PRÓLOGO
El alcohol estaba por doquier, el reencuentro de compañeros se estaba llevando a cabo, habían pasado dos horas y los efectos se volvieron liberadores, podían ser ellos mismos sin ningún peso alguno, no había padres que impidieran sus romances como años atrás, no habían profesores que los juzgarán, las paredes de sus desconfianzas caían lentamente mientras llegaba el descontrol, la música de aquel salón era un medio más por el cual ya no estaban conscientes de lo que hacían.
Aquellos alumnos que no pudieron amarse en la juventud, ahora se besaban apasionadamente arriba de las mesas sin vergüenza alguna, incluso aquellos que se odiaban, estaban demostrandose sentimientos ocultos durante años mientras hacían temblar la puerta del baño a sus espaldas, no había control, la música silenciaba los gemidos, aquel pequeño pedazo del mundo era suyo, fuera de la vista de todos, ellos serían los ultimos en juzgarse...la noche estaba empezando, pero para poder llegar a este punto en la historia tenemos que regresar seis años atrás, a su último momento juntos en aquel último año de secundaria...tantos secretos, tantas máscaras personales para sólo obtener reconocimiento dentro de un grupo, del contrario se resignaban a quedar sólos. La secundaria...tantos romances prohibidos, tantos engaños para concretarlos, tantos problemas para conservarlos.
De todos modos, el Colegio Superior Faustino o "C.S.F" como estaba escrito en los uniformes o en el mismo escudo de la entrada, no merecía ser metido dentro de la misma bolsa que el resto de institutos, pues en el C.S.F las cosas podían interpretarse de cualquier manera, la incomodidad podía respirarse en el ambiente.
Aquel curso con sólo dieciséis alumnos había sido el causante de una situación tan terrible, tan mal vista por los medios de la ciudad, que sin importar el resto de alumnos...el colegio cerró sus puertas durante un año entero, varios jóvenes de otras modalidades perdieron el año por su culpa, no tuvieron tiempo de inscribirse para cuando la noticia salió a la ciudad "las inscripciones quedan anuladas" y para cuando pensaban que sólo duraría un año cerrada, esta nunca volvió a abrirse, el colegio había sido cerrado definitivamente. Pero ¿Que pasó?
Todo nos remonta al año 2013.
El mismo curso con dieciséis alumnos habían sido tomados de rehenes por uno de ellos,el cual pretendía acabar con la vida del resto, de algunos profesores y del director, para luego quitarse la vida, dolorosamente no era un Instituto estadounidense, donde estas cosas podían controlarse y solucionarse, en colegio superior Faustino nadie supo que hacer, nunca antes había pasado así en su ciudad, ni mucho menos en su departamento o provincia, no tenían plan alguno que los ayudara, de no haber sido por el director que llamo a la policía desde su despacho, todos abrían muerto, el alumno fue encarcelado y el resto sobrevivió a pesar de las cortadas y golpes que poseian, la historia pasaba de boca en boca luego de que aquel curso egresara y el colegio cerrara para siempre, sin embargo la historia completa yacia en las mentes de aquel curso y volverían a escucharse una vez más.
Han pasado veinte años desde la última vez que todos los alumnos del Colegio Superior Faustino (CSF) egresaran de la secundaria.
Uno de ellos se encargó de alquilar el mejor salón de fiestas privado de la ciudad: la dystopie.
Las dieciséis invitaciones a la fiesta de reencuentro llegaron con tres días de anticipación, sin embargo ninguno de los alumnos pudo conocer quien se había encargado de reunirlos. A la mayoría le había parecido una idea interesante, casi excitante, poder ver a sus compañeros, a sus primeros amores después de tantos años, ver lo que la vida había hecho con cada uno de ellos.
Era una fiesta, nadie esperaba un acto de bienvenida, el alcohol ya estaba haciendo efecto desde antes de su llegada, más de uno bebió para evitar sacar temas del pasado que ninguno quería oir, rondaban las tres y media de la mañana, la puerta del salón se abrió violentamente, todos gritaron.