Amando con el corazón roto

Ojos marrones

En un rincón solitario del alma, un corazón roto yacía en la penumbra de los recuerdos. Sus latidos resonaban con la melodía nostálgica de un amor perdido. Recordaba con añoranza los cálidos ojos marrones que una vez le dieron refugio.

Cada latido era una página desgarrada de la historia compartida, donde las risas y los suspiros se disolvían en lágrimas silenciosas. Las sombras del pasado proyectaban imágenes de momentos compartidos, en los que el destello de esos ojos marrones iluminaba la oscuridad de la soledad.

Aunque el tiempo avanzaba inexorablemente, el corazón roto quedaba atrapado en un bucle de recuerdos, reviviendo el eco de palabras no dichas y promesas rotas. Las lágrimas caían como suspiros melancólicos, recordando la ternura perdida en la profundidad de esos ojos marrones.

En la quietud de la noche, el corazón roto se aferraba a la esperanza de un mañana donde el amor perdido pudiera renacer. Pero mientras tanto, entre sus latidos, resonaba la tristeza de un adiós que aún no se desvanecía.




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