Cómo sabe eso Nicholas?
—Lo investigó. Ya tiene resultados de esa investigación.
—Le preguntaré acerca de eso —dijo Duncan—. Gracias por venir aquí y contarnos.
—Con esto, estoy rompiendo su confianza.