Desperté confundida en lo que parecía ser una habitación. Una claridad extrema inundaba el ambiente mientras mis sentidos luchaban por regresar a su estado normal. ¿Cómo demonios había terminado allí si hasta hacia unos instantes me encontraba saliendo de la escuela? ¿Dónde estaban mis compañeros? Me incorpore lentamente y observe a mí alrededor. Era un cuarto muy amplio, prácticamente sin mobiliario: una enorme cama con un cobertor inmaculado, un armario del tamaño de toda una pared, una pequeña mesa redonda y un gigantesco ventanal que mostraba un paisaje totalmente desconocido. Podría decirse que era un jardín, aunque solo reconocía el verde césped, debido a que la vegetación parecía salida de un cuento de ciencia ficción. Me acerque un poco más al cristal para intentar inspeccionar alguna de esas plantas pero me resultaba imposible. En vez de hojas, tenían una especie de plumas de colores y las flores… ¿Acaso se estaban moviendo como si tuviesen vida propia? Si, así era.
_Esto es un sueño, sin lugar a dudas _me dije desconcertada_ Si me pellizco, voy a despertar.
Y así lo hice pero, para mi sorpresa, me dolió y mucho. Entonces me pregunte donde me hallaba, por que ningún alma humana estaba a mi alrededor .Intente acercarme a la puerta pero la cabeza me daba vueltas y más vueltas mientras intentaba recordar cómo había llegado a semejante situación. Mis cavilaciones se vieron interrumpidas por una mujer, que vestida con una túnica plateada al más puro estilo grecorromano, me ordenaba:
_Tiene solo veinte minutos para vestirse. La boda será en el templo, con toda la ciudad como testigo. Aurora ya está viniendo para ayudarla. Tomara un baño, se pondrá el vestido que van a traer y esperara en silencio.
Su autoritarismo me pareció inadecuado, por lo que instantáneamente le dije:
_Me parece que usted se equivoca. Voy a salir de aquí ahora mismo y me van a regresar a mi casa. No tengo la menor idea de que casamiento está hablando…ni quién es usted, ni que se supone que debo hacer yo. Así que ya mismo me estoy largando de aquí.
Antes de que pudiera decir “adiós”, dos hombres vestidos con túnicas negras aparecieron junto a la puerta impidiéndome la salida. Eran dos figuras descomunales, con rostros impávidos y miradas heladas, parecían dos luchadores sedientos de sangre y golpes. Definitivamente estaba en problemas, y muy serios.
_Mi nombre es Carmen y estoy a su servicio_agrego con ironía_ Sin embargo, me parece que usted no entiende lo que está aconteciendo ni la importancia histórica de este suceso. En menos de veinte minutos usted se casara con el señor Emperador, pronunciara sus votos, testificará su lealtad frente a toda la comunidad y asunto resuelto. Después se verá que sucede, por lo pronto urge que se case, de otro modo, su padre pagara sus arrebatos con su vida. Creo que ahora si soy lo suficientemente clara.
_ ¿Dónde se encuentra mi papa?_ quise saber con desesperación mientras unas vividas imágenes se agolpaban en mi mente como si fuesen breves flashes : un viaje en una nave oscura, dos sujetos introduciéndome a un vehículo desconocido, una extraña sensación de antigravedad, unos rostros desdibujados y mi padre diciéndome que me calmara, que todo estaría bien.
_Si usted cumple con lo que le digo, va a verlo muy pronto. De lo contrario…espero que tenga buena memoria para recordarlo. Veinte minutos, calladita y obediente, es un formalismo y nada más. Usted cumple, nosotros cumplimos y todos felices y contentos. Le recomiendo no hacer ninguna locura porque estos señores se van a quedar custodiando la puerta y es la única entrada y salida. Ya se lo dije, señorita, usted hace lo que se le pide, se mantiene en silencio, dice SI ACEPTO y nada más.
Me dirigió una mirada de odio y envidia, como si anhelase encontrarse en mi lugar, y se marcho. Inmediatamente ingresaron dos muchachas son bolsas y paquetes, una de ellas debía ser Aurora Imagine que podía preguntarles un millón de cosas pero entonces, recordé a mi padre y temiendo por su seguridad, permanecí en silencio mientras preparaban el baño y me vestían. No dije nada en absoluto, limitándome a bajar la cabeza aunque un mar de lágrimas escapaba furioso de mis ojos, gotas saladas, pesadas y calientes, llenas de rabia y temor. Nunca fui una mujer débil y sumisa, por lo que aquel acto de obediencia me parecía un ultraje hacia mi persona. A pesar de la frustración, les permití a las muchachas hacer su trabajo. Después de todo solo estaban cumpliendo órdenes como yo. Mientras tanto un centenar de imágenes y sonidos intentaban en vano colocarse en su sitio, pero mi confusión era tan grande como mi angustia y desconcierto.
En pleno siglo XXI nadie se casaba con un desconocido, resultaba algo totalmente inimaginable. Sin embargo no sabía exactamente donde me encontraba, aunque podía sentir que no era la Tierra que yo conocía. Era otro lugar, uno irreal, con personas de apariencia humana pero con costumbres muy distintas a las nuestras. Ni siquiera las plantas parecían reales y había algo en el aire que no podía describir con exactitud, como si la atmosfera fuese más densa, más pesada. Mis pensamientos se vieron interrumpidos por la imagen frente al espejo que las mismas jóvenes habían traído hasta mi habitación. Era un atuendo muy hermoso, sencillo, pero precioso, con pequeñas piedras brillantes bordadas formando una especie de corset y una larga cola que se arrastraba por el suelo, una especie de túnica griega que bien podría haber sido diseñada por Gucci o Valenciaga.
No muy lejos de allí, un hombre caminaba de derecha a izquierda murmurando barbaridades en un vano intento por calmar sus nervios. El temblor de sus manos y las palpitaciones que saltaban en su cuello le exigían un poco de calma y sosiego. La situación inesperada escapaba de sus manos y las obligaciones pesaban más que sus deseos o aspiraciones. La vida de un gobernante resultaba solitaria pero el aprieto en que lo había colocado su madre rozaba la raya de lo ridículo. Supuso que en otra habitación, una mujer atravesaba por el mismo percance o quizás era una simple arribista ansiosa de poder. Lo averiguaría muy pronto aunque un único pensamiento lo atormentaba ¿Cómo demonios haría para apaciguar sus instintos?
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Editado: 17.04.2025