Nathalia y Michelle se arrastraban por debajo de los autos. Al ir pasando de auto en auto se encontraban con algunas personas que estaban paralizados por el miedo, petrificados, algunas padres y madres abrazaban a sus hijos en un intento de protección que no duraría mucho. A lo lejos y apagado por la lluvia se podían escuchar disparos y explosiones que sucedían simultáneamente en varios lugares a su alrededor, algunos lejanos y otros más cercas de lo que creían y aunque habían muchos heridos que corrían de un lado al otro no se habían aglomerados en esas estampidas, en esas holeadas de heridos que tanto temían pues al parecer la fuerte lluvia y los ventarrones enmudecían los gritos y disparos y hasta los mismos chillidos de los heridos que aunque no se aglomeraban seguían siendo peligrosos para el que no tuviera un arma aunque esto tampoco aseguraba gran cosa. Nathalia veía a los sobrevivientes con extraña lastima, ella intentaba motivarlos para que siguieran moviéndose, para que siguieran viviendo pero estos se negaban rotundamente negando con la cabeza y acurrucándose sin perder de vista a los heridos que se detenían temblando y buscando algo que morder y volviendo a corren al parecer sin rumbo fijo o presa fija. ¡Era un hecho volvieron a sus viejas andanzas! Siguieron así hasta tener la farmacia a su derecha la cual estaba rodeada por una cerca pero por suerte casi frente a ellas estaba una pequeña puerta por donde podían acceder al pequeño estacionamiento trasero del establecimiento donde tenían que rodearlo para encontrar la puerta principal que solo constaba con una. Al parecer el establecimiento estaba despejado pero desde su posición no podían ver si la puerta estaba abierta o cerrada, si estaba abierta facilitaría el acceso a ella pero también implicaba que dentro del mismo estuvieran algunos heridos y si estaba cerrada tendrían que buscar la forma de abrirla haciendo ruido y así llamar la atención de algunos heridos que no tardarían en atacarlas.
Sin meditarlo mucho, salieron de su escondite a gachas casi arrastrándose por el suelo llegando a la reja y pasando por la puerta accediendo así al estacionamiento. Corrieron directo por el auto servicio y viraron a la izquierda, al doblar y sin previo aviso tenían de frente a 3 heríos que de inmediato se lanzaron sobre ellas. Nathalia fue la primera en abrir fuego dándole a uno en la garganta haciendo que el herido perdiera el equilibrio y se estrellara contra la pared. La sangre emanaba a chorro manchando la pared de rojo oscuro pero el herido trato de recuperarse pero Nathalia hizo otro disparo que dio directo en la cabeza chispeando la pared de sangre y pedazos de cuero cabelludo que se pegaron a ella como pegatinas. Michelle se encargo de los otros dos, el que se acerco más rápido le golpeo con la culata de su arma dándole directo en la sien y abriendo su cabeza en dos, al caer el herido al suelo saco su SOCOM con la mano derecha y efectuando dos disparos a la cara del otro herido que se desplomo de inmediato al suelo hasta llegar a los pies de Michelle. Siguieron rodeando la farmacia en busca de la entrada. Entre la densa cortina de lluvia podían ver a lo lejos algunas figuras borrosas que corrían por las calles de alrededor, como atacaban y mordían a algunas personas que trataban de huir de ellos sin tener el menor éxito, al llegar a una esquina viraron y tenían la entrada de frente. Michelle adelanto la mano y la empujo, esta cedió sin ningún esfuerzo.
- ¡Está abierta! – pensó y entraron a la farmacia, el lugar estaba algo oscuro aunque por las grandes ventanas entraba algo de luz, los estantes y anaqueles no permitían su acceso total y la lluvia golpeaba las ventanas y sus inmensos vidrios como piedras que resonaban en la estancia aparentemente desolada haciendo de aquel lugar algo tenebroso y peligro.
- ¡Vamos busquemos rápido y vámonos de aquí! – exclamo Nathalia que de inmediato se adentro entre los estantes que solo tenían pintura de uñas, cepillos, cremas, detergentes, dulces y refrigeradores con bebidas y helados; algunos de ellos estaban volteados desparramando por el refrigerador; el pastoso liquido que ya hace tiempo empezó a descongelarse. Mientras que Nathalia recorría los pasillos, por primera vez noto a donde los había llevado el gobierno actual. Aunque no era primera vez que venía a esa farmacia, si era la primera vez que se detenía a observar lo vacio que estaban los estantes, y los que estaban repletos solo era de cosas que ahora y que entes de todo esto seguían siendo o se convirtieron en cosas innecesarias e inutiles y pensó - “entre aquí cientos de veces pero solo entre apresurada, sudada y molesta después de hacer una cola de 4 horas, no tenía ganas de nada solo entrar y salir” - pero ahora que revisaba los estantes en busca de algo que necesitaba con urgencias podía dedicar el tiempo para reflexionar. - ¿Qué diferencia a la Venezuela de hace algunas horas atrás, con la actual? – se pregunto y la respuesta fue tajante. - ¡nada!
Michelle tomo otro pasillo encontrando más productos que nada tenía que ver con medicinas, siguieron buscando hasta llegar al final del pasillo encontrando la farmacia al final. Una tras tienda. Esta tenía su propia registradora y tenía un almacén detrás de ella. Nathalia salto sobre la caja y se puso a buscar entre los estantes antes de entrar al almacén encontrando en ellos algunos calmantes, gasa, alcohol y vendas pero ningún antibiótico.