Todos volvieron al departamento a preparar todo para salir de allí. Al entrar Michelle dejo su arma recostada de la puerta principal, paso por delante de la puerta del cuarto donde estaba la abuelita de su anfitrión. Al igual que al salir no hubieron golpes ni ruidos. Nathalia se sentó en los muebles, su cuerpo parecía cansado, agotado pero al perecer el estrés que la atacaba había desaparecido desde que todo esto empezó. Su atención se había enfocado solo en sobrevivir aunque, el motivo principal era volver con su hermano ya no era una preocupación que la paralizaba sino mas bien, algo que la impulsaba en vez de hacerla perder el control como cuando vomito en el hospital. ¡Carla! La golpeo el pensamiento. ¿Mate a Carla? Se preguntaba. Su mente se inundó de pensamientos. ¿Estaba bien no sentirse mal? Mato a su mejor amiga, y ni si quiera se había puesto a pensar en ello. ¡NO! No estaba bien pero no se culpaba, hizo lo que tenía que hacer y su mente se enfocaba en solo lo que tenía que enfocarse. No había tiempo para cosas sin sentido, cosas que la harían desfallecer, pensamientos que solo la desviarían de su meta, cosas del pasado, incluyendo el haber matado a una persona sana ¡al médico! ¿Delito? Tal vez, pero solo hizo lo que tenía que hacer. Pero algo de culpa la acechaba, por algo tenía el carnet de identificación del médico en su bolsillo. El cual apretaba cada vez que metía la mano en el bolcillo.
Mientras que Nathalia estaba encerrada en sus pensamientos, Michelle saco de unos de los bolsillos de su chaleco el cilindro negro, la luz verde titilaba. Kervis clavo la vista en el cilindro.
- ¿qué es eso? – le pregunto Kervis.
- ¡nada! – respondió Michelle mientras lo guardaba rápidamente. – creo tendrás que irte de aquí, creo que tendrás que irte con nosotros. Cosa que no me agrada. – agrego. – ya tienes un arma no la uses hace mucho ruido… además creo no le atinarías ni al piso.
- ¿irme? – se pregunto Kervis que al parecer nunca le paso por la mente dejar el departamento.
- si tú y tu amigo se quedan después que nosotros nos vallamos, los demás residentes los aventaran por la ventana. – dijo Kevin desde la ventana. – claro antes la morsa los violara a los dos. De pronto los tres se rieron y la risa paso a una carcajada a la que se unió Nathalia también. El chiste la saco de donde su mente la llevo.
- ¡buscare un bolso! necesitaran comida y ropa. – kervis se dirigió a su dormitorio cuando Michelle lo llamo.
- ¡KERVIS! – grito Michelle. – pocas cosas, tienes que ser rápido, correr rápido consíguele uno a Nathalia.
- cuanta gente crees que iba en ese avión. – pregunto Nathalia mientras que Kervis se adentraba en el pasillo.
- no lo sé. – respondió Kevin. – unas 500 personas. Puede que cuando los demás países vieron lo que estaba sucediendo y vieron lo rápido que se propaga el virus… lo mas probable es que hayan cerrado las fronteras y aeropuertos, impidiéndole el aterrizaje… así que tuvieron que regresar con poco combustible. Los aeropuertos abandonados y lo más probable llenos de heridos algunos aviones habrán tenido que hacer aterrizaje forzosos, mientras que otros solo se estrellaron.
- ¡500 personas murieron en solo segundos! – dijo Nathalia mientras hundía su cara en las palmas de sus manos. Kevin solo se encogió de hombros. - tendré que permanecer con ustedes por los momentos. – exclamo Nathalia. – ese avión se estrello sobre la Av. Casanova Godoy. De sur a norte obstruyendo el paso y por allí era donde iría para llegar más rápido a mi casa. Del lado norte de la avenida se encuentra una zona militar donde solo he visto que se lanzan en paracaídas, todo el terreno está lleno de maleza seca así que eso ardera. Es mala idea ir por esa vía..
- puedes ir con nosotros. – exclamo Michelle viendo antes a Kevin. – pero en el C.C. las Américas nos reuniremos con otros mercenarios y después de eso estas sola. En el centro comercial nos separamos. ¿Entendiste? – Nathalia acento con la cabeza, en su rostro se noto cierta resignación sabia que sin Michelle y Kevin no llegaría nunca a su casa, sin ellos dos no podría ayudar a su hermano. Kervis regreso con un solo bolso; era pequeño y se veía cómodo. Se lo dio a Nathalia mientras que el se dirigía a la cocina. Abrió los gabinetes y tomo varios productos no perecederos y se los entrego a Nathalia.
- ¡no voy con ustedes! Me quedo. – expreso Kervis plantándose en la cocina. – acá estoy a salvo y sé que la morsa vendrá pero tengo su arma. - Nathalia abrió la boca para interrumpirlo pero Michelle le hizo una seña para que dejara las cosas así y dijo. – si se quiere quedar que se quede, de igual forma es mejor así, uno menso que cuidar.