El aire del bosque se tornó más pesado, cargado con una energía que presagiaba peligro. Kael sujetó con fuerza el brazo de Erynn, como si su contacto pudiera protegerla de lo que estaba por venir.
—No tienes idea de lo que acabas de desatar —murmuró, su tono grave y cargado de urgencia—. Ellos no dudarán en destruirte.
Erynn intentó apartarse, pero la preocupación en los ojos de Kael la detuvo.
—Si soy la portadora de esa marca, entonces es mi destino estar aquí. No puedo huir ahora.
Kael suspiró, el conflicto en su interior evidente. Por un lado, deseaba protegerla, alejarla de su mundo lleno de sombras. Por otro, sabía que ella ya estaba atrapada en la red de maldiciones y secretos que lo rodeaban.
De repente, un rugido bajo retumbó en la distancia. Las sombras del bosque comenzaron a moverse de forma antinatural, como si una entidad invisible las estuviera manipulando. Kael se tensó, sus ojos ardiendo con un brillo feroz.
—Han llegado.
La llegada de los cazadores oscuros
Del bosque emergieron figuras envueltas en niebla, sus cuerpos indistintos pero amenazantes. Eran los Cazadores Oscuros, siervos de la entidad que había maldecido a Kael. Sus ojos brillaban con un rojo intenso, y cada uno portaba armas que parecían forjadas en las profundidades del abismo.
Erynn retrocedió instintivamente, pero Kael se adelantó, interponiéndose entre ella y las criaturas.
—No la tocarán —gruñó, su voz resonando con una autoridad que hizo vacilar a los cazadores.
Uno de ellos dio un paso al frente, inclinando ligeramente la cabeza en una parodia de reverencia.
—Kael, sabes que no puedes protegerla. Ella es la clave, y el maestro la reclama.
—Si quieren llevársela, tendrán que pasar sobre mi cadáver —respondió Kael, sus manos comenzando a brillar con una energía oscura.
Erynn lo observó con el corazón en la garganta. Aunque Kael había advertido sobre el peligro, ver el enfrentamiento tan de cerca era aterrador. Aun así, no podía permitir que luchara solo.
—Kael, déjame ayudarte —dijo, dando un paso hacia él.
—¡No! —rugió él, girándose brevemente hacia ella—. Esto no es tu pelea, princesa.
—¿Cómo puedes decir eso? —replicó Erynn, su voz firme—. Si la marca está en mí, entonces este también es mi destino.
Kael no tuvo tiempo de responder. Los cazadores atacaron, moviéndose como un torbellino de sombras. Kael desató su poder, una ola de oscuridad que los detuvo momentáneamente. Sus movimientos eran rápidos y precisos, como si estuviera acostumbrado a enfrentarse a estas criaturas.
Erynn, mientras tanto, sintió un calor creciente en su brazo, justo donde brillaba la marca. Instintivamente, levantó la mano y un rayo de luz salió disparado, golpeando a uno de los cazadores y haciéndolo retroceder.
Kael se giró hacia ella, sorprendido.
—¿Cómo hiciste eso?
Erynn negó con la cabeza, confundida.
—No lo sé… solo lo sentí.
—Entonces, úsalo —dijo Kael, su voz urgente—. Pero controla tus emociones. Ese poder es tanto una bendición como una carga.
Una batalla inesperada
La lucha continuó, con Kael y Erynn combatiendo juntos, uniendo la oscuridad y la luz de formas que parecían imposibles. Cada movimiento de Kael era calculado, mientras que los ataques de Erynn, aunque más instintivos, comenzaban a ganar precisión.
Finalmente, cuando los cazadores retrocedieron, uno de ellos habló con voz grave y burlona.
—Esto no ha terminado. El maestro vendrá por ella… y por ti.
Con esas palabras, las criaturas se desvanecieron, dejando el bosque en un silencio inquietante.
Una verdad revelada
Kael respiró profundamente, tratando de calmarse. Las sombras que lo rodeaban comenzaron a disiparse lentamente, y se giró hacia Erynn.
—Esto es lo que intentaba evitar. Ahora saben de ti, y no se detendrán hasta atraparte.
Erynn lo miró fijamente, sin rastro de miedo en sus ojos.
—Entonces tendremos que enfrentarlos juntos.
Kael negó con la cabeza, su expresión sombría.
—No entiendes lo que estás diciendo. No solo arriesgas tu vida, sino también tu alma.
Erynn se acercó, colocando una mano en su brazo.
—Kael, creo que no es casualidad que nos hayamos encontrado. Tal vez esta marca no solo está destinada a romper tu maldición, sino también a unirnos para algo más grande.
Kael la observó en silencio, las palabras de Erynn resonando en lo más profundo de su ser. Por primera vez en siglos, la idea de que pudiera haber algo más allá de su condena parecía posible.
Pero en lo profundo de su corazón, también sabía que el camino que tenían por delante estaría lleno de sacrificios y pruebas.
—Si decides quedarte a mi lado, princesa, no habrá vuelta atrás —dijo finalmente, su voz baja pero intensa.
—Entonces no volveré atrás —respondió Erynn con determinación.
Kael la miró una vez más, sus ojos oscuros encontrándose con los de ella, y en ese momento supo que su destino ya no era solo suyo.
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desprecio y rechazo, amor y nuevos comienzos, desafiando al destino
Editado: 02.03.2025