Me da miedo todo este asunto, Fausto llega mañana y debo buscar la forma de irme.
Volví a la casa de reposo, tengo una conversación pendiente con mi nana Gloria.
-Hola, estoy buscando a Gloria Suarez.
-Srta. buen día, Ud. vino la vez pasada verdad.
Si, si, y no me pude despedir, porque se descompuso y la tuvieron que atender a mi nanita,
-Claro, ella esta mejorcita pero no puede tener emociones, fuertes, Ud. sabe la edad.
-Gracias solo me tomara unos minutos.
-Nana Gloria, soy yo Laura.
-Hijita volviste, te llamé con el pensamiento, soy una vieja senil, que en cualquier momento dejara de vivir.
-No diga eso nanita, aquí la cuidan bien.
-Hija mi cuerpo no da para mas me siento mal, cansada, solo quiero dormir y ya no despertar. ese día estaba a punto de revelarte algo.
- ¿Nanita, se trata de mi verdadero padre?
-Como lo sabes hijita, yo no te dije nada.
-Nanita me enteré anoche, cuénteme que sabe Ud. de ese tema.
-Hijita, Pedro siempre se porto como un Padre, yo soy madrina de tu mami, la cuidaba a mi muñequita, era como su madre, me dedique tanto a tu familia, cuando mi muñequita se embarazó, tu abuelo no quiso apoyarla, el tipo era casado y no quería responderle. Tu padre era un recién egresado con un futuro brillante, un pan de Dios, que siempre admiro la carrera de modelo de tu madre y la amaba en silencio. Ellos se casaron poco después de que nacieras, y Pedro Salvatierra te dio su apellido. Fueron felices, una familia muy unida pero tu madre recibía llamadas de Dante Lombardi, tu progenitor, la amenazaba con contarle a tu padre de que, si estaba vivo, y no muerto como tu madre le hizo creer tantos años. Discutían algunas veces por ese tema, pero al margen de eso, se amaban y te amaban.
-Gracias nanita.
-Srta. terminó la hora de visita.
-Si ya me retiro. nanita, cuídese mucho, espero algún día volverte a ver.
Dios te cuide mi niña.