Amando lo prohibido

Capitulo 27

Maratón 1/3  

 

Nota: Comenzare del inicio con el maraton, al final explico

la razon. Bueno espero disfruten este capitulo.

Los amo 😊. 

¿Celosa?

 

Nora Arellano

 

Permanezco sentada en el taburete con los brazos cruzados sobre la isla. Escondo mi rostro entre mis manos y cierro los ojos con fuerza.   

Las palabras de Marc rondan mi mente, al igual que la expresión de David al decirle que me arrepentía. Casi puedo jurar que en esa expresión fría y dura se podía esconder algo de lo cual no estoy segura. Tal vez, solo fue decepción por haberle dicho eso, por ser la única chica que le restregaba en la cara el haberse arrepentido. Pero eso no es así, no me arrepiento.   

No sé cuánto tiempo ha pasado desde que él se fue y yo me quede aquí sola. Solo puedo sentir como si el tiempo se detuviera y todo alrededor de mi desapareciera, y solo lo único que quedara fuese yo en un lugar vacío y con mis pensamientos martiriándome. Intente comerme el sándwich, pero no pude, todo lo que paso provoco que perdiera el apetito.   

Abro los ojos de golpe al escuchar las voces de Marc y de Paulina. No realizo ningún movimiento, y me quedo escuchando su conversación. Se que no está bien eso, pero no sé qué otra cosa hacer, bueno si irme y dejarlos hablando a solas.  

—Eso suena horrible —dice paulina entre risas.   

—Lo se. 

Sus risas inundan el silencio del pasillo. Por unos segundos es lo único que se oye. Elevo mi rostro y quito mis manos de la isla. Estoy a punto de ponerme en pie, cuando vuelven a hablar. 

—Marc, ¿Todo está bien con Brianna?   

Espero atenta la respuesta a esa pregunta, ya que yo también me he cuestionado lo mismo. Desde aquella pelea que tuve con ella, ellos han estado muy alejados.   

—Si —puedo notar la incomodidad en su voz —, ¿Por qué la pregunta?   

—Curiosidad, ella y tú siempre han sido muy unidos y de la noche a la mañana todo cambio.   

Nuevamente se hace el silencio en el pasillo. O tal vez yo no alcance a escuchar nada. Me pongo de pie para acercarme a la puerta.   

—Y, ¿Qué tal la pasaste ayer? —mierda, ya ha cambiado el tema.   

Okey, lo acepto. Curiosidad es mi segundo nombre.   

—Todo iba bien —también su voz a cambiado.   

—¿Qué paso?   

—David —siento un nudo en el estómago al escuchar su nombre —, se encontró con... bueno, ella estaba allí, se acercó a el —¿ella? inconscientemente me acerco más a la puerta hasta quedar pegada a la pared —. Y... 

Se queda callada y siento que el alma se me cae a los pies, como por que lo hace, porque no dice nada.   

¿Y qué? Por dios Paulina habla, ¿Quiénes ella?, ¿Que hizo David?   

Pego las manos a la pared como si eso ayudara a que la traspasara y pudiera escuchar todo con más claridad. Siento que los segundos se convierten en minutos. Me aferro a la pared y trato de escuchar, cosa que obviamente no pasa. Lo que ha dicho Paulina solo ha provocado que la intriga crezca en mi interior. Es que, ¿Quién carajos es ella? 

Estoy tan concentrada en escuchar que es lo que dicen que no me doy cuenta de que ellos entran a la cocina, sino hasta que escucho a Marc pronunciar mi nombre: 

—Nora —me alejo rápidamente de la pared y lo observo avergonzada.   

Siento mis mejillas calientes y mis manos sudar.   

—Ho... hola —tartamudeo. El mueve la cabeza respondiendo el saludo y Paulina me saluda con un movimiento de manos.   

—¿Qué haces ahí? —pregunta Marc señalando la pared.   

—¿Ahí? —le devuelvo la pregunta y el asiente —. Yo estaba... caminando.   

Vaya que inteligente resultaste Nora.   

—¿Caminando? —arquea una de sus cejas divertido. Veo de reojo a Paulina y ella está igual, mordiendo sus labios para no sonreír.   

—Si, es que estaba en el jardín y decidí venir a comer algo —hago pausas largas en cada palabra —, y yo iba a mi habitación, por... por una sudadera, si por una sudadera. 

—¿Por una sudadera? 

—Si, es que ya hace frio, ¿Ustedes no tienen? —niegan con la cabeza y yo me abrazo a mí misma —. Pues yo tengo demasiado, estoy que muero de frio así que los dejo para ir por ella.   

Salgo de la cocina antes que puedan decir algo.   

¿En serio Nora? Fue lo único que se te ocurrió decir. 

Dios, ¿Por qué me pasa esto a mí? «Por chismosa» me riñe mi subconsciente. Creo que debo de dejar de escuchar conversaciones ajenas antes de meterme en un verdadero lio.   

Al llegar a mi habitación cierro la puerta rápidamente y apoyo mi espalda en ella. Lo que ha dicho Paulina regresa a mi mente. Y las preguntas que he cuestionado anteriormente también, ¿Quién es ella?, ¿Qué emociones y sentimientos causa en él?   

Me acerco a la cama y me dejo caer de brazos extendidos. Trato de recordar algo que él hubiera dicho algo sobre ella ayer. Pero nada de lo que recuerdo es respecto a la conversación que tuvimos. Mi mente viaja a ese momento en que lo vi cuando llego, en que no quería verle, luego en la cabaña, y...   

¡Ahí está! Me levanto de la cama de un salto. El ayer después de disculparse dijo “Quería que todos sintieran lo mismo que yo sentía por haberla perdido” y luego que la noche era una mierda o algo así. Eso quiere decir que ella es su, ¿Ex? O algo parecido. Entonces el ayer la volvió a ver y por esa razón también menciono que la noche era una mierda. Todo esto me lleva a una conclusión.   

Siento que el aire se me va al pensar en eso.   

—David se acostó conmigo por —susurro con un hilo de voz —… por rencor y para vengarse de ella.   

Pero, ¿Por qué vengarse? Bueno es una suposición. Ya que no lo creo porque él está ahora con Paulina, no creo que lo haya hecho por eso.   




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