El camión de la mudanza ya se fue, así que ahora comienza el proceso más tedioso, el desempaque y acomodo de muebles. Por esta noche, mi niña se quedará con sus tíos y yo con Logan en su casa, y como deseo que los dormitorios sean lo primero en estar listo, nos preocupamos de eso. Por suerte, teniendo a Logan y a Max, puedo avanzar mucho más rápido que si estuviera haciéndolo sola. En menos de una hora, los muebles ya están en su lugar en ambos dormitorios. Solo me queda identificar las cajas donde está la ropa y ponerla en su lugar.
Los chicos están cansados y aunque no lo digan, es cosa de mirarlos, y como yo también lo estoy, los invito a comer a un restaurante junto a mi hermana y las niñas. Por supuesto aceptan encantados. Max se despide de nosotros para ir en busca de las chicas. Quedamos de acuerdo en juntarnos en nuestro restaurante familiar favorito en una hora y media más.
Logan me ayuda a buscar algunas de las cajas donde está mi ropa. Estoy agotada y lo que más deseo en este minuto es una ducha rápida. Luego de unos veinte minutos ya estoy lista y vamos saliendo a donde Logan para pasar a buscar a Brian, quien estaba con Kristen.
Llegamos a su casa y Brian está muy contento por volver a ver a las chicas, por lo que acepta encantado la invitación. Los chicos se preparan mientras yo charlo un poco con Kristen. Es una buena chica y se nota que quiere mucho a ambos, es muy fácil llevarse con ella. Espero podamos ser amigas, me gustaría mucho, a decir verdad.
Después de unos cuarenta minutos, vamos saliendo por fin al restaurante. El apurón que tiene mi estómago por comer, me es difícil controlarlo por lo que no podía seguir esperando más. Esto de no comer durante el día me estaba pasando la cuenta.
Nos subimos al auto de Logan y texteo a mi hermana diciéndole que ya vamos en camino al lugar.
El tráfico está dificultando el llegar a tiempo, pero Logan hace lo posible por avanzar rápido entre los vehículos, sabe que no me gusta ser impuntual. Aun así, el trayecto es bastante ameno, vamos conversando entre todos a la vez que escuchamos algo de música, la que va variando entre música infantil y música pop.
Estamos llegando al restaurante y veo que mi hermana y los demás ya nos están esperando. Logan estaciona y nos bajamos.
—¡Mami! —saluda muy alegre mi pequeña mientras se acerca corriendo a mí.
—Hola, mi amor. —Me agacho y le doy un abrazo—. ¿Qué tal tu día donde la tía Pam?
—¡Súper divertido! —contesta emocionada.
—¡Qué bueno!
Con mi niña de la mano, nos acercamos a los demás y les saludamos. Lo que más me gusta es ver que los niños se alegran de verse nuevamente. Eso nos deja muy contentos tanto a mí como a Logan.
Una vez hechos los saludos correspondientes, entramos y pedimos una mesa para todo el grupo. Por suerte, la que siempre ocupamos estaba disponible. Nos acomodamos todos, luego de pedir un par de sillitas de niños para Lucy y Brian.
Nos traen los menús y solicitamos la comida.
—¿Qué tal tu día? —pregunta mi hermana.
—¡Agotador! —exclamo. No recordaba lo tedioso que era el trabajo de mudanza, menos mal conté con la ayuda de Max y Logan, si no, no hubiese podido sola.
—Es verdad, no recordaba que tuvieras tantas cosas. —comenta Max riendo.
—Pero créeme que me deshice de muchas. Lo que me deja tranquila es que los muebles de las habitaciones están listos. Solo me falta ordenar la ropa y después de eso, seguiré con el resto de la casa.
—Sí quieres te ayudo con lo de la ropa mientras las niñas están en clases. —se ofrece mi hermana.
—Sería fantástico, Pam, te lo agradezco.
—No te preocupes. Cerca de las diez de la mañana estaré por allá.
—Me encantaría seguir ayudándote, cariño, pero no puedo dejar la obra.
—No te preocupes, Logan, lo comprendo. Créeme que ya ayudaste muchísimo junto a Max. Solo espero poder terminar con todo pronto, aún debo revisar algunas cosas y volver a ubicarme en el mapa.
—En eso último te ayudaré. Sabes que ahora vivimos más cerca, por lo que puedo llevar a Lucy al jardín y traerla de regreso, para que así puedas ir terminando con la mudanza.
—¿De verdad harías eso?
—¡Claro! Ya sabes lo bien que se lleva con Brian, además de que ya tenemos la segunda instalada en mi auto.
—Te lo agradezco, cariño. Es fantástico. Eso sí, mientras esté con el término de la mudanza lo harás tú, después no quisiera dejar mi rutina, por lo que te acompañaré algunas veces, así también regreso por mi cuenta, debo sí o sí aprender a ubicarme en mi nuevo barrio.
—Te lo cedo. Como estamos un poco más lejos del centro de la ciudad y del jardín de infantes, debo darte las referencias en los horarios y todo lo demás.
—A la orden, capitán. —respondo con una sonrisa mientras hago el típico gesto marinero.
Nos llega la comida y comenzamos a disfrutar de una fantástica comida. Esta vez sin ningún tipo de interrupción. Conversamos de todo y de nada.
Mi princesa por su parte, no deja de invitar a su prima y a Brian a que conozcan su nueva casa, lo que resulta bastante gracioso, porque ella no la conoce aún, solo espero que le guste tanto como a mí. Le aclaro que cuando tengamos todo en orden, puede invitar a quien quiera, lo que la deja muy contenta.
Vamos dejando todo programado para la semana; los horarios en que Logan deberá pasar por Lucy para llevarla al jardín, la hora en que llegue mi hermana a ayudarme hasta que deba volver a casa y por supuesto, la hora de cuidado de mi niña por parte de mi cuñado y Pam cuando yo no pueda hacerlo en casa. Gracias al cielo que cuento con el apoyo de todos, si no estaría completamente perdida.
—Este plato está delicioso. —dice Logan—. Hace mucho que no comía un pescado a la plancha tan bueno como este.
—Ese pescado es una de las razones por las que nos gusta venir aquí con mi hermana. De hecho, era el favorito de papá. —responde Pam.