Amándote desde la oscuridad.

♡PRÓLOGO.

Desperté con una sonrisa de oreja a oreja, hoy me iría de viaje con Jayden y su familia, pasaríamos el fin de semana en una cabaña que le pertenecía a los señores Scott, amaba esa cabaña por la tranquilidad que emanaba y la naturaleza que nos rodeaba.

Conocí a Jayden y a Jensen «su hermano mayor» cuando tenía 5 años, mi familia y yo nos mudamos de Carolina del Norte a California a causa de una oferta de trabajo que obtuvo mi papá, iniciamos alquilando un departamento y a los meses, debido a los ahorros de años, mis papás lograron adquirir una preciosa casa en una de las áreas más exclusivas de la ciudad, justo a lado de nuestro nuevo hogar, vivían los señores Scott, quiénes fueron amables con nosotros desde el primer día y nos dieron un tour por la magnífica ciudad que era una locura a comparación de la tranquilidad de Carolina del Norte.

Jensen y Jayden siempre fueron mayores que yo, pero eso nunca fue impedimento para que construyéramos una magnífica amistad, siempre me protegieron y me cuidaron prometiéndome que siempre serían mis amigos, promesa que Jayden cumplió y que Jensen rompió en el instante en el que su hermano y yo nos convertimos en novios.

A pesar de que la edad de Jayden era más similar a la mía, siempre fui más apegada a Jensen por los gustos que teníamos en común, mis padres siempre decían que tenía un alma vieja y coincidía con ellos, me fascinaban los modales, la moda de los 50’s y un sinfín de cosas que en la actualidad eran casi inexistentes.

Pasar tanto tiempo a lado de mis vecinos que al mismo tiempo eran mis mejores amigos, fue una experiencia única, sagrada y jodidamente satisfactoria, todo iba perfecto hasta que Jensen fue a terminar la universidad en Nueva York y cuando tiempo después, Jayden me pidió que fuéramos novios.

Todos ocultábamos secretos y el mío era tan oscuro que me abstenía hasta de pensarlo, porque era terrible y me convertía en la peor persona de todo el universo.

Solté un largo suspiro intentando no desmoronarme al pensar en las cosas que hacía desde la oscuridad y sacudí mi cabeza recordando todo lo que tenía que hacer antes de que Jayden viniera a recogerme.

Mi pequeña estatura no me permitía hacer muchas por mi cuenta, siempre tenía que depender de banquitos o de la alta estatura de mis papis y mi novio, en esa ocasión arrastré un banquito y lo metí al clóset, me subí en él y bajé con cuidado la maleta que coloqué en mi cama para rellenarla con ropa abrigadora de invierno, no nos quedaríamos muchos días, pero prefería llevarme ropa extra a que alguna emergencia me ocurriera y terminar lidiando con vergüenzas.

Eran vacaciones de invierno, pese a eso, guardé mi ordenador y mi iPad para dibujar en mis tiempos libres, entre mis cosas favoritas se encontraban hacer postres «¡incluso trabajaba en una pastelería!» y dibujar.

No me gustaba descansar en totalidad en las vacaciones y en mi tiempo libre investigaba respecto a las actividades realizadas a lo largo de semestre, sonaba muy nerd, pero cuando no lo hacía, me descolocaba en demasía al no recordar nada de lo visto, mi memoria académica era a corto plazo y si no repasaba, me sentía pérdida en el universo al regresar a mis clases presenciales, por eso guardé mi ordenador, para releer mis tareas, ensayos y actividades realizadas en clase.

Estudiaba negocios internacionales y me fascinaba lo multidinámica que era la carrera; a lo largo de la carrera había aprendido sobre leyes, mercadotecnia, idiomas, administración, contabilidad, comercio, negocios y cultura internacional, una de las razones por las que elegí la carrera, fue por lo amplio que era el programa académico, estudiaba una sola carrera y aprendía respecto a demasiadas ramas, algo que me apasionaba.

Cerré mi maleta cuando terminé de rellenarla con toda mi ropa, mis botines de invierno, mi lencería y me dirigí a buscar todo lo de higiene personal para guardarlo en la bolsa exterior de la maleta.

Al terminar de guardar todas mis cosas, ordené mi habitación, me aseé y duché para estar lista y no hacer esperar a Jayden, usualmente los viajes daban inicio a las 7am, pasábamos a desayunar y durábamos aproximadamente 5hrs en la autopista, al llegar ordenábamos todo en nuestras habitaciones y nos disponíamos a cocinar, la última actividad del día era entretenernos con juegos de mesa, billar, películas y algunas veces dábamos un tour por el bosque que ocultaba tantos secretos bajo la oscuridad, era una rutina repetitiva, pero al hacerlo una o máximo dos veces al año, significaba una mágica desconexión al mundo real y al caos de la ciudad.

Me sequé mi cabello castaño oscuro, me hice ondas luego de colocarme el protector de calor, me puse uno de mis gorritos favoritos e inicié mi sencilla rutina de maquillaje; delineé los ojos y me pinté los labios con un color fuerte ideal para invierno «no usaba mucho maquillaje, pero amaba los colores fuertes de labiales, creía que eso era mi distinción al resto de las chicas», me perfumé y me dirigí a la habitación de mis papis quienes de seguro seguían dormidos, pero no podía irme sin despedirme de ellos, mucho menos luego de toda la confianza que me daban al dejarme ir de mini vacaciones con mi novio y su familia.

Gran parte del permiso se debía a la confianza que le tenían a los señores Scott, sabían que ellos me cuidarían como a una hija más y el resto de las razones por las que me dejaban ir, era por lo bien que me habían educado, sabían que no haría algo incorrecto y que Jayden tampoco me obligaría a hacer algo que no quería, ¡era todo un caballero!




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.