Amando lo prohibido

Capitulo 24

~Debes hablar con él~

Nora Arellano

No puedo dejar de pensar en David, en el beso, en lo que sentí. Recuerdo sus labios sobre los míos, sus manos sobre mí, su cuerpo contra el mío. Cierro los ojos y veo sus ojos, el brillo que había en ellos, ¿Por qué no puedo dejar de pensar en el?, ¿Por qué no puedo dejar de sentir esto por él?  

Quiero olvidarlo, quiero no pensarlo, no sentir nada por él, quiero que deje de causar tanto en mí.  

Llevo una de las almohadas a mi rostro y me cubro con ella, al mismo instante en que resoplo. Me mantengo así hasta que mi celular suena y me giro para ver quien es, al entrar en la aplicación veo que es un numero desconocido y que el mensaje ha sido eliminado.  

¿Sera él?  

Veo su información, sin obtener respuesta a mi pregunta, no hay foto, nombre o descripción. Me debato entre mandarle un mensaje o no, está en línea, ¿Pero que le diré? ¿Y si no es él? Y si... «¿Y si dejas de pensar en el Nora?» «Ignora lo que sientes por el Nora, recuerda el daño que él te causo, recuérdalo Nora».  

Apago el celular y trato de dormir, sé que me costara, pero tengo que intentarlo, tengo que sacarlo de mi mente. El me hizo daño y no merece que sienta nada por el...  Pero eso no lo entiende mi corazón, no entiende que lo olvide que aleje mis sentimientos por el, al contrario se aferra a lo que siento.

 

***  

Al día siguiente por la mañana me fui de compras con Ashley y Anne. He buscado cualquier excusa para no estar en casa, Marc fue nuevamente a la empresa y no quiero estar en casa sola con Brianna y aún peor, con David.  

En estos momentos las chicas y yo estamos en una cafetería bebiendo algo.  

—Oye Nora, ¿Estarás por aquí el próximo fin de semana? —pregunta Ashley sorbiendo de su bebida.  

—No, no lo sé, ¿Por qué?  

—Haremos una fiesta por el cumpleaños de David y quiero que nos ayudes. Es muy poco tiempo, lo sé, pero Paulina nos lo ha comentado.  

Me llevo una galleta a los labios y le doy un pequeño mordisco. Me enderezo en mi asiento y trago para poder hablar.  

—Mi plan era solo pasar dos semanas aquí... —dejo de hablar al ver su expresión.  

—No te puedes ir, no aun —Ashley coje mis manos entre las suyas —. Aún hay muchas que hacer, ¿Verdad? —esa última pregunta es para Anne.  

—Si, solo hemos salido un día.  

—Nos quedan lugares por visitar y no te puedes ir así.  

Las miro a ambas y tienen razón, estos días aquí no son lo que yo esperaba, pero eso he acordado con mis padres.  

—Aún tenemos cuatro días, podemos salir estos días.  

—Nora, Marc y tu cuentan con dos meses de vacaciones, él nos dijo que no estarías los dos meses, pero si máximo uno.

—Por favor quédate, ¿Sí?

No sé qué tienen ellas que no puedo negarles nada.  

—Necesito hablar con mis papás —es lo único que se me ha ocurrido —, no aseguro nada.  

Saltan de la emoción y yo no puedo evitar sonrojarme al ver que todos nos voltean a ver.  

—¿Nos ayudaras a organizar la fiesta de David?

—Nunca lo he hecho y no sé cómo organizar una.  

—Esta será tu primera vez —Anne eleva las manos al aire quitándole importancia a eso.  

Sonreímos y me explican como harán todo, no tengo ni la menor idea de lo que dicen, sin embargo, yo digo que si a todo.  

Anne y Ashley se miran entre sí y cambian su actitud completamente. Las observo confundida ya no entendí nada. Anne infla las mejillas y repiquetea los dedos en la mesa.

—¿Pasa algo? —pregunto al ver que ninguna dice nada.  

—Es solo que —Ashley mira varias veces a Anne—, David no festeja su cumpleaños.

Las observó atónita, entendiendo que es lo que ha dicho.

—¿Cómo?

—David no ha vuelto a festejar su cumpleaños desde hace cuatro años.

—Me están diciendo que están organizando una fiesta para el sin tener idea si le gustará o no.

Las dos asienten y resoplo.

—Y entonces, ¿Por qué lo hacen?

—Queremos que vuelva el David de hace años —murmura Anne.

—Pero deben consultarlo con él, decirle que ustedes quieren hacerle una fiesta o algo así.

Creo que esto se trata de solo mirarnos las una a las otras, ya que Ashley me dedica una mirada que no se cómo interpretar.

—¿Puedes hacer algo en nombre de las tres? —coje una de mis manos entre las suyas y llevo mi café a los labios, asiento antes de darle un sorbo— Puedes hablar con él y contarle la idea.

Abro los ojos como platos y casi que me atragantó, ¿Que ha dicho? Yo no puedo hablar con él, no podría ni articular palabra alguna.

—David es un cabezón que no aceptará nada, si alguna de nosotras va y le dice algo, nos mandará al carajo. En cambio, si vas tú, él puede aceptar.  

Me enderezó en la silla y llevo mis manos a mi torso. Veo vacilante la entrada del café y la idea de salir corriendo invade mi mente.

—Yo no...

—Por favor Nora —las dos me ven con expresión suplicante—, confiamos en ti, ¿Sí?

—David y yo apenas hemos cruzado palabra —«mentirosa», grita mi interior—, No chicas lo siento.

—Por favor Nora, eres la única persona que nos puede ayudar.

—Y si Marc habla con el.

Sugiero intentando salvarme de ir a hablar con David, me pongo muy nerviosa solo de imaginar estar cerca de él. Ni siquiera puedo verlo a la cara.

—¡No! Que dices —las dos se sobre saltan a lo que he dicho—, Si Marc le menciona eso David se molestará y todo terminará muy mal, de eso estoy segura.

¿Mal? Ya no entendí nada, me están confundiendo demasiado, ¿Que fue lo que sucedió? ¿Por qué David se molestaría con Marc?

—¿Por qué razón?

—Es algo que sucedió hace años entre ellos... —Ashley se calla de inmediato cuando Anne se acerca demasiado a ella — Bueno eso no nos concierne a nosotras, ¿Puedes hablar con el? Por favor.

Las dos aún sigues viéndome con la misma expresión, suplicante, sin siquiera parpadear. Muerdo mis labios y asiento lentamente. No sé qué estoy haciendo, ni tampoco sé cómo me acercaré a él sin querer salir corriendo en cualquier momento.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.