Amanecer de un eclipse

El silencio del mar

La luna cubre con su manto helado la tibia faz del mar. Los peces celosos de sus caricias saltan sin desmayo por las corrientes de las olas y del viento.El canto de las gaviotas ahonda la pena de la noche y al salir el sol crujen las maderas de un faro olvidado.Mis ojos te miran.Elevo al cielo una lagrima, salada como el agua del mar.Sabes que desde anoche, no puedo dormir, por el insomnio de mis penas.Alli estas,parado frente a mi como una estatua de sal.Inmovil,sin una mueca de compasión frente a mi ser que se estremece de tristeza y de incertidumbre. No tienes la razón de no quererme, no me has pedido perdón por ofenderme, muestra tu lado humano, consuela mi llanto que está llenando el mar y estaremos a mano.

El sol se abre como una flor en tiempos de primavera, las nubes adornan el horizonte de mil colores y el sonido del viento y del mar son cantos que me dicen: animo, no te detengas ante los desengaños de la vida. Estoy eclipsada frente a la soledad de mi alma y pregunto ¿hasta cuándo durara mi estado deplorable? De repente una luz iluminó mi rostro, pálido del aire frio y humedeció mis labios el rocío, al pronunciar mi nombre y el tuyo a los cuatro vientos. Soy una estrella, pero he perdido mi luz. Así me alejo de la costa sombría como una hoja llevada por la ventisca para sentir la tibieza de las rocas y el reparo. Me senté y corrió por mi cabello la bruma de la aurora que desapareció como la suavidad de la espuma. Te veo desde aquí, no te has movido, contemplas el amanecer extasiado por el sol, reflejado en las montañas ancestrales. No pronuncias palabras. Te pido explicaciones. Lo nuestro se acabó sin decir adiós, me das a entender. Vendrá un futuro mejor y una nueva vida, ya no te martirices con mi actitud despechada. Veras con arrepentimiento algún día que debiste ser amable conmigo. ¿Nunca me agradecerás de poner tanto empeño al querer hacer crecer lo nuestro? Mi eclipse termina aquí, el tuyo parece recién comenzar. Me adelanto al porvenir, quería que vinieras conmigo. Eso no pasó ni creo que pasara alguna vez, lo intente todo. Así es la decepción de un amor y así quedó lo que pudo haber sido. No me busques por lastima sino porque me quieres de verdad. Ya desaparecí ante tus ojos, lejos estoy de la playa y del viento. ¡Espera!, escucho decir con tus labios, a la distancia, ¡no te vayas! he sido un estúpido por no amarte. Basta de sufrir, no más mentiras, seremos sinceros el uno con el otro. Prométemelo, dije y te perdonare, lo prometo, me respondió, vámonos de aquí e intentémoslo de nuevo. Así será.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.