Amanecer Z

Capitulo 1: Donde todo comenzó

2:00 A.M. Hospital central de Maracay. ¡PING! 4to. Piso – ¡PING!  3ser. Piso – ¡PING!  2do. Piso – ¡PING! 1er. Piso – ¡PING! P.B... Al abrirse la puerta del ascensor de inmediato pudo notar el ajetreo, la tención que saturaba el pasillo de emergencia principal. Todos sus compañeros corrían de un lugar a otro y en sus rostros se podía notar la confusión y miedo que corría por su cuerpo que trataba de dominarlos, trataba de desenfocarlos. En los pasillos estaban varias personas heridas. No solo en camillas, si no también recostadas de las paredes y acostados en el suelo heridos, asustados y desorientados mientras que algunos enfermeros trataban de socorrerlos y tratar sus heridas. La enfermera corrió rápidamente a ayudar pero un medico la detuvo.

    - ¡Vamos que esperas! ayúdame. – le grito el médico. Un hombre alto y corpulento de mirada fría. De su cuello colgaba un carnet de identificación el cual asilaba como un péndulo que es movido por el viento.

    - Solo soy una pasante… Yo no… ¿Qué hago? – le dijo la enfermera nerviosamente mientras trataba de sostenerle a vista al doctor.

    - ¡Hazle un torniquete en la pierna! – le ordeno el médico que al parecer le resbalaba que ella fuera solo una pasante. – ¡Vamos! ¡Qué esperas! no te quedes mirando. - El hombre, el herido tenía el pantalón destrozado y en su rodilla y muslo tenía una gran herida de más de 40 cm. de la cual colgaban tirones de carne viva y vibrante. Cuando el hombre la movía se le asomaba el hueso de la rodilla, este se abría paso por la carne. La sangre salía a chorros como si una bomba la empujase fura del cuerpo. 

    - La enfermera a sabiendas que en el hospital no había los implementos para hacer un torniquete. Le quito el cinturón al hombre, ¡al mismo herido! Rodeo su muslo con el cinturón y apretó lo más fuerte que pudo. La herida del muslo dejo de sangrar un poco. El médico seguía examinado al paciente que al parecer tenias mas heridas; heridas que parecían mordidas repartidas por la parte superior del pecho y cuello. El médico le hacía preguntas sin obtener una respuesta clara. La enfermera sigua haciendo precio con el cinturón mientras que sus ojos se desviaban al pasillo que estaba abarrotado de personas y pudo ver como un hombre se recostaba en el suelo, un hombre de color pero su piel estaba pálida y opaca y sus extremidades temblaban de una manera apabullante, sin control alguno. Con su mano tembloroso trataba de hacer presión en la herida ubicada en su cuello que no paraba de sangran; por sus dedos comenzó a colarse la sangre y a burbujearle sangre por la boca. Una de sus compañeras fue a auxiliarlo. Luchando con el herido para ver la herida de su cuello, lo obligo a quitarse la mano de la lesión para solo encontrarse con un chorro de sangre que fue a parar en su blanco uniforme. Esta volvió a presionar la herida de inmediato.

    - ¡Déjalo! - le ordeno el médico. Pero muestra enfermera estaba en shock. Solo le llegaba un murmullo a sus oídos, era como si una bomba le hubiera estallado muy cerca dejándola sorda por unos instantes. - ¡Que lo dejes! ¡Esta muerto! – le grito el médico mientras la zarandeaba. Ve a buscar… en ese momento sonaron unas detonaciones de arma fuera del hospital, se escucho como la gente gritaba y corría en todas direcciones escapando del tiroteo, se escucho como algunos autos colisionaban, como el metal se doblaba y como los vidrios estallaban al ser atravesaos por peatones que corrían por las calles para solo ir a parar a un parabrisas de un conductor confundido por la situación. Nuestra enfermera salió del shock con las detonaciones y pudo notar las dificultades que tenía su compañera con el herido del cuello. Soltó el cinturón y se dispuso ir a la salida pues sabía que vendrían mas heridos (aunque no tenía ni idea qué hacer con ellos). Su amiga seguía en el suelo tratando de ayudar al herido del cuello pero sin previo aviso este tomo su cabeza y de un tirón la acerco a su boca y de un mordisco le arranco el labio superior dejando expuesta su blanca y perfecta dentadura que de inmediato fue cubierta de sangre. Tirones de carne le colgaba de su boca. La enfermara grito mientras que empujo y se zafo del ahora agresor. Una cascada de sangre bajo por su labio que de inmediato llego al suelo haciendo que esta resbalara y cayera de espaldas. El herido del cuello se lanzo sobre ella de nuevo mordiéndole el rostro, este movía la cabeza de un lado a otro tratando de arrancarle pedazos de carne. Nuestra enfermera se detuvo frente aquella escena, paralizada, asustada y perpleja se quedo de pie escuchando los gritos desgarradores de su amiga mientras esta era devorada viva. La sangre chispeaba las blancas paredes mientras que en el piso se formaba un charco de sangre oscura y espesa en la cual se revolcaban la enfermera y el herido del cuello. 

     De la nada nuestra enfermera sintió un peso que se apoyo de ella haciéndola caer de frente y quedar atrapada entre la pared y el peso que ahora tenía sobre ella. Era el corpulento doctor que estaba siendo atacado por el herido de la pierna que ahora se enfocaba en morderle el cuello al médico como un perro fuera de control.



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En el texto hay: muertosvivientes, accion, virus

Editado: 22.04.2018

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