Ella apunta hacia mí y sé que no hay vuelta atrás, voy a morir.
Seguramente debería pedirle un poco de piedad, quizá debería arrodillarme y rogarle para que no lo haga, pero mi orgullo se niega a hacerlo. Me mantengo de píe y me aseguro de mirarla directamente a los ojos, espero que su co...