Amando lo prohibido

Capítulo 36

    ~El cumpleaños de David~

   Nora Arellano

   Hoy es la fiesta, hoy es el cumpleaños de David.

   Ya es de noche y todo está listo. La casa se llenó en seguida de gente, había demasiada en la sala, el jardín y en la cocina. La música era ensordecedora, la casa estaba casi que semi oscura, solo se llenaba con luces rojas y azules. No podía evitar sentirme incomoda, no había vuelto a poner un pie en ninguna fiesta después de lo que paso y eso me hacía sentir demasiado rara, es como si estuviera reviviendo lo mismo.

   Menee la cabeza olvidando el pasado y termine bajando las escaleras. Comencé a buscar con la mirada a las chicas o quien sea. Pero no los veía por ningún lado, no con toda esta gente en casa. Con dificultad paso entre la gente hasta llegar a la cocina y ahí me encuentro con Catalina y Alfredo.

   —Hola —grito por encima de la música —, ¿han visto a Marc?

   —Si —responde Alfredo —, está saludando a unos amigos.

   —Puedes quedarte con nosotros, si deseas, hasta que el vuelva —Catalina me ofrece un vaso rojo —, ¿gustas?

   Niego con la cabeza, aun no me apetece beber. Y no se si beber sea una buena idea.

   —No, gracias, iré a buscar a una de las chicas.

   Sonrió un poco apenada, pero me tranquilizo cuando me devuelve la sonrisa con un asentimiento de cabeza.

   Salgo de ahí como puedo. Creí que solo sería una pequeña fiesta, ahora entiendo porque a David no le apetecía esto. Veo a Marc y estoy a punto de acercarme a él, pero siento mi celular vibrar en la mano, veo en la pantalla el contacto de mamá.

   —Hola mamá —saludo —, ¿mamá? —mierda, creo que es muy mala idea contestar aquí, por la música. Claro que es mala idea.

   Me dirijo a mi habitación para poder contestar, justo cuando llego arriba la llamada se corta. Intento llamarla sin tener éxito. Tecleo con rapidez para enviarle un mensaje explicando la razón por la cual no puedo contestar.

   Nora: Perdón mamá, ¿pasa algo?

   Nora: No pude contestar porque me encuentro en una fiesta.

   Mama ♥: No mi niña solo llamaba para saludar, podemos hablar mañana.

   Nora: ¿Segura que todo está bien?

   Respondo mientras abro la puerta de la habitación. Ahora mamá ya me ha dejado preocupada. Es que jamás me llama tarde, a menos que sea una emergencia.

   Al entrar busco el interruptor para encender la luz. Justo al encenderla me doy cuenta que no estoy sola.

   —Así que —me doy la vuelta rápidamente y me encuentro con David en una esquina de la habitación —, estas con él, oficialmente —da una calada al cigarrillo que trae en una de sus manos.

   —¿Qué haces aquí? —pregunto con la voz agitada y con una mano sostengo mi pecho —. Me has asustado.

   Permanece sentado en la esquina de la habitación. Eleva su mirada hacia mí y deja salir el humo. Respiro profundo antes de hablar.

   —La fiesta ha comenzado hace una hora, ¿Por qué estás aquí?

   Me ignora. Se encoje de hombros y vuelve a llevar el cigarrillo a sus labios.

   —Me da igual —trago saliva cuando se pone de pie y camina hacia mi —, ¿Y tu novio?

   Pongo los ojos en blanco y dejo caer las manos a mis costados. No me gusta que el haga esos comentarios y menos con ese tono de voz, parece como si todo fuese una broma y yo no estuviera oficialmente con Marc, lo dice como si todo fuera una mentira.

   —Esta abajo —retrocedo cuando veo que cada vez está más cerca —, debo de ir con él.

   —¿Pasaron la noche en la cabaña?

   —Debes bajar, las chicas te están buscando —ignoro su pregunta.

   Me doy la vuelta y me acerco a la puerta.

   —Nora Arellano huyendo una vez más.

   Mi mano se queda sobre la manija sin girarla. Solo me quedo inmóvil.

   —No estoy huyendo —respondo entre dientes.

   —¿No? —escucho una risita irónica de su parte—. No contestas mi pregunta y ya te vas.

   —No tengo porque contestarte nada. Así que déjame en paz.

   Antes de poder abrirla siento que me cogen del brazo y me dan la vuelta. Mi cuerpo impacta contra él. Mantengo mi mirada fija en su pecho, no puedo, ni quiero verlo a los ojos. Siento el calor emanar de su cuerpo.

   Me aclaro la garganta.

   —Debo irme —repito.

   —¿Estuviste con él? —coloca una de sus manos por encima de mi hombro, su otra mano seguía sujetando mi brazo.

   —Suéltame —moví mi brazo intentando zafarme de el sin conseguir nada.

   —Tenemos que hablar.

   —No hay nada de lo que tú y yo tengamos que hablar —alzo un poco la voz.

   —Hay muchas cosas...

   —Solo déjame ir, David —lo interrumpo.

   Me suelta de golpe y se aleja de mí, levanto la mirada hacia su rostro, veo que aprieta los labios en una dura línea.

   —No... no lo elijas a el, Nora.

   Lo observo aturdida tratando de entender las cosas. Es entonces cuando escucho la voz proveniente del pasillo. Marc me está llamando.

   Mierda, mierda, mierda.

   Encontrará a David aquí.

   Salgo de la habitación rápidamente antes de que Marc llegue hasta la habitación. Llego a donde esta y lo saludo con un abrazo y un beso en la mejilla.

   —Me dijeron que estabas buscándome —asiento con la cabeza y sonrío tratando de ocultar mis nervios, por suerte Marc no se percata de nada—. Te ves hermosa —susurra contra mi cabello.

   Solo sonrió y le doy un beso en los labios. Sus manos me sujetan de la cintura y poco a poco vamos retrocediendo hasta que mi espalda choca con la pared. Subo mis manos a la nuca de Marc para atraerlo más a mi. Deja de besarme y sus labios pasan a mi mandíbula y bajan a mi cuello. Abro los ojos y veo por encima de su hombro, y lo veo. Ahí está frente a mi, me ve unos segundos y después desaparece por el pasillo. Bajo mis manos al pecho de Marc y lo separó de mi.

   —Bajemos —el se vuelve a acercar a mi.

   —Podemos hacer algo mejor —antes de que me bese vuelvo a alejarlo de mi.




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