Amando lo prohibido

Capitulo 10

~La fiesta~

Nora Arellano 

 

   Terminé de arreglarme y no tuve tiempo para poder analizarme bien frente al espejo, ya que Issa llegó justo cuando estaba escogiendo la ropa para ponerme. Así que escogí lo primero que vi en el armario, y eso fue un shorts negros y una blusa holgada de tirantes color blanca, mis zapatos son unos tacones negros, no muy altos.  

   Baje a la sala indecisa, no sabía si iba bien. Bueno tampoco quería ir muy arreglada, Issa dijo que sería solo una pequeña reunión, así que creo que voy bien para la ocasión.

   —Vaya, hasta que te dignas a aparecer —Issa abrió los brazos en dirección al cielo.

   Me encojo de hombros y sonrió.

   —De tiempo estoy bien, tú has llegado minutos antes.

   Negó con la cabeza varias veces. Ladeó mi cabeza para ver quién es el chico que está con ella y siento algo raro dentro de mi al ver qué quien está con ella es Alfredo y no Marc.

   —Hola, Nora —me saludo Alfredo al verme.

   —Hola, Alfredo.

   Después de saludarlo me gire hacia mis padres.

   —No llegues tarde, Nora —hablo mi padre.

   —No lo haré papá.

   —Diviértete hija —mi madre me dio un abrazo.

   —Gracias —abrace a papá.

   Salimos de mi casa y nos subimos al coche de Alfredo. Issa se sentó al frente con el y yo en la parte trasera.

   Minutos más tarde ya me encontraba en una casa repleta de gente. Me quedé boquiabierta al observar que no era una simple reunión. Había demasiada gente en el jardín de enfrente. Me gire a Nora la cual me dedico una pequeña sonrisa inocente.

   Entramos a la casa abriendo paso entre la gente. Cogí de la mano a Issa para no perderme. No quería después andar buscándola.

   Llegamos al centro donde hay unos sofas. Busque con la mirada a Marc pero no lo vi. El no estaba ahí. Issa me soltó de la mano para ir a hablar con una chica y después vi a las chicas que estaban en el antro con nosotras.

   —Nora —me saludo Catalina—, gracias por venir a mi fiesta.

   —No hay nada que agradecer y felicidades Nora.

   La abracé y después nos sentamos en el sofá donde estaba ella con Daisy. Ella me fulmina con la mirada mientras se pone de pie y se va. Al parecer no le da mucho gusto verme.

   —Toma —me dice Catalina mientras me da un vaso rojo.

   —¿Que es? —movi mi vaso.

   —Vodka.

   Bebí un poco. Sé que dije que ya no iba a tomar pero no puedo decirle que no.

   —Nosotros nos vamos a bailar —dijo Issa y después se dirigió a la pista de baile con Alfredo.

   Ellos están muy cerca, creo que tendré que preguntarle a Issa si pasa algo entre ellos.

   —¿Y como has estado, Nora?

   —Muy bien, gracias, ¿Y tú?

   —Tambien muy bien.

   —Creo que a Daisy no le agrado, ¿Verdad?

   Sorbo de mi bebida.

   —Ella cree que le interesas a Marc y a ella le gusta Marc.

   Casi me atragantó con mi bebida cuando escuché lo que me dijo. No podía creer eso.

   —Pero el y yo apenas nos conocemos, ¿Por qué cree eso?

   —El nos pregunto por ti. Y nos enteramos que le reclamo a Lucia por cómo se comportó contigo en la cafetería —lleno nuevamente mi vaso de vodka.

   Al recordar eso me moleste. Pero ya no debería de darle tanta importancia.

   —Y él ¿Dónde está? —pregunte sin poder evitarlo.

   Cerré rápidamente los labios y me cubrí con una mano, ella solo sonrió.

   —Ah, él está en la cocina —ve hacia la puerta—. Te dejo acaban de llegar unos invitados, tengo que atenderlos.

   Sonrió y asiento.

   Sin pensarlo dos veces me levanto y voy directo a la cocina. Me aferró a mi vaso, sintiendome cada vez más nerviosa. Entre a la cocina y vi que él estaba con dos chicas platicando y que también ahí estaba Daisy. Mejor me di la vuelta y regrese a la sala.

   Me quedo mirando hacia la puesta de baile, veo a Issa y a Alfredo bailar. Se ven muy bien juntos. Ella me ve y me sonríe, yo solo asiento con la cabeza.

   Suspiro y giro mi mirada hacia la ventana que se encuentra a mi izquierda. Hay poco gente cerca de ahí, pero lo que capta mi atención es un chico vestido de negro. Él ve fijamente por la ventana mientras se fuma un cigarrillo o eso parece. Retira su cigarro de sus labios y sonríe.  Con una sonrisa se gira hacia mí y nuestras miradas se encuentran.

   Vuelvo mi mirada a la pista de baile buscando a Issa, pero ya no la veo. También busco con la mirada a Catalina y a Marc, pero tampoco no los veo. Inconscientemente vuelvo a ver al chico de la venta el cual me hace una seña con su mano para que me acerque a él, cosa que no pienso a hacer. No se el porque pero sentí un poco de miedo por esa persona.

   Aun bajo las luces azules y rojas puedo ver que su mirada esta clavada en mi. Vuelvo a dar un sorbo a mi bebida y me levanto del asiento. Pero al instante me arrepiento, ya que puede que el lo tome como una invitación a que me siga a un lugar mas privado. Movi mi cabeza de un lado a otro para sacar esos pensamientos de mi mente, tal vez yo solo exagero las cosas. Sali al jardín trasero y me di cuenta que fue una mala idea, porque esta vacío, solo hay un grupo de tres personas y eso no estan muy alejados de la puerta. 

Vi una banca a unos cuantos metros de la puerta y hay una ventana cerca de esta, asi que no me parecio mala idea tomar asiento ahí. Me sente y encendi mi celular para marcarle a Issa y para saber donde se encuentra. 

   —¿Pasa algo, bonita? —pregunto alguien provocando que me sobresalte. 

   Me giro para ver quien esta a mi lado y mi celular se resvala de mis manos al ver quien es. Pues es nada mas y nada menos que el chico el cual estaba viendo hace unos minutos.




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