Ryon estaba caminando por terreno desconocido, pero francamente no le importaba. El caballero educado de noble familia, se había enamorado de un hombre por primera vez y lejos de estar sorprendido, se sentía completo y feliz. La sola cercanía de Maximiliano le encendía de una forma que no hubiera logrado ninguna mujer. Sabía que su relación era prohibida, tenía en claro que Maximiliano era un miembro del ejército reconocido por su coraje en el campo de batalla y que el mismo poseía una fama de conquistador que lo precedía. A ninguno de los dos les molestaba perder el tiempo en conjeturas o reproches. El tiempo juntos era demasiado valioso como para gastarlo en nimiedades. Encerrados en aquella habitación, el mundo se había detenido para ellos. Maximiliano no podía creer estar viviendo esos momentos, la entrega de Ryon resultaba un milagro y por instantes suponía que soñaba el más maravilloso de los sueños
_No sé nada de esto_ confesaba Ryon avergonzado_ Parece ridículo pero me dejare llevar porque pagaría cualquier precio por estar con vos.
El hombre lo miro con ternura esbozando una leve sonrisa burlona.
_Ahora te tengo como quería y vas a ver de lo que soy capaz.
Mientras tanto, Amanda continuaba con sus prácticas y Federico pretendía no escuchar el crepitar de los sables o las estruendosas caídas sobre el suelo de madera o entre los arboles del jardín. La lucha se trababa con lanzas, espadas, dagas, hachas y pequeños cuchillos, los favoritos de la Emperatriz. Era una mujer ruda, a pesar de la suavidad de su voz y de la bondad de su carácter, implacable con sus hombres, lo último que deseaba de ellos era su lastima por lo que los incitaba a que la atacasen desde cualquier flanco. Su entrenamiento en judo le daba una habilidad desconocida por los soldados quienes caían una y otra vez dando vueltas por el aire, aterrizando dejando enormes polvaredas. Las horas de atletismo en el club del barrio le otorgaban una capacidad de oxigenación envidiable. Parecía que había sido entrenada desde hacía años y que su padre sabía que algún día requeriría de aquellas destrezas. Sin embargo, una duda rondaba su cabeza ¿Acaso ella tenía sangre noble? ¿Al igual que su esposo se transformaría si Faryas lo necesitaba? De ser así, debía averiguar su verdadero origen porque, obviamente, era hija de alguna persona importante ¿Su padre era entonces un impostor? ¿Había sido separada de su verdadera familia? La única que tenía las respuestas a esas preguntas era Catalina, la madre de Federico, quien casualmente se había mudado a su residencia de verano y a quien no había visto desde la ceremonia. Estaba segura de que alguno de los empleados del palacio la mantenía al tanto de lo acontecido, de modo que el próximo paso era tener una charla larga y tendida con aquella molesta mujer, su suegra.
_Me parece que ya fue suficiente_ grito el Emperador desde la ventana. Su esposa lo miro sorprendida y agrego:
_ ¿Por qué no te unís a nosotros, querido?
Federico entendía que lo estaba desafiando frente a sus hombres, pero también sabía que moriría antes de herirla.
_Después de todo, cuando llegue el momento, sería mejor que fuéramos un equipo, que trabajáramos juntos para ver como lo hacemos. ¿Ustedes que opinan, muchachos?
Los soldados se sentían entre la espada y la pared, pero se consideraron aliviados al escuchar las palabras de Maximiliano, que se acercaba junto a Ryon.
_Opino que lo mejor sería que practicara conmigo, señora. Después de todo, yo aun estoy convaleciente y eso es una buena oportunidad para ambos: usted se ejercita y yo me recupero.
_Con una condición, Maximiliano_ le dijo Amanda entusiasmada.
_Usted dirá.
_Si nos tratamos de vos. Al fin de cuentas ya todos somos amigos.
Maximiliano observo a Federico, quien le daba el visto bueno sonriendo complacido. El Consejero le dio buenos consejos a Amanda, directrices útiles sobre cómo cuidar su guardia izquierda, como sacarse de sus espaldas al enemigo en caso de un ataque por detrás o como herir las pantorrillas para que su oponente no consiguiera permanecer de pie. Fue un intercambio beneficioso para ambos y lograron entablar una relación de confianza y amistad. Ryon también se hallaba complacido con ese acercamiento, aunque sus ojos brillaban de una manera singular al ver a Maximiliano luchar. Parecía encendido, absorbido por la gracia de sus movimientos, la tensión de sus músculos o sus pequeños gemidos al blandir sus armas con fuerza y coraje. Debía contener esos arrebatos que podrían poner en evidencia su incipiente enamoramiento.
Mientras tanto, Aurora observaba a la Emperatriz ejercitarse en el jardín. Sentía un poco de sana envidia, no porque quisiera hallarse en su posición, sino porque ella gozaba de la libertad de comportarse a la par de los hombres. Una figura de autoridad como la suya, nunca seria echada de una conversación, podría discutir temas relevantes sin miedo a que su opinión no fuese tenida en cuenta y porque tenía a su lado a un hombre que la idolatraba. Solo bastaba con mirar durante dos segundos al Emperador para darse cuenta de que la adoraba, que sería capaz de cualquier cosa por su amor. Por supuesto que Amanda sentía exactamente lo mismo, habían nacido el uno para el otro. La conducta del Regente había cambiado. Ahora era un hombre feliz y eso se notaba en su trato con el servicio, en su sonrisa siempre presente y en la generosidad de sus actos. En medio de todos estos cambios, el entorno también había sufrido modificaciones: la población se hallaba custodiada por escoltas que recorrían las aldeas durante el día y la noche; la guardia del palacio había sido redoblada, se apostaron centinelas en las torres; el ejército entrenaba a diario y el Consejo se reunía con mayor asiduidad. Una posible invasión se acercaba y los Emperadores se preparaban para un posible enfrentamiento. Maximiliano mejoraba con rapidez, cosa que enorgullecía a Aurora, quien no podía ocultar su cariño, aunque este no se separara de Ryon. Aquella nueva amistad no tenía pies ni cabeza. Si hasta hacia un par de semanas no se podía ni ver ¿Cómo era posible que ahora no se pudieran despegar el uno del otro? Parecían hermanos siameses, o algo así.
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Editado: 02.06.2025