La cabaña era acogedora y tibia, un fuego ardiente crepitaba en la chimenea y el aire estaba viciado de aromas silvestres. Amanda observó la solida construcción, los sillones erigidos con gruesos troncos vestidos con almohadones bellamente tejidos, las amplias ventanas, los pisos de madera y las paredes decoradas con telas con motivos autóctonos. Era un lugar rustico, pero con un extraño ambiente hogareño, donde dos grandes aberturas lindaban con un entorno oscuro y distorsionado en el que una figura conocida se acercaba hacia la puerta de entrada. Federico ingresaba con unos troncos recién cortados mostrándole una fresca sonrisa.
_Veo que ya paso el efecto de la Adormidera_ le dijo con ironía.
_ ¿La Adormidera?- repitió Amanda confundida.
_Seguramente alguna de tus heridas fue causada por un árbol local conocido por sus propiedades somníferas. Por lo prolongado de tu siesta, adivino que fue una dosis bastante generosa y efectiva.
_Gracias_ le dijo avergonzada por su anterior actitud _ ¿En dónde estamos?
Federico arrojo un leño al fuego y suspiro haciendo una larga pausa.
_Este es mi lugar en el mundo, un sitio en donde puedo ser yo y no el Emperador que tantas personas temen _ confeso en voz baja_ Acá no importan los títulos ni las cuestiones de etiqueta, simplemente puedo ser yo mismo, aunque debo confesar que es agradable tener compañía de vez en cuando. La soledad no es buena consejera.
Amanda se dejo caer en uno de los sillones y observo a su esposo mientras avivaba el fuego. Era un hombre bello, de generosas proporciones, con espaldas anchas, brazos bien marcados y una cabellera oscura maravillosa que caía como una cascada nocturna. Podría haber sido peor, después de todo, era un individuo agradable pero con evidente carácter. Sabía que debía regresar a casa, por eso había huido con tal desesperación, pero llegaba a la conclusión de que sería muy difícil lograrlo, por no decir imposible. Permaneció en silencio intentando adivinar su destino y se dio cuenta entonces que nada de lo que había planeado había resultado como lo deseaba. Las últimas palabras de su padre permanecían grabadas a fuego en su corazón y le dolían hasta desangrarla.
_ ¿Por qué me compraste?_ le pregunto de pronto a Federico. El muchacho se dio la vuelta para mirarla fijamente a los ojos no sin antes expresarle:
_ ¿Te parece que necesito comprar a alguien para poseerlo?
Una furia incuestionable inundaba todo su ser y ella lo supo: lo había herido profundamente. Intento aliviar la situación pero no estaba al tanto que decir, solo suspiro agregando:
_Lo siento, de veras. No fue mi intención ofenderte…no te conozco, ni sé nada de este lugar o de sus costumbres y creí…lo lamento.
_Intento comprenderte, de veras, pero esto es tan inusitado para mí como para vos. No necesito comprar a una mujer para tenerla…mueren por estar conmigo_ confeso con indignación_ No lo expreso con orgullo, sino con asco. El poder tiene sus bondades pero son más las cosas negativas que las positivas y esto…no lo vi venir.
_En un abrir y cerrar de ojos mi vida cambio. ¡Ni siquiera sé donde estoy y eso me enloquece.
_Bueno, en eso te puedo ayudar. Este es el reino de Faryas, mi Imperio, el que herede de mi padre y el, a su vez, de mi abuelo. Junto a este se encuentra el reino de Undria, uno más pequeño pero muy poderoso. Ya viste la bestia hace un rato, bueno, viene de allí. Estamos en otra dimensión, es decir, es la Tierra pero en otro plano y en otro tiempo. Existen millones de sistemas, planetas y galaxias, al igual que miles de dimensiones. Nosotros conocemos unas veinte que son similares en cuanto a costumbres e idiomas y aspecto físico.
_Es como vivir en la Edad Media de los cuentos de hadas, en los que viven princesas que buscan a su príncipe azul, y castillos, caballeros y dragones ¿acá también los hay?
_No se que son esos, no los conozco. ¿Príncipe azul? ¿Tienen la piel de ese color o qué?
_Noooo_respondio Amanda sonriendo_ Así llaman a su verdadero amor, eso es un Príncipe azul.
_ ¿No existen Emperadores azules? _pregunto con ironía sin apartar los ojos de sus piernas.
_No, creo que no_ y cambio de posición intentando cubrirse con uno de los almohadones.
Maximiliano aguardaba ansioso en la sala de juntas. El Emperador no había llegado al palacio, al igual que su esposa, y sirvientes y cortesanos se preguntaban cual sería su paradero. Aquello resultaba un verdadero escándalo, una cuestión de Estado.
_Algo debe haber pasado…no podemos permanecer de brazos cruzados_ decía Maximiliano en voz alta mientras Ryon lo observaba con furia, aquel hombre le resultaba verdaderamente exasperante, carente de autocontrol e incapaz de contener su naturaleza belicosa.
_La cosa es simple, quisieron estar solos, sin nadie que los mirara…conocerse, como quien dice. Algo natural entre esposos recién casados ¿No te parece?_ Maximiliano lo miro con desdén intentando adivinar que escondían sus palabras.
_ ¿Sabes algo que yo desconozco? La verdad es que te veo muy tranquilo mientras Faryas se encuentra acéfala y nuestro amigo, en posible peligro.
_No es la primera vez que Federico desaparece así porque si y vos y yo sabemos dónde puede estar_ le sugirió Ryon con malicia, aquel hombre tenía cero pizca de imaginación y cero en deducción.
_No…_dijo Maximiliano evidentemente descolocado_Ese lugar es SU LUGAR…ni vos ni yo fuimos allí, aunque deducimos donde está. No creo que haya sido capaz de irse sin avisar. Definitivamente algo inesperado sucedió.
Un golpe en la puerta interrumpió la conversación. El cochero del Emperador avanzo hacia Ryon murmurándole algo al oído para posteriormente retirarse en silencio.
_ ¿YYYY?_ le pregunto Maximiliano.
_Están allí, vendrán en un par de días. Federico nos mando decir que en su ausencia nos hiciéramos cargo de todo. Te dije que todo estaba en orden pero vos, como siempre, sos un exagerado. Como hombre de armas vas derecho a la búsqueda y a la lucha, Federico ahora es un hombre casado y tiene derecho a compartir lo que quiera con su esposa.
#5199 en Novela romántica
#1347 en Fantasía
#752 en Personajes sobrenaturales
epoca, sobrenatural drama, amor matrimonio arreglado esposa virgen
Editado: 02.06.2025