Amando lo prohibido

Capitulo 13

    ~¿Que sucede entre ustedes?~

   Nora Arellano
   
   La habitación se quedó en completo silencio, solo disfrutamos de las rosquillas. El silencio no es incómodo, pero no dejo de darle vueltas a la cabeza para decir algo. Cuando estoy apunto de hablar él se me adelanta.

   —¿Crees en el amor a primera vista? —me mira fijamente.

   —¿Por qué la pregunta? —se encoje de hombros. Carraspeo antes de hablar—. Si, ¿Y tú?

   —Si.

   Nos quedamos nuevamente en silencio, no se que responder, ¿Por qué me pregunta sobre eso?

   —¿Alguna vez te has enamorado a primera vista?

   «Claro que me he enamorado a primera vista, pero su resultado fue pesimo»

   —Si, ¿Y tú?

   —Si, me he enamorado de una chica que no puede responderme.

   No se la razón del porque sentí un pinchazo en el pecho.

   —¿Se lo has dicho? —mascullo.

   —No —niega varias veces con la cabeza.

   Nuevamente se encoge de hombros y suspira antes de decir:

   —Algo me detiene —muerde su labio inferior—. Además ahorita quisiera conocerla mejor, saber más de ella, que le gusta y que no, comida favorita, música favorita, entre otras cosas más.

   —¿Y como sabes que no puede responderte si no le has dicho?

   —No busca enamorarse.

   «¿Que?»

   Me quedé atónita viendo lo sin saber que decir. Tal vez las cosas concuerden y yo me este confundiendo. Parpadeo un par de veces y me giro para dejar de verlo. Estoy super nerviosa y eso odio de mi, que ni siquiera tengo por qué estarlo y yo me pongo nerviosa. Me quedó pensando en lo que ha dicho que no me di cuenta que el ya estaba por irse. 
   
   —Me tengo que ir —abre la puerta—. Nos vemos mañana.

   Sonrió y el me devuelve la sonrisa después de eso desaparece por la puerta.

   «No busca enamorarse» esas palabras se repiten en mi cabeza una y otra vez.

   —No eres tú, Nora —me digo a mi misma—. El conoce a más mujeres. Recuerda en la fiesta el estaba con alguien, no sabes quién es pero tal vez es ella.

   Una imagen de Marc con tres chicas llega a mi mente, pero no sé quiénes son, no las reconozco, solo a una pero no sé su nombre.

   Con cuidado me levanté de mi cama y me dirijo al tocador. Observo mi rostro y este tiene un pésimo aspecto. Pero ahora esta menos inflamado. Mañana tendré que usar maquillaje para ir a la universidad.

   Levanté mi blusa para ver la marca que hay en mis costillas. Trazo su forma con uno de mis dedos y me siento mal, me doy asco. Me siento sucia. Limpio las lágrimas que se deslizan por mis mejillas y me dirijo al baño para darme una ducha. Tal vez eso me haga sentir mejor con mi cuerpo.

   

   ***

   Salí de clases y me dirijo a la biblioteca, necesito ponerme al corriente con las clases anteriores.

   Mientras camino por el pasillo rebusco en mi mochila un paquete de galletas que compre en la cafetería.

   —¡Por fin! —cojo orgullosa y feliz el paquete entre mis manos.

   Sigo caminando mientras me como una galleta. Pasó por dónde hay algunas mesa y ahí están unos estudiantes comiendo o platicando. Llevo otra galleta a mis labios, pero la dejo a centímetros de estos cuando veo a alguien sentada en una de las mesas y, ella está leyendo un libro.

   «¿Leyendo un libro? Si ella detesta leer» pienso y froto mis ojos para ver qué no me estoy equivocado de persona. Estoy de dramática lo sé, pero es muy raro para mí ver a Issa leyendo.

   —¡Ana Isabella! —exclamo cuando estoy a unos cuantos pasos de ella.

   Ella deje caer el libro sobre la mesa y gira su mirada hacia mi y parece que ha visto un fantasma, se ve muy asustada.

   —Tu y yo tenemos que hablar —me siento en una de las sillas.

   Ella no dice nada, solo me mira esperando que hable.

   —¿Por qué lo hiciste? —pregunto molesta.

   —Nora, yo, yo lo siento... 
   
   —No, no lo sientes. En verdad que no lo puedo creer. Creí que éramos amigas y que estaríamos juntas siempre la una con la otra y ya me di cuenta que me equivoqué.

   —Lo siento —murmura—. Yo no quería...

   Sin poder evitarlo mis ojos se llenan de lágrimas al igual que ella. No se si estoy exagerado la situación, pero me ha dejado cuando más la necesito.

   —Te necesitaba —sollozo.

   —Lo se y no sabes cuánto siento lo que sucedió.

   —¿Y por qué te alejaste de mi?

   —Me sentía culpable.

   Fruncí el ceño a lo que ella me dice, ¿Por qué debería de sentirse culpable?

   —¿Por qué?

   —Yo te deje sola y yo...

   En este momento Marc y Alfredo aparecieron. Alfredo es el único que saluda a Issa y Marc solamente se limita a saludarla con un movimiento de cabeza. Se me hace demasiado raro y la tensión entre ellos se puede sentir.

   —Hola, chicos —limpio rápidamente las lágrimas de mi rostro.

   —Hola —dicen Marc y Alfredo al mismo tiempo.

   Alfredo se despide de nosotros porque recibe una llamada y Marc se sienta a mi lado.

   —¿Cómo estás? —Marc me dedica una sonrisa.

   —Muy bien gracias, ¿Y tú?

   —Ahora que te veo estoy mejor.

   Puedo jurar que en este momento estoy roja como un tomate. Sonrió y asiento, no sabía qué decir.

   —¿Podemos ir a comer algo?

   —Tengo clase en una hora y tengo que adelantar un...

   —Por favor, Nora.

   Lo veo a él y después veo a Issa, ella está con la mirada sobre la mesa y sus manos están sobre su regazo.

   —Bueno podemos ir los tres —sugiero.

   Issa me voltea a ver con los ojos abiertos y Marc, no sé cómo describir su reacción. Me ve y hace una mueca y gira su mirada hacia otro lugar.

   —Creo que es mejor que solo vayan ustedes —coge el libro y su mochila. La detengo cuando está por levantarse de la silla.

   —¿Me pueden decir en este instante que es lo que sucede entre ustedes?




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