RAISA
No sé qué hora es ni adónde voy, pero en algún punto decido tomar un atajo a través de un estrecho callejón. Los muros de ladrillo, pintados con grafitis que narran historias desconocidas, se alzan imponentes hasta tres pisos, formando una especie de cañón urbano que termina en puntas afiladas.
Casi al final, dos hombres emergen de las sombras, bloqueando mi camino. Mi corazón late con fuerza, como una bomba a punto de estallar.
—Hola, preciosa. ¿Te gustaría pasar un buen rato? —dice uno de ellos, con una voz que me hiela la sangre. No puedo ver sus rostros, están ocultos bajo capuchas.
—Solo quiero pasar. —Mi voz temblorosa, apenas resuena en el aire. Un escalofrío recorre mi cuerpo y me cuestiono por qué diablos decidí salir corriendo del hotel. Ni siquiera se me pasó por la cabeza buscar a Leire.
—Vamos, princesa. Solo queremos divertirnos —dice el otro mientras avanza hacia mí. Pero en ese mismo instante, un rayo corta el cielo seguido de una potente ráfaga que golpea el suelo, iluminando todo a su paso. El estruendo es tan fuerte que me aturde por un momento.
Entre el resplandor deslumbrante, observo que algo se hundió en el suelo de piedra, como si hubiera recibido el impacto de un meteorito.
Con miedo, intento fijar la mirada en la figura borrosa que yace sobre el suelo fracturado, pero de repente está moviéndose de un lado a otro, como en una película a cámara rápida.
Uno de los hombres es arrojado fuera del cuadro, estrellándose contra un contenedor de basura con un golpe contundente. De inmediato, el otro sufre el mismo destino, aunque termina cayendo dentro.
—Enceste perfecto —murmura alguien, pero dudo que sea alguno de ellos. Parecen haberse quedado inconscientes, y todo ha ocurrido en menos de cinco segundos. Es difícil de creer.
Inhalo y exhalo con fuerza, sintiendo mi garganta apretada por el miedo.
Con los ojos muy abiertos, contemplo al que, puedo asumir con certeza, fue el causante de semejante destrozo. Se encuentra de pie frente a mí, pero a una distancia considerable, separados por varios metros. Aparenta tener más o menos mi edad, es alto, atlético y su piel pálida contrasta con su cabello castaño rojizo, agitado por la brisa de la madrugada. Sus ojos grises son intimidantes, y asomando bajo el borde de la camiseta, noto un tatuaje en su bíceps con la forma de una espada simple y sin demasiado detalle. Pero lo más impactante son las enormes alas negras que se extienden desde su espalda hacia el cielo.
¿Qué diablos es?
#2882 en Fantasía
#7420 en Novela romántica
angel custodio, demonios lobos humanos y otras criaturas, romantasy
Editado: 02.07.2025