Amanecer de otoño

Capítulo Veintiuno

Este día ha tenido de todo un poco y al pobre teniente Williams, lo he usado de chófer para andar por todo Portland, como no conozco esta ciudad y tampoco sé manejar. Ha sido muy amable y espero no haber sido una molestia para él.

Pude hacer las gestiones del banco y sacar el dinero, pasamos a alguna tienda a comprar algún bolso donde guardarlo y ahora estoy descansando en mi habitación de hotel, sin duda ha sido un día ajetreado.

Veo la hora y son las cinco de la tarde aquí en Portland, por lo que deben ser las ocho en Carolina del Norte. Llamaré a Logan, lo extraño. Agarro mi teléfono y le marco.

—Hola, preciosa.

—Hola, mi amor, ¿cómo estás?

—Bien, hoy tuve un día largo. ¿Qué tal el tuyo?

—También, he ido todo el día de allá para acá. Ahora estoy descansando en mi hotel.

—Qué bueno. ¿Alguna novedad de tu ex?

—Nada en concreto, solo pistas. Hoy conocí al teniente Williams de la policía local, se presentó ante mí en una cafetería. Según conversé con él que, gracias a la última llamada de Frank a mi teléfono, pudieron ubicar que se encuentra en la zona costera del estado, pero no saben dónde aún. Creen que puede estar movilizándose de una ciudad a otra.

—Ojalá lo encuentren pronto.

—¿Todo bien en casa?

—Sí, todo va bien. Le comenté a tu hermana que ya estabas en Portland y que cualquier novedad le estaría avisando o bien que tú le llamarías directamente.

—Gracias, cariño. Así se hará. Uf, como les echo de menos, desearía que estuvieran aquí conmigo.

—Lo sé, Lauren, créeme que yo también quisiera estar allí y apoyarte. ¿Estás segura que no puedo viajar? Ya es jueves y por el fin de semana puedo dejar con sus abuelos y tía. —comenta tratando de convencerme.

—No es tiempo aún, aunque estoy segura que te lo terminaré pidiendo en cualquier momento. De momento puedes estar tranquilo, estaré bajo la vigilancia del teniente Williams y su equipo. Hoy me acompaño a hacer todo lo que tenía que hacer y me llevo por toda la ciudad prácticamente.

—¿Debo preocuparme o ponerme celoso? —consulta en tono de broma.

—Para nada, amor. Mis ojos y corazón son solo para ti.

—Me quedo tranquilo entonces.

—Siempre, Logan. Solo tú estás en mi mundo. Te amo.

—Y yo a ti, Lauren.

—¿Cómo está, Brian?

—Bien, aunque solo pregunta por Lucy y por qué no ha ido al jardín. Lo único que pude decirle y que es mentira y verdad a la vez, es que anda en un viaje con su papá por algunos días.

Aunque me rompe el corazón, debo agradecerle por la preocupación hacia mi niña. Yo sé que se quieren mucho.

—Oh, pobrecito, debe extrañarla mucho.

—Sí, lo hace. Todos los días me interroga sobre cuándo volverá.

—Qué tierno mi niño. Dale un beso y un abrazo de mi parte. También lo extraño.

—En tu nombre, preciosa. Ahora debo dejarte, el campeón me llama, además ya es hora de cenar para nosotros. Intentaré llamarte más tarde.

—De acuerdo, cariño. Hablamos después. Te mando un beso.

—Otro para ti.

Cuelgo la llamada y me dejo caer sobre la cama mirando hacia el techo. Cómo quisiera estar con mi familia en este momento, me hacen falta, y sí, sé que ha pasado solo un día o menos desde que viaje hasta aquí, pero somos muy apegados todos y si algo le sucede a uno, les sucede a todos.

Mejor busco en la televisión algo para distraerme, tal vez alguna película o una serie de Netflix. Encuentro una de comedia que me llama la atención, así que hago clic y mientras comienza, me meto adentro de la cama, aunque haga mucho calor en el ambiente, necesito estar tapada si estoy acostada, es más cómodo.

Como no he comido nada desde la mañana, ya me está dando hambre, así que decido llamar a la recepción del hotel y pedir que me traigan algo a la habitación.

Al cabo de un rato, suena mi puerta y abro. Es un camarero del restaurant que trae un carrito lleno con la comida que pedí. Acomodo todo a un costado de la cama y me dispongo a comer.

Cómo se nota que hubo un cambio desde que tuve noticias de Lucy, volví a comer hasta acabarme el plato por completo. Creo que así fácilmente voy a recuperar los kilos que perdí estos días.

Termino de ver la película y pongo otra, esta vez una de Jennifer Aniston, “The Millers”, es una comedia muy entretenida, ya la he visto un par de veces.

Suena mi celular y no sé en qué momento me quedé dormida, porque el sonido me despierta.

—¿Hola?

—Señorita Collins, soy el teniente Williams.

—Qué tal. —Carraspeo—. ¿Tienen alguna noticia?

—Efectivamente. Hemos dado con el sospechoso en la ciudad de Newport, la policía local ya le sigue los pasos. La llamo para pedirle que venga con nosotros para hacer el reconocimiento de imágenes que hemos logrado captar y confirmar si es quien buscamos.




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