Amanecer de otoño

Capítulo Cuarenta y seis

En mis ratos libre he podido escribir bastante bien, estoy casi por culminar con mi novela. Ansío poder publicarla pronto. Me ha llevado más tiempo del planeado, pero lo bueno es que pude concentrarme en el escrito a pesar de todo y continuar, por suerte tanto Logan como Pam y Kristen me han ayudado mucho dando algunas ideas para la trama. Si no fuera porque cada uno es excelente en sus respectivos trabajos, casi podría decir que podrían ser mi competencia, porque vaya que han dado buenas ideas.

Menos mal me han podido ayudar ya que últimamente me he sentido muy nerviosa por el próximo control con la ginecóloga. Quedamos con Logan en llevar a los niños para revelarles la doble sorpresa, solo espero que se lo tomen bien. Tendría una angustia enorme si no sucede. Logan me dice que confíe, que todo estará bien. Solo espero que tenga razón.

Ahora vamos camino a mi consulta y para amenizar el ambiente, por los altavoces del vehículo suenan canciones infantiles, lo que ayuda a que me distraiga y no piense en el tema.

―Volveremos a ver a nuestros pequeños ―comenta Logan susurrando para que los niños no lo oigan.

―Sí, estoy emocionada ―respondo sin ocultar mis nervios.

―¿A dónde vamos, papá? ―consulta Brian algo inquieto.

Al salir de casa solo les dijimos que saldríamos a un control médico para mí, porque no me sentía muy bien ―lo que claro fue la excusa para que no sospechen del porqué vinimos a un hospital.

―Falta poco, campeón. Ya no tardamos en llegar.

―Qué bueno. Porque necesito ir al baño, ya no puedo aguantar las ganas de hacer. ―Logan y nos reímos.

―Pienso igual que tú. Yo también debo ir. ―respondo riendo.

―¿Otra vez? Pero si fuiste antes de salir ―cuestiona Logan.

―Sí, amor, mas en mi estado es inevitable y lo sabes.

―Tienes razón. Lo bueno es que el hospital solo está a la vuelta.

En solo unos minutos ya llegamos y nos bajamos en el sector de estacionamiento. En el ascensor tomamos dirección directa al piso de la doctora Spencer, por supuesto los baños están cerca del elevador, así que será el primer destino luego de salir de este cubículo.

Logan acompaña a Brian y yo voy con Lucy, que me espera pegadita a la puerta. Siempre lo hace cuando estamos en algún lugar que no conoce o con mucha gente. Para que ambas nos sintamos tranquilas, tomamos una cuerda cada una en un extremo y así sabemos que la otra estará. Al salir del pequeño espacio, le doy un beso a mi pequeña y nos acercamos al lavabo para poder asearme.

Saliendo del baño, los chicos ya esperan por nosotras así que nos acercamos directo a la recepción de la consulta.

―Buenos tardes, señorita. Tengo hora con la doctora Spencer. Me apellido Collins.

―Buenas tardes. Un momento, por favor. ―Teclea en su computadora y comprueba la información―. Tomen asiento, por favor. La doctora está con otra paciente en este momento y los atenderá pronto.

Vamos al sector de espera y entretenemos a los niños con algunos de los juguetes que trajimos para ellos. Después de unos diez minutos, me llaman. Guardamos las cosas y vamos a donde la doctora nos espera.

―Buenas tardes, Lauren.

―Buenas tardes, doctora. ―le saludo de regreso―. Hoy quisimos traer a los niños con nosotros, espero que no sea una molestia.

―Por supuesto que no, al contrario. Me encantan los niños, así que todo está bien. Cuéntame, ¿cómo te has sentido?

―Por suerte los malestares bajaron, hasta por fin ya no tener ninguna molestia.

―Entiendo. El control de tu esfínter, ¿todo bien?

―Sí, ya no voy tanto al baño y si son persistentes las ganas puedo controlarlas.

―Fantástico. Déjame hacerte algunas mediciones antes de que pasemos a lo principal. ―La doctora y yo nos levantamos y procede, al terminar, volvemos a sentarnos―. Todo bien. ¿Vamos a la camilla? ―Asiento.

―Venga, niños. Acompáñenme ―les solicita Logan yendo tras de mí―. Pongámonos por aquí, ¿de acuerdo? Los pequeños le hacen caso y se sientan junto a él.

―Bueno, a ver qué tal va todo.

Vuelve a ponerme ese frío gel sobre el vientre y la máquina comienza a funcionar.

―¿Vamos a ver televisión? ―pregunta Lucy.

―No, mi amor. La doctora necesita ver que todo esté bien conmigo.

―¿Por qué? ¿Aún te sientes mal? ―consulta Brian con algo de duda. Niego con la cabeza. Miro a Logan y asiente.

―No, niños, lo que sucede es algo especial que están a punto de ver. ―Toda la conversación fluye mientras la doctora me examina―. Sucede que Lauren, tiene un bebé en su barriga.

Ambos me miran sorprendidos y moviendo la boca como un pez fuera del agua, sin decir ni una sola palabra.

―¿Ven esto de aquí? ―Ahora es la doctora Spencer quien habla. Ellos asienten luego de examinar la pantalla con los ojos achinados―. Esto de acá es el saco donde se mantienen resguardados los bebés dentro de la barriga de las madres y esto de aquí, señala la pantalla donde están los dos bebés, son sus hermanitos o hermanitas. ¿Entienden? ―Ellos se miran entre sí y se notan que no entienden a qué se refiere―. Esto que ven que por supuesto, no logran entender porque la imagen se ve confusa, son dos bebés, lo que significa que mamá, tiene a dos bebés en su barriga en vez de uno.




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