Amanecer de otoño

Capítulo Veintiséis

Llegamos directo al mismo sector de urgencias y consulto por Lauren a la enfermera. Revisa en la computadora hasta encontrar su archivo médico. 

—La señorita está reaccionando bien a los cuidados postoperatorios, pero aún se encuentra en estado grave, debido a la bala que perforo su riñón izquierdo.  

—¿Podemos pasar a verla? Es mi hermana. —pregunta Pam. 

—Lo siento, señorita. Debido a su estado, no es posible. 

—¿Hay algún médico al que podamos consultar? Viajamos desde la costa este para estar con ella. —agrega Max. 

—Voy a llamar al médico, un momento. 

—Se lo agradecería mucho, señorita. —dice Pam. 

La enfermera hace llamada vía altoparlante al médico de turno, que llega en menos de dos minutos a donde estamos. 

—Buenos días, doctor. —saluda Pam. 

—Buen días, jóvenes. Soy el doctor Lincoln. ¿En qué les puedo ayudar? 

—Anoche trajeron a mi novia de urgencia por herida de bala en el abdomen, mi cuñada y su marido han volado desde Carolina del Norte, y yo soy el novio, desde anoche que he estado al pendiente de ella. Deseamos verla, por favor. 

—Permítanme ver su historial y puedo darles una respuesta. 

Se acerca a la pantalla detrás del mesón y lo lee con calma. 

—¿Y bien? ¿Podemos pasar a verla? Es una situación delicada, doctor, su hija además espera por ella en un hogar de menores. —Explica Pam. 

—Doctor Lincoln, por favor. Se lo rogamos. La situación es más delicada de lo que parece. —Suspiro para explicarle—. No sé si habrá estado aquí la policía o no, pero hubo una discusión donde mi novia termino con esa bala en el riñón, su hija siendo secuestrada por su padre, termino en un hogar de menores a la espera de que un familiar vaya por ella ya que el padre fue abatido en la persecución. 

—No estaba en conocimiento de eso y lo entiendo. Como les habrá dicho la enfermera, la situación de la paciente es complicada, sigue en estado grave y con vigilancia y cuidados permanentes en la Unidad de Cuidados Intensivos. Lo único que puedo hacer por ustedes por ahora es permitir cinco minutos para verla y que ingresen de a uno. 

Pam se pone a llorar de inmediato. 

—Gracias, doctor, no sabe cuánto se lo agradezco. Nosotros somos todo lo que mi hermana tiene además de su hija y necesitamos estar con ella. 

—Eso sí, por resguardo de la paciencia, deberán vestirse adecuadamente para no contaminar el ambiente alrededor de ella. Su herida es muy delicada y requiere los mayores cuidados para que no se infecte. 

—Como usted diga, doctor.  

—Señorita, por favor, indíqueles a los jóvenes a donde deben ir a cambiarse y luego los llevan a la habitación de la paciente. 

—Por supuesto, doctor Lincoln. Síganme, por favor. 

Vamos detrás de la enfermera hasta una sala especial donde nos cambiamos y ponemos por sobre la ropa esos trajes blancos de hospital. Me pongo de acuerdo con Pam que ella pase primero a ver a su hermana, mientras yo me contacto con el teniente Williams para que pueda venir al hospital, conversar con ella y llevarla al hogar donde está Lucy. 

Es el turno de Pam de entrar y tal como le dije, saco el teléfono de Lauren de mi bolsillo y le marco al teniente. 

—Buen día, joven Logan. 

—Buen día, teniente, qué tal. Le llamo porque me encuentro en el hospital con Pamela, la hermana de Lauren. Será ella quien vaya por Lucy al hogar. ¿Será posible venga al hospital? 

—Sí, por supuesto. Pensaba pasarme por el hospital para chequear como se encuentra la señorita Collins. 

—Perfecto, nos vemos pronto. 

—Nos vemos. 

Mientras esperamos con Max a que salga Pam, me pongo a conversar de él sobre otras cosas. Me recuerdo de que deberé llamar a mi equipo y pedirle a Kristen que se quede por más días con Brian. Nunca he estado sin él tanto tiempo, pero la situación lo amerita, solo espero que mi hijo pueda entenderlo. Los llamaré después de ver a Lauren. De momento, solo me interesa verla y estar con ella, aunque no pueda verme o hablarme. 

Pam sale llorando desde la habitación de Lauren. 

—No puedo creer que este así, pobrecita de mi hermana. No soy de desearle mal a otros, pero me alegra que Frank haya pagado con la muerte, Lauren no se merecía todo lo que sufrió por su culpa, mucho menos esto. 

—Tranquila, amor. Ya verás que se pondrá bien, su hija la necesita. —comenta Max, acariciando sus brazos para confortarla. 

—Es verdad, Pam. Lauren es una chica fuerte que ha pasado por mucho y ha salido de cada situación. 

—Tienen razón, lo que me importa es que estoy, estamos aquí acompañándola, que no la dejaremos sola.  

—Por ningún motivo. Es mi turno. Aprovecharé de entrar antes de que llegue el teniente. Con su permiso, chicos. 

Abro la puerta de la habitación y lo único que se escucha es el sonido de la máquina a la que está conectada. Se ve hermosa dormida, con un rostro angelical como el que no había visto aún. Me duele verla así, sabiendo que aún puede estarse debatiendo entre la vida y la muerte. Acarició su rostro con mucho cuidado, como si fuera un cristal que no quisiera que se rompa. Con delicadeza tomo su mano y se la beso. 

—Hola, hermosa. Sé que no puedes oírme ni menos responderme, pero quiero que sepas que estoy aquí contigo. Prometo estar a tu lado todo el tiempo que se necesite, no voy a dejarte sola. Hace un momento estuvo tu hermana aquí, vino con Max, están muy preocupados por ti y por Lucy. —Vuelvo a hacerle cariño en el rostro—. Frank no volverá a molestarte, escapándose de la policía falleció abatido, así que los problemas con él se acabaron. El teniente Williams también está al pendiente de ti. En unos minutos viene para acá, así que le diré cómo estás. Ahora está ayudando a tu hermana para sacar a Lucy de dónde está. Recupérate pronto, amor, te necesitamos. 

Me duele verla así y sin desearlo, los recuerdos de Kendra vienen a mí y es inevitable sentirme vulnerable sin poder hacer nada para ayudarla. Aquella vez no pude ayudar a mi esposa, pero hoy no dejaré que eso suceda con Lauren. Estaré aquí el tiempo que se necesite. 




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