Amanecer de otoño

Capítulo Veintinueve

Lauren 

 

Por fin he despertado. Según me dijeron el médico y las enfermeras pase una semana en cuidados intensivos por la gravedad del disparo de Frank y que pasó a llevar un riñón, por suerte no necesité -de momento- una donación de órgano. Lo único que deseo en este minuto es ver a Logan y a mi pequeña, pero me dijeron que lo mejor era esperar hasta mañana para no sobresaltarme y que pueda hacerme daño. 

Estar en esta habitación de hospital, me trae malos recuerdos de cuando Pam y yo vinimos a visitar a nuestros padres. Fue muy duro verlos y no poder hacer nada por ellos. Desde ese día, trato de no volver a piso, pero ahora no tuve más remedio. 

Estoy deseando que sea mañana para poder fin ver a mi familia. El que aquí no sepan decirme nada me está exasperando, necesito saber si están bien y si pudieron recuperar a mi niña.  

El único entretenimiento que tengo por ahora es ver por la ventana. En días normales aprovecharía de escribir, siempre me ha gustado mirar el azul del cielo y tomar apuntes en mi pequeña libreta. Lamentablemente hoy no es el caso, aunque el cielo está hermoso, no tengo motivos para escribir, lo que provoca a su vez que me ponga nerviosa, debido a los plazos que debo cumplir con la editorial y lo atrasada que estoy, solo espero no sentir la presión después. 

Las horas pasan y entran a verme de vez en cuando para ver si estoy bien, además de traerme comida. Solo deseo que llegue mañana muy pronto. 

No teniendo más que hacer, me hecho a dormir. Me siento muy cansada. Espero que las horas pasen rápido y que ya llegue el nuevo día. 

Me despierto sobresaltada, estaba teniendo una pesadilla, en donde Frank se lograba llevar a mi hija y me mataba, se sintió como si estuviera repitiendo el momento del balazo que disparó en mi contra. Una enfermera debe haberme escuchado gritar porque rápidamente llega a la habitación a chequearme. 

—¿Se encuentra bien, señorita Collins? 

—Sí, solo tuve una pesadilla. 

—Entiendo, permítame chequearla 

La enfermera comienza a observar las máquinas a las que estoy conectada, mientras toma notas en una planilla y todas se muestran bien. 

—¿Siente molestias en la herida?  

—Muy poco, es más incómodo que otra cosa. 

—Lo revisaré. —Hace lo dicho y me examina—. Hay que cambiar los vendajes, vuelvo en un momento. 

La enfermera sale y al par de minutos regresa con una pequeña bandeja en las manos. Se acomoda a mi lado y procede al cambio de venda. Cuando ya está lista, deja todo en la bandeja para botar lo sobrante después.  

—Bien, me retiro para que siga descansando. 

—Gracias, no sé si pueda, pero lo intentaré. 

Vuelvo a quedar sola en la habitación y me acomodo para intentar dormir de nuevo. 

No sé qué hora es, pero sí noto que es temprano, por la luz que entra por la ventana. 

Imagino que como la enfermera vino a verme anoche, no es necesario venga tan temprano. Mi única entretención por ahora es mirar por la ventana y esperar, ¿qué? No lo sé. 

De pronto se abre la puerta y me llaman. Es Logan. Qué alegría verlo, estos días debieron ser duros para él. 

Me cuenta todo lo que ha ocurrido y que no supieron decirme y me alivia saber que mi niña está bien y con mi hermana, aunque me apena no poder estar con ella.  

Por otro lado, me cuenta que Frank ha muerto y no sé cómo sentirme ante eso. Sé que me hizo mucho daño, aunque más fue hacia mi pequeña, pero jamás le desee la muerte. No soy ese tipo de personas. 

También me ayuda a hablar con mi pequeña, la extraño muchísimo, ya quiero volver a tenerla entre mis brazos. Fueron demasiados días sin ella. Según me comenta también, los de la prensa de enteraron y los de la editorial también y que han decidido no ponerme un plazo de entrega para la novela y lo agradezco demasiado. Apenas pueda me pondré en contacto con Lorraine, mi editora, para conversar del tema.  

Logan ha vuelto a entrar. 

—Listo, cariño. Ya te traerán el desayuno. 

—Qué bueno, porque ya me estaba dando hambre, no tuve un buen dormir. 

—¿Por? ¿Algo en especial? 

—Pesadillas. Soñé con algo similar al día D, la diferencia es que Frank sí lograba matarme. 

—Menos mal, solo fue eso, un mal sueño.  

—Lo sé, y espero que no se repita. Fue horrible. 

Se abre la puerta y entra la enfermera con una bandeja, que pone sobre la mesa con ruedas que se encuentra sobre la cama y la acerca hacia mí. 

—Gracias, señorita. 

—Cualquier cosa que necesite, estoy a un botón de distancia. —responde sonriente y se va. 

Comienzo a comer mientras Logan me acompaña. Lo veo tan animado de verme, que su alegría es totalmente contagiosa. 

—¿Qué me ves tanto? 

—A ti, preciosa, estoy feliz de verte y saber que estás mejorando. Espero poder llevarte conmigo pronto a casa. 

—Es verdad, deseo lo mismo, pero dime, tuviste algún inconveniente con el trabajo o con Brian por dejarlo tanto tiempo. —digo tomando un sorbo de jugo. 

—En cuánto al trabajo pude congeniar con mi socio y él se está haciendo cargo de todo hasta que regrese y por Brian, hablé con Kendra y él, y les expliqué la situación, Kendra no se hace problema en estar con su sobrino, además que también aprovechó de estar con los abuelos y mi campeón además de entenderlo, me contó un secreto. 

—Ah, ¿sí? —Asiente con la cabeza. 

—Dijo que te extraña mucho y que le caes muy bien. —Se forma una sonrisa en la cara de mi novio. Con decirme eso, sé que se siente confiado en lo que tenemos y estoy deseando que nuestro futuro juntos sea más maravilloso que nuestro presente. 

—Oh, qué amor. —Me llevo una mano al pecho de la emoción. 

—Le dije que tú también lo querías mucho y que ya tenías un pedacito de tu corazón destinado a él. 

—Eso es verdad. —Señalo con el dedo libre mientras agarro los cubiertos—. Tu hijo es un pequeño gran hombrecito, lo has educado muy bien. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.