~Qué vergüenza~
Nora
Abrí los ojos abruptamente para luego volverlos a cerrar cuando una luz cegadora los invadió obstruyéndome la vista. ¿Dónde estoy? fue lo primero que se me vino a la cabeza. Con los ojos aun cerrados trate de recordar lo de anoche, pero no recordaba nada, solo que fui al antro con Issa y que ella me presento a un amigo.
¡O no! acabo de recordar que estaba bailando con el, pero no recuerdo mas. Abrí los ojos lentamente y observe a mi al rededor, mi pánico desaparecio cuando vi que estaba en la habitación de invitados de la casa de Issa. Trato de incorporarme, pero mi cabeza duele horrores, prometí que no volvería a tomar y no dejo de hacerlo. Masajeo mi sien mientras me siento al filo de la cama y busco mis zapatos, y justo en ese momento se abre la puerta de la habitación y entra Isa con una bandeja en manos la cual encima tiene: un vaso de agua y unas pastillas.
—¿Por qué estoy aquí y no en mi casa? —cojo el vaso de agua y el frasco de pastillas que me ofrece.
—No iba a arriesgarme a que tus padres me mataran por entregarles a su hija completamente borracha.
Me tomo la pastilla y deposito el vaso en la mesa de noche que se encuentra a lado de la cama.
—No recuerdo nada, ¿cómo llegue aquí?
—Marc me ayudo a traerte -guarda silencio por unos instantes y luego prosigue—. ¿Recuerdas lo que sucedió ayer?
—No —fruncí el ceño— ¿Ahora que hice?
He preguntado esto porque borracha soy capaz de todo. Un día le dije cosas a un camarero y no cosas bonitas que digamos. También una vez me equivoque de casa. Pueden creerlo, no sé porque después de todo aun sigo tomando. No es que sea siempre, justamente he vuelto a tomar después de algunos meses. Pero como ven cuando tomo siempre tengo que hacer algo.
—Bueno pues lo primero fue que vomitaste cerca de la barra y no solo eso, sino que también a lado de Marc y encima de él —se queda unos segundos en silencio—. También te quedaste dormida en la barra -me observa unos instantes y después comienza a reír, mientras yo me cubro la cara con las manos—. Vaya forma tan peculiar la tuya de hablar por primera vez con una persona.
La miro avergonzada mientras ella no para de reírse de mí. Cojo una almohada y la golpeó levemente con está. Fruncí los labios esperando que la chica se dignara a terminar de reírse de mí.
—Y al llegar a la habitación despertaste diciendo que hacía mucha calor y te querías desnudar, eso no es lo peor, lo peor es que frente a él. Y...
—Cállate ya no sigas diciéndome nada más —arreglo mi cabello mientras me debatía entre preguntar o no, quería saber pero no quería-. No me dejaste desvestirme, ¿Verdad?
—Claro que no, te cubrí con una sabana -hizo señas con sus manos—, el estaba atónito.
«Ya me imagino, ¿Qué a ver pensado de mí?»
—No quiero volver a verle. Me muero de vergüenza —muerdo mi labio inferior.
—No creo que lo logres amiga, él estudia en nuestra misma universidad, es mi amigo y —sonríe maliciosamente— me ha dicho que le agrado conocerte, después de todo.
—La universidad es demasiado grande, así que no necesariamente lo tendré que ver.
—¡Suerte! —se ríe. La fulminó con la mirada y trata de no reír—. Bueno iré por un poco de ropa para que te cambies. Y prepárate para el lunes ya que ahorita no alcanzamos a llegar a la universidad, pasa de las nueve.
Miro el reloj que se encuentra en la mesa y en efecto, la segunda clase acaba de comenzar. Sale de la habitación y yo me levanto de la cama. Y me dirijo al baño acomodando me la pijama de encaje. Al llegar a este me miro en el espejo y resoplo. Mi cabello esta hecho un desastre y mi maquillaje está peor, me veo horrorosa. Trato de recordar lo que sucedió, pero no lo consigo. Y es mejor así, no quiero recordar esos momentos.
Es que me muero de vergüenza, no quiero volver a verle, ¿Qué dirá de mi?
Comienzo a desvestirme, mientras el agua de la ducha corre sin cesar «una ducha no me vendría mal» pienso.
El maldito dolor de cabeza aun no se me quita y siento que me va a explotar, espero que la pastilla haga efecto pronto. Estaba concentrada en mi dolor de cabeza y en lo que me acababa de decir Issa que no fui consiente de que el agua estaba fría cuando me meto en la ducha.
—Ahh —grito sorprendida.
Después cuando el agua ya está un poco más caliente me relajo.
Una hora después ya estaba cambiándome con la ropa que me había traído Issa. Que eran unos vaqueros negros y una blusa sencilla color azul claro. Agradecía que ahora Issa y yo seamos de la misma talla. Cuando termine de cambiarme me acerque al tocador para acomodar mi cabello y maquillarme un poco.
Cuando estuve lista baje a la sala y ahí me encontré con Issa, la cual estaba sola y comiendo un sándwich.
—Hola, puedes prepararte algo en la cocina —hace una pausa—, ya sabes dónde está cada cosa.
Sonrió y asiento. Me dirijo a la cocina en busca de un sandwich, la verdad es que me muero de hambre. Busco las cosas para hacerlo mientras tarareo una canción. Ya cuando lo tengo listo lo pongo sobre un plato y me sirvió un vaso de zumo de naranja. Salgo de la cocina. Llego a donde estaba ella y me siento a su lado en el sofa.
—Termino mi sandwich y me voy — dije mientras comía.
—¿A donde?
—A mi casa. Tengo que aprovechar la mañana para adelantar algunas cosas que tengo pendientes. Y despues me ire al trabajo.
Se da la vuelta para quedar de frente a mi.
—O no, tu no haras eso -dejo de comer para prestarle atencion. Estaba completamente confundida-. Tienes que darte tiempo para hacer algo, para divertirte. No es necesario que todo el tiempo estes ocupada.
—Pero es que tengo que...
—Quedate el resto de la mañana conmigo ya despues te vas al trabajo.
La observo pensativa. Es verdad lo que dice, todo el tiempo estoy realizando algo y no hago otras cosas, como divertirme.
—Esta bien, pero, ¿Que haremos?
—Podemos ver peliculas y platicar de algo a lazar.
Sonrió y continuo comiendo mientras ella me platica cosas sobre ella. Despues nos recostamos en el sofa para ver peliculas. Mientras yo la escojo ella hace las palomitas.
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Editado: 04.07.2023