Amanecer de otoño

Capítulo Catorce

Después de conversar con Lucy y explicarle que había decidido cambiarnos de casa por una más grande, comienzo a armar algunas cajas para la mudanza, por suerte Logan, tenía bastantes en la construcción del jardín de infantes. Espero no demorar tanto, porque son demasiadas cosas las que tengo que empacar, y gracias a Dios que tanto mi hermana y novio me ayudarán. 

Paso buena parte de la tarde seleccionando que cosas guardo y cuáles voy a donar, no deseo cambiarme de casa llevando cosas que estoy segura no ocuparé. Lo bueno de esto, es que por fin me deshago de las cosas de Frank que aún no había botado a la basura. La ropa está en buen estado, pero no me sentiría bien donándola, y que me congratulen por ella, perteneciendo a quien me hizo daño. 

Estoy cansada, así que me dispongo a pasar un rato con mi pequeña, hace días no tenemos nuestros momentos de mamá e hija y hoy, aunque estuvo jugando en su habitación toda la tarde y solo salía de vez en cuando a pedirme algo, es momento de dedicarle un tiempo, como siempre lo he hecho. 

Antes de ir a su habitación, voy a la cocina por dos vasos de jugo de naranja. Busco en el mueble su vaso favorito de Minnie Mouse y lo sirvo, sin olvidarme de colocarle su tapa.  

Teniendo el jugo servido, voy a su habitación y la encuentro jugando a tomar el té. 

—Mi amor, ¿quieres un poco de jugo? —le pregunto mostrándole su vasito. 

—Sí, mami, por favor. —le entrego su vasito.  

—¿Quieres jugar conmigo, pequeña? 

—¡Sí, sí! —contesta muy feliz. 

—Bueno, tú mandas. 

Y comenzamos a jugar a la casita, como siempre sus muñecas son la prioridad cuando jugamos juntas. 

Así pasamos toda la tarde y me siento exhausta con todo lo hecho hoy. Reviso la hora en mi teléfono y ya es bastante tarde, por lo que solo deseo bañarme y dormir, no sin antes preparar a mi niña para ir a la cama. 

Después de unos treinta minutos, ya está acostada y esperando que le lea su cuento favorito. Y como ya es usual, no llego ni a la mitad del mismo cuando se queda dormida. Dejo el libro en su lugar y termino de arroparla para dejarla descansar. 

Me dirijo directo al baño con la intención de darme una ducha. Abro el agua caliente y mientras se aclimata, me quito la ropa. El agua cae sobre mí dándome esa sensación de calma que tanto necesito, es como si el agua quitará todo el peso que llevo encima con todo lo que está sucediendo a mí alrededor. 

Luego de un rato y sintiéndome como nueva, además de limpia, voy a la cama. 

 

******** 

 

Y así transcurre una semana entre cajas, atender a mi hija y por qué no, preocuparme por si aparece Frank de nuevo. 

Hoy por fin es el día de la mudanza y todos están ayudándome, Logan y Max con el traslado y mi hermana, cuida de Lucy. Para mi tranquilidad, el departamento nuevo es en un edificio cercano al de Logan, por lo que, si llegase a suceder algo, puedo contactarlo y llegará muy pronto. 

Vamos cargando el camión que contrató Logan y a medida que avanzamos, voy viendo cómo se va sintiendo más gigante mi antiguo departamento. Tantos recuerdos que tengo estando aquí, tanto buenos como malos. Las primeras palabras de mi pequeña, la primera vez que caminó, muchas alegrías gané aquí, pero también la más grande tristeza de todas. Quisiera no tener que irme de aquí, pero en este momento mi corazón lo necesita. Tengo que estar en calma para mí y mi hija. 

—¿Estás bien? —pregunta Logan, luego de verme observar por la ventana hacia el exterior. 

—Sí. —Giro brevemente para contestarle y vuelvo a mirar hacia afuera—. Voy a extrañar este lugar, pero sé que en el fondo es lo que debo hacer, solo espero que no nos encuentre. 

—No te preocupes por eso ahora, cariño. —comenta acariciándome ambos brazos con sus manos—. Estoy muy confiado de que todo mejorará. 

—Ojalá pudiera tener la misma confianza que tú. 

—Estaré para protegerlas, y sé que los chicos también. —Sé que, hace referencia a mi hermana y cuñado. 

—Lo sé, ya deseo que todo esto termine. Así como detesto empacar, detesto desempacar. Lo bueno de eso, es que pude deshacerme de muchas cosas que no necesitamos. 

—Así me gusta, que puedas verle el lado positivo a todo esto. 

—Gracias, Logan. —digo sincera. 

—¿Por qué lo dices? —cuestiona intrigado. 

—Porque a pesar de saber que venga con esta tremenda carga, sigues aquí conmigo, protegiéndome, cuidándome. Pudiendo haber salido corriendo, luego de presenciar todo y deseando no tenerlo en tu vida. 

—Cuando uno quiere a alguien de verdad, es capaz de todo por esa persona. Y a ti, desde que te conozco, tengo esos deseos de protegerte, quererte y seguir compartiendo mis días contigo. Si tengo que enfrentar al mundo entero por estar contigo, créeme que lo haré. Significas mucho para mí, más de lo que puedas llegar a imaginarte. 

Cuando Logan se pone en más honestidad, siempre sucede lo mismo, me pongo sentimental y con ganas de llorar, así que inevitablemente unas lagrimitas caen por mis mejillas y mi novio, las quita con un beso. 

—Te quiero, amor. —respondo con un nudo en la garganta. 

—Y yo a ti, hermosa. —Me da un beso, logrando que calme los pequeños temblores que mi cuerpo comenzaba a sentir—. Venía a decirte que el camión está listo y esperando por ti, ¿vamos? 

—Sí, por supuesto, vamos. 

Nos tomamos de la mano y salimos del departamento. Cierro la puerta con llave desde afuera, con el deseo y esperanza de que todo va a cambiar a partir de ahora. 




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