Las llamas se extendieron por toda la ciudad, las dos grandes explosiones comenzaron el infierno incendiando los autos cercanos haciendo que estos estallaran y así propagando las llamas, incendios y las explosiones en todas direcciones. Aunque una gran cantidad de heridos murieron hechos pedazos con la segunda explosión muchos más acudieron al lugar gracias al ruido ocasionado por las detonaciones sucesivas y en pocos minutos llegaron de todas partes en cantidades masivas, arrasando con los sobrevivientes que escapaban de los incendio. Nathalia y Michelle pudieron escapar a punta de golpes y patadas ya que los heridos al parecer y gracias a su extraño comportamiento al amanecer y ver al sol, sus pupilas fueron afectadas y no podían ver bien o eso parecía y solo se guiaban por el sonido y lo poco que podían percibir atreves de la vista. Corrieron en dirección al sur a la avenida Casanova Godoy refugiándose de nuevo en otro centro comercial llamado Paseo las delicias 1. Subieron por las escaleras en forma del caracol al segundo piso internándose en los oscuros pasillos, no sabían a donde se dirigían, solo querían alejarse de las calles y evitar los heridos a como diera lugar. Sin motivo alguno y como si se leyeran la mente las dos se sentaron en el suelo, sus piernas cedieron como si ya no soportaran su peso y cayeron como piedras pesadas recostando sus espaldas de las vidrieras de las tiendas de ropa con precios más aterradores que la oleada de heridos que destrozaba la ciudad allá afuera. Nathalia vio una camisa de cuadros de buena pinta y en su costado tenía una etiqueta. “89.000.oo. Mil Bs. Con 15% de descuento”..
- 4 veces mi sueldo mínimo. – pensó Nathalia. – ¡esa mierda tan fea cuesta tanto! Este país se lo llevo la que lo trajo.
Un sonido de pasos les llego del final del pasillo, por donde ellas llegaron. Y de la nada apareció un herido deteniéndose en medio del pasillo, al parecer estaba desorientado, sus manos se movían en todas direcciones mientras se balanceaba de un lado al otro. Empezó hacer un sonido que provenía de su estomago, como si se ahogara, su estomago se inflaba y desinflaba mientras abría la boca y arqueaba su cuerpo hacia adelante y luego de su boca surgió un chorro de vomito. Se podía escuchar como el líquido se desparramaba en el suelo y como pedazos de lo que se podía pensar era carne, caía en el charco salpicando a los lados. ¡Boom! Al parecer un auto estallo cerca del centro comercial. El herido reanudo la carrera pasando por el frente de las dos sin percatarse de su presencia. Al verlo dirigirse hacia ellas solo recogieron los pies para evitar que tropezara y se diera cuenta de su presencia. Lo vieron pasar de largo hasta la salía del pasillo y perderse en la oscuridad absoluta.
- no pueden ver bien, creo estar perdiendo la vista. – dice Michelle en susurros. - ¡gracias! Por... bueno salvarme… siempre fue Kevin quien lo hacía..
- ¡lo siento!... gracias a él, pudimos escapar de los militares – exclama Nathalia tomándola de la mano y apretándola. – y si… su vista fue afectada por la exposición al sol. Se quedaron medio ciegos… ummm.
- sí, lo sé. - acepta Michelle antes de que Nathalia hable. – robe la cura Z en el momento que abandonamos el C.D.I. pude hacerme con una muestra que venía en un contenedor para mantenerlo a una temperatura adecuada… ese era el plan y antes de salir de la base sabíamos que cada equipo trataría de robar una muestra, sabíamos que esta cura vale mucho para cualquier gobierno y después que vimos lo que de verdad podía hacer nos dimos de cuenta que su valor se triplicaría, cuadruplicaría… que se yo ¡joder!... soy o éramos mercenarios.
- ese cosa que tienes en tu bolsillo. – expuso Nathalia. – es muy peligrosa, mira todo lo que ha ocasionado en solo un día. ¿Qué crees que haría si se utiliza mal? ¿O crees que algún gobierno lo utilizaría en beneficio de la humanidad? No puedo detenerte, la verdad solo quiero irme a casa, quiero ver a mi hermano… tengo que ir. Pero de igual forma los demás países buscaran la forma de hacerse con una muestra y si no eres tu quien se las vende será otro, así de fácil.
- siempre he vivido en el caos, no se vivir de otra forma y la tranquilidad y eso llamado paz me asusta no se vivir en ella, no encajo. – dijo Michelle. – y esto me asegura caos aunque en el perdí a un buen amigo.
- ¡caos! Todos tenemos la posibilidad de conseguir un refugio en el. – dice Nathalia mientras se revisa la herida de su estomago. – tú te acostumbraste a vivir en el caos y yo en la culpa.
- ¿culpa a que te refieres Nathalia? – inquirió Michelle. – ay algo que no has dicho eso lo sé… - Michelle se calla de repente y con su mano tapo la boca de Nathalia antes de que hablara o hiciera algún ruido.
- ¡Chsss! ¡Chsss! ¡calla, calla! – ordeno Michelle hablándole al oído mientras la levantaba. – he oído voces. – le soltó la boca a Nathalia y la condujo por donde se fue el herido adentrándose más en los pasillos oscuros del centro comercial. No sabían a donde se dirigían, solo huían de los ecos producidos por las voces y pasos.