¡amando al mal en la oscuridad!

Capítulo 11: La senda del sacrificio

La oscuridad que se había asentado en el corazón de Kael parecía más densa de lo que Erynn había imaginado. A cada palabra, cada confesión, su alma se hundía más y más en un mar de incertidumbre. Pero algo en su interior, una chispa de valentía, le decía que debía seguir adelante. La luz que había en ella, aunque pequeña, seguía brillando con la esperanza de que aún había una forma de salvarlo, de salvarlos a ambos.

Kael había hablado de un precio, algo que él mismo no podía ni quería compartir con ella del todo, pero Erynn sabía que, sin importar lo que costara, estaba dispuesta a enfrentarse a cualquier desafío. La vida había sido demasiado cruel con él, y no iba a permitir que esa oscuridad lo consumiera por completo.

—¿Dónde debemos ir para intentar liberarte? —preguntó Erynn, su voz fuerte a pesar de la creciente preocupación que pesaba en su pecho.

Kael la miró, como si estuviera evaluando la gravedad de lo que estaba por decir. Sus ojos carmesí brillaban con una intensidad que la hacía temer, pero también con una fragilidad que rara vez mostraba. Como si, a pesar de su maldición, aún tuviera algo de esperanza.

—Hay un lugar, un antiguo santuario en lo profundo de los Bosques Sombríos —comenzó, su tono grave, como si cada palabra pesara un mundo—. Allí se encuentra el portal que conecta con las fuerzas que nos rodean, la esencia misma de los pactos oscuros. Para romperlo, deberíamos sellarlo… pero el precio es alto.

Erynn frunció el ceño, no entendiendo completamente lo que quería decir, pero la mirada seria de Kael le dijo que había algo mucho más peligroso detrás de esas palabras.

—¿Y qué implica exactamente sellar el portal? —preguntó, ahora consciente de que, aunque la respuesta pudiera ser terrible, necesitaba saberlo.

Kael apartó la mirada, como si estuviera luchando consigo mismo. La angustia en su rostro le rompía el corazón.

—Al sellar el portal, las energías oscuras que me dominan se disiparían, pero no desaparecerían por completo. La maldición quedaría atrapada entre las sombras, y el sacrificio que se pide es... la entrega de una vida, Erynn. Mi vida, o la tuya.

Un escalofrío recorrió el cuerpo de Erynn al escuchar esas palabras. La magnitud del sacrificio la golpeó como un martillazo. La vida de uno de ellos sería el precio para liberar a Kael. ¿Cómo podría elegir entre ambos? ¿Cómo podía pedirle a Kael que diera su vida después de todo lo que había sufrido? ¿O, por el contrario, cómo podría ella misma ser la que pagara ese precio?

—No puedes pedir eso —dijo Erynn, la emoción filtrándose en su voz, un nudo creciente en su garganta—. No voy a permitirlo. No voy a perderte.

Kael la miró intensamente, y por un breve momento, pareció ver algo en sus ojos que no había notado antes. Su rostro, normalmente tan implacable, se suavizó por un segundo.

—No es algo que tú debas decidir, Erynn. Es la única manera de que esto termine —respondió con una mezcla de dolor y aceptación en su voz. El cinismo que siempre había tenido se desvaneció, reemplazado por una vulnerabilidad palpable—. Si te quedas conmigo, estarás abrazando la oscuridad también, y eso te cambiaría para siempre. No puedo… no puedo dejarte pasar por eso.

El corazón de Erynn latía con fuerza en su pecho. Quería gritar, quería decirle que lo salvaría, que no importaba el costo, que la oscuridad no debía tenerlo. Pero al ver la desesperación reflejada en los ojos de Kael, algo dentro de ella comprendió. Él ya había hecho demasiados sacrificios por ella, y si debía salvarlo, no podría simplemente seguir siendo la princesa inocente que había sido antes. El amor que sentía por él ahora exigía un precio, uno que podría cambiar todo lo que creía sobre sí misma.

—Kael… —su voz era más suave esta vez, llena de una comprensión que no podía negar—. Te amo. Te amo y no voy a dejar que te destruya. No importa lo que pase, no importa lo que me pida el destino… tú no estás solo.

Kael la miró, como si sus palabras no pudieran procesarse de inmediato. Era como si, por primera vez, estuviera considerando que la oscuridad no tenía que ser su única compañía. Que había algo más, algo que nunca había esperado.

—Erynn… —dijo, su voz quebrada, sin poder seguir con la conversación. La intensidad de su dolor se reflejaba en cada una de sus palabras—. Lo que estás diciendo podría ser lo que termine por destruirnos. No quiero arrastrarte conmigo.

Erynn, al escuchar la sinceridad en su voz, no vaciló. Ella había tomado su decisión. No temía a la oscuridad, no temía a las consecuencias. Su amor por Kael era más grande que cualquier sacrificio. Estaba dispuesta a enfrentarse al abismo, a seguirlo a través del laberinto de sombras que él había construido a su alrededor.

—Lo que nos destruya, que lo haga. Pero no seremos derrotados mientras estemos juntos —declaró Erynn, sin ningún temor en sus palabras.

Kael la miró, y por un momento, se quedó en silencio. En su interior, una guerra parecía librarse. La vida que había llevado, marcada por la oscuridad, le decía que el sacrificio era inevitable, que todo lo que había hecho hasta ahora le había preparado para aceptar la muerte. Pero la luz que emanaba de Erynn, su pura determinación y amor, lo hizo dudar. ¿Era posible que el sacrificio no fuera necesario? ¿Que pudiera haber otro camino, uno que no los condujera al fin?

Erynn extendió su mano hacia él, tocando suavemente su rostro con la yema de los dedos. La calidez de su toque parecía penetrar la frialdad de su alma, y Kael cerró los ojos, sintiendo por primera vez la verdadera lucha en su interior.

—Erynn… —murmuró, su voz casi inaudible. Pero no terminó la frase. Ella sabía lo que quería decir. Sabía que Kael había tomado la decisión de salvarse, pero que temía perderla en el proceso. Y ella, sin vacilar, estaba dispuesta a arriesgar todo por él.

El sacrificio estaba cerca. El destino los observaba desde las sombras. Pero había algo más que el amor que los unía. Algo más profundo y antiguo, una fuerza que ninguno de los dos podría comprender por completo, pero que, juntos, intentarían desafiar.




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