Amante Fiel

CAPÍTULO XVIII

 

Alba

Mi Ethan... lamento todo.

Te juro que lo hago pero a veces es imposible decirte que no. Cuando tus centelleantes luceros azules me observan con ese arrebatadora intensidad solo tuya, me supera el anhelo de complacerte. Cuanto tu voz suplica apasionada que le atienda deseo convenir a cualquier petición que haga. Cuando tu dulce aroma me certifica tu presencia, la razón se hace insuficiente incitándome a concebir lo incorrecto.

Y tu deslumbrante sonrisa...

¿Qué no haría yo por esa sonrisa?

–Gloria –dice Ethan nada más entrar en la mansión a modo de saludo– una botella Louis Roederer Cristal 2002 y seis copas, por favor.

–Enseguida señor.

Entramos de la mano hasta el comedor donde la familia está reunida esperando para cenar y Gloria detrás de nosotros con lo solicitado sobre una bandeja con caño de plata.

Todos nos miran pero al final centran su atención en Ethan. Y es que esta que no cabe de alegría. La preciosa y amplia sonrisa que se dibujó en su rostro desde que salimos de la casa de Almagro permanece intacta, no ha perdido ni pizca de brillo al igual que sus ojos de un azul más liquido del habitual. ¿Quién no lo notaría?

–Bienvenidos chicos –papi es el primero en hablar– ¿os sucede algo? ¿Algo que queráis contar? –cuestiona al ver que permanecemos de pie y tras fijarse en lo que sostiene Gloria a nuestra espalda.

Hemos venido porque Ethan ha insistido en que lo de la casa era una noticia para compartir y celebrar. Y como mamá está fuera, nuevamente, con ella solo será a través de una llamada.

–En efecto...– responde Ethan pero es interrumpido por su muy ansiosa hermana menor.

– ¡No! –Vicky cubre su boca para contener un jadeo y sus iris refulgen– ¿vosotros dos... al fin? –dice señalando con su dedo índice en nuestra dirección al borde de un colapso. 

Os juro que lo veo venir

–No es lo que estás pensando hermana –los ojos de Ethan se apagan un poco al mirarme para negar, su sonrisa ahora es triste pero procura recomponerla al volver su vista a nuestros espectadores y continuar– Queremos contaros que, ¡Alba ya tiene piso nuevo!

Intentó sonar como conductor de televisión al anunciar que alguien se ha ganado el gordo de la lotería pero yo sabía que ya no tenía la misma emoción de hace un momento, ambos lo sabíamos. La conclusión a la que había llegado Vicky había tocado su siempre abierta y sensible herida...y la mía

–Oh, –de nuevo papi fue el primero en contestar –eso es estupendo, debemos celebrar. –dijo acercándose a mí para abrazarme y besarme la coronilla en la cima de mi cabello–Mi niña, felicidades.

–Gracias papi.

A decir verdad no tenía mucho por decir. Estas muestras de cariño siempre me dan nostalgia más que ponerme feliz. Y ya veía al resto de la familia ponerse en pie para repetir la acción de papi Roberto. Suspiré internamente mientras me preparaba mentalmente para recibirlos.

–Ya me he adelantado. –comenta Ethan refiriéndose a la botella que ahora tiene en sus manos. La destapa con un sonoro Splok seguido de un borboteo de espuma y se dispone a llenar cada copa.

–Esto merece una celebración más elaborada, –opina la princesa de la casa y reprimo las ganas de poner los ojos en blanco ante su idea, ya esto me parece excesivo, nena le susurra mi mente– ¿A qué si?

–Por supuesto, –añadió Ethan que de seguro en su mente ya había planeado todo un derroche de dinero para hacer algo escandalosa e innecesariamente pomposo– esto es solo el preludio –le asegura a su cómplice de malas ideas– En cuanto la decoración y muebles estén listos hay que organizar una presentación oficial, como es debido.

–Sin duda –ahora la pequeña traicionera me da un abrazo después de avivar más las excentricidades de su hermano, el señor "Celebro por todo lo alto"– Felicidades Alba. Muero por conocer el lugar y estrenarlo. – confiesa entre risitas avergonzada y divertida a la vez.

–Gracias Vicky. Seguro que sí – me molesta que esta niña encantadora no me permita enojarme con ella. Puesto que mi disgusto reciente queda en segundo plano en cuanto me observa con esa carita tan dulce– Serás la primera, princesa. Mi invitada especial, ya lo sabes.

– ¿Y yo qué? –cuestiona con exagerada indignación Ethan.

–Hey, Al–dice Santi mientras me alza en vilo y besa mi mejilla tan rápido que ni tiempo a responder a su hermano me dio– te has ido de casa primero que mi hermano ¿Quién lo iba a decir, eh? –sonríe pegado a mí y logra que suelte una risita sincera– Deberías aprender...– ahora se dirigía a Ethan y pretendía decir algo más pero este le da un golpe juguetón en el brazo y le dice:

– ¿Te han dicho que eres un crio insoportable?

– ¿Lo dice quien hace un segundo estaba celoso de una niña de 15 años por no ser el invitado especial? –replicó este volcando los ojos divertido– Por eso eres mi favorita, tu si eres madura– susurró Santi ahogando una risa en mi oído antes de soltarme o ser obligado a soltarme por el empujón de Ethan quien estaba tan cerca como para escuchar lo que dijo.

–He oído eso, ¿eh? – arqueó una perfecta ceja mirando a su hermano con fingida indignación.

–Umhju, –murmuró algo ininteligible– no es como si fuese un secreto– repuso Santi encogiéndose de hombros.

–Bueno, bueno, calmaos chavales –interviene mami Amparo abriéndose paso entre la pequeña e inofensiva disputa de hermanos que sin importar edades o situaciones siempre se peleabais como críos– Dejadme espacio –pide exasperada– Ay mi niña. Las propiedades siempre serán una buena inversión.–a pesar de ser un comentario económico lo dice con la calidez que solo una madre puede emplear y lo agradezco– Y también es bueno que tengas tu lugar propio. Te felicito por la iniciativa.

–La verdad es que Ethan...–pretendía decir que su hijo pagaría la mitad y que no sería mi lugar, más bien nuestro, pero este me interrumpió de una manera que incluso alguien no tan listo podía notar quería omitir esa parte. Fruncí el ceño.




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